Y el paisaje se hizo m¨²sica
Paul Van Nevel celebra el medio siglo de vida del Huelgas Ensemble ilustrando con una grabaci¨®n su estudio sobre la profunda influencia que tuvo en los grandes polifonistas franco-flamencos el entorno geogr¨¢fico en que nacieron
Como muchos otros grandes nombres de la pr¨¢ctica interpretativa historicista del siglo XX, Paul Van Nevel se form¨® en la Schola Cantorum Basiliensis, la instituci¨®n fundada por Paul Sacher en 1933 para propiciar una aproximaci¨®n diferente a la reconstrucci¨®n musical del pasado, que habr¨ªa de sonar no conforme a nuestros patrones actuales, sino tal como debi¨® de hacerlo en el momento de su creaci¨®n. En 1970, un viaje de estudios al ...
Como muchos otros grandes nombres de la pr¨¢ctica interpretativa historicista del siglo XX, Paul Van Nevel se form¨® en la Schola Cantorum Basiliensis, la instituci¨®n fundada por Paul Sacher en 1933 para propiciar una aproximaci¨®n diferente a la reconstrucci¨®n musical del pasado, que habr¨ªa de sonar no conforme a nuestros patrones actuales, sino tal como debi¨® de hacerlo en el momento de su creaci¨®n. En 1970, un viaje de estudios al Monasterio de Santa Mar¨ªa la Real de las Huelgas, en Burgos, donde se conserva un importante c¨®dice copiado a comienzos del siglo XIV que constituye una fuente esencial para el conocimiento de la m¨²sica polif¨®nica religiosa europea del Ars Antiqua, inspir¨® a Van Nevel el nombre del grupo que fund¨® en 1971, el Huelgas Ensemble, que sigue dirigiendo y con el que ha realizado decenas de grabaciones que cubren un ampl¨ªsimo repertorio, aunque su centro conceptual y emocional ha sido siempre la gran polifon¨ªa renacentista, con incursiones fronterizas puntuales en la Edad Media y en el primer Barroco.
M¨¢s de medio siglo despu¨¦s, Van Nevel sigue al mando de su barco, por el que han pasado ya tres generaciones de cantantes, a pesar de lo cual el sonido que producen se ha mantenido siempre pr¨¢cticamente inalterado, porque todos han de plegarse, sin divergencias posibles, a las directrices inflexibles de su fundador. Mezclado con ellos, formando un c¨ªrculo, o un semic¨ªrculo, y vali¨¦ndose de un l¨¢piz o de un peque?o diapas¨®n como el ¨²nico y enga?oso admin¨ªculo para transmitir su inmensa autoridad, el director belga, un esteta en todos sus empe?os art¨ªsticos y un gourmet, bon vivant y amante de los grandes puros en su vida privada, lleva d¨¦cadas haciendo realidad su personal ideal sonoro de esta m¨²sica, que planifica con el rigor de un arquitecto y perfila con el virtuosismo de un gran dibujante.
El director belga hace realidad su personal ideal sonoro con el rigor de un arquitecto y el virtuosismo de un gran dibujante
Su pasi¨®n por las figuras rec¨®nditas y ca¨ªdas en el olvido, por los manuscritos originales, por el contacto directo con las fuentes, le ha llevado a frecuentar un gran n¨²mero de archivos y bibliotecas. En los a?os noventa tuvo un serio encontronazo con la justicia italiana, que lo acus¨® primero de haber robado varios manuscritos del Civico Museo Bibliografico Musicale de Bolonia y, despu¨¦s, tras atender en parte su recurso, de tenencia il¨ªcita de manuscritos robados que ¨¦l mismo hab¨ªa vendido. Pero aquel borr¨®n apenas empa?¨® una carrera plagada de discos y conciertos, casi siempre en iglesias, a menudo de repertorios religiosos, con fieles admiradores de su peculiar modus operandi y de su lealtad inquebrantable a un tipo de m¨²sica que no es ni la m¨¢s comercial ni la de m¨¢s f¨¢cil escucha ni, por supuesto, la que m¨¢s pasiones despierta. Van Nevel ha conseguido, adem¨¢s, devolver la voz a compositores oscuros, conocidos tan solo por los expertos, notas a pie de p¨¢gina ¡ªen el mejor de los casos¡ª de la gloriosa polifon¨ªa renacentista.
En 2018, la editorial Lannoo public¨® un largo estudio que Van Nevel ven¨ªa gestando desde hace a?os, titulado El paisaje de los polifonistas y subtitulado El mundo de los franco-flamencos. Escrito en neerland¨¦s y no traducido, de momento, a ning¨²n otro idioma, parte de una hip¨®tesis inicial, casi una revelaci¨®n: que la percepci¨®n de la m¨²sica y la vivencia del paisaje en el sur de Flandes y el noroeste de Francia discurren en paralelo en los primeros a?os de las vidas de los grandes polifonistas franco-flamencos, lo que se tradujo en una influencia decisiva para su posterior evoluci¨®n art¨ªstica. El libro se ilustra con decenas de fotograf¨ªas de Luk Van Eeckhout, en cuyo pie se indica no solo el d¨ªa preciso en que fueron tomadas, sino tambi¨¦n la hora exacta. En estas tierras llanas encontramos horizontes siempre visibles, prados, campos de cultivo, sauces desmochados, iglesias, castillos, atardeceres y valles, muchos valles (los de los r¨ªos Lys, Skarpe o Aa, a los que se dedican dos cap¨ªtulos de la segunda parte del libro), en un cuadr¨¢ngulo acotado por las localidades de Brujas, Mons, Saint-Quentin y Boulogne-sur-Mer: en estos paisajes que Van Nevel califica de ¡°melanc¨®licos¡± nacieron muchos de los m¨¢s grandes polifonistas franco-flamencos de los siglos XV y XVI, con el princeps musicorum, el gran Josquin des Prez, que pas¨® los ¨²ltimos a?os de su vida en Cond¨¦-sur-l¡¯Escaut, como figura se?era de aquella Edad de Oro.
Josquin forma parte de la grabaci¨®n ahora publicada con una chanson profana (Cueur langoreulx) y con el Agnus Dei de su Missa Malheur me bat, uno de esos prodigios imitativos cuya clave cifra tambi¨¦n Van Nevel en el propio car¨¢cter repetitivo de los paisajes franco-flamencos. A su lado, encontramos a esos otros compositores ignotos tan del gusto del belga, como Johannes Symonis Hasprois, que abre el disco con un virelai a tres voces; Nicolle des Celliers de Hesdin, representado con un motete a cinco voces; Jean l¡¯H¨¦ritier, con un elaborado motete antifonal a nueve voces, Locutus est Dominus; o Josquin Baston, que da rienda suelta a la melancol¨ªa en Ung souvenir me conforte, una chanson en la que la amada se halla siempre presente en el pensamiento y que Van Nevel relaciona con esas nieblas tan habituales en la regi¨®n de Artois.
En lo que es un indisimulado recorrido cronol¨®gico que nos lleva desde comienzos del siglo XV hasta mediados del siglo XVI hay tambi¨¦n un hueco para figuras se?eras, como Antoine Busnois y Johannes Ockeghem. Josquin llor¨® la muerte de este ¨²ltimo haciendo suya la pr¨¢ctica habitual de los polifonistas renacentistas de honrar la memoria de sus mayores y Van Nevel ha incluido asimismo un d¨ªptico formado por la lectio de una lamentaci¨®n para el Jueves Santo de Antoine de F¨¦vin seguida de Qui ne regrettoit le gentil F¨¦vin, un planto f¨²nebre compuesto por Jean Mouton, compa?ero suyo en la corte de Luis XII. Hay que pensar que, aparte de la m¨²sica, todos estos compositores y cantores debieron de compartir un profundo sentimiento de pertenencia a un territorio ¡ªa un paisaje¡ª com¨²n.
El disco se cierra abundando en la contraposici¨®n constante de lo sacro y lo profano ¡ªuna chanson que equipara muerte y desamor, O malheureuse journ¨¦e, y el Agnus Dei de la Missa Tempore paschali¡ª con m¨²sicas de Nicolas Gombert, otro nativo del sur de Flandes que estuvo al servicio de Carlos V. En la mejor tradici¨®n josquiniana, el tercer Agnus Dei se plantea como un aut¨¦ntico tour de force imitativo con doce voces independientes, cuyos constantes dise?os repetidos (de nuevo la huella del paisaje) constituyen un poderoso anticipo de la moderna est¨¦tica minimalista. La marcada pronunciaci¨®n francesa del lat¨ªn que caracteriza siempre las interpretaciones del Huelgas Ensemble nos ayuda a no olvidar en ning¨²n momento d¨®nde naci¨® esta m¨²sica: en aquel cuadr¨¢ngulo milagroso recorrido palmo a palmo por Paul Van Nevel con sus intuiciones y Luk Van Eeckhout con su c¨¢mara, y que durante casi dos siglos vio nacer a muchas de las mayores luminarias musicales de Europa.
¡®El paisaje de los polifonistas¡¯. Huelgas Ensemble. Dir.: Paul Van Nevel. Deutsche Harmonia Mundi. 2 CD.
Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.