La vida en el limbo, los inmigrantes de Felipe Romero Beltr¨¢n
El fot¨®grafo colombiano se adentra en los recuerdos, los sue?os y el d¨ªa a d¨ªa de un grupo de expatriados que espera la regularizaci¨®n de su estatus dentro de un centro de acogida de menores
Harraga es un neologismo utilizado en el Magreb para designar a los inmigrantes que destruyen su documentaci¨®n con el fin de dificultar su repatriaci¨®n. Deriva de la palabra ¨¢rabe haraqa, quemar. Algunos historiadores defienden que esta costumbre se remonta al a?o 711, cuando el general bereber, Tariq ibn Ziyad, se adentr¨® en la Espa?a visigoda, y al desembarcar en Algeciras, mand¨® quemar sus naves para imposibilitar la retirada a sus tropas. No quedaba otra; vencer o morir. As¨ª, hoy siguen siendo muchos los que queman su identidad en busca de un sue?o, lejos de la tierra que los vio na...
Harraga es un neologismo utilizado en el Magreb para designar a los inmigrantes que destruyen su documentaci¨®n con el fin de dificultar su repatriaci¨®n. Deriva de la palabra ¨¢rabe haraqa, quemar. Algunos historiadores defienden que esta costumbre se remonta al a?o 711, cuando el general bereber, Tariq ibn Ziyad, se adentr¨® en la Espa?a visigoda, y al desembarcar en Algeciras, mand¨® quemar sus naves para imposibilitar la retirada a sus tropas. No quedaba otra; vencer o morir. As¨ª, hoy siguen siendo muchos los que queman su identidad en busca de un sue?o, lejos de la tierra que los vio nacer. Muchos son menores, como los protagonistas de Dialecto, una serie fotogr¨¢fica en curso con la que Felipe Romero Beltr¨¢n (Bogot¨¢, Colombia, 1992) ha resultado ganador del Premio Aperture al Mejor Portfolio 2022.
Aunque por separado, todos salieron de T¨¢nger, en patera, menos uno que lo hizo en kayac. Sus motivaciones para dejar atr¨¢s una familia y unas costumbres eran distintas, proced¨ªan de peque?as comunidades rurales y aspiraban a una vida mejor, ante la dura realidad que proyectan las altas cifras de desempleo de j¨®venes en su pa¨ªs, Marruecos. Una vez en la costa de C¨¢diz, iniciaron su andadura hacia el interior de la pen¨ªnsula. Unos a pie, los m¨¢s afortunados en coche o en autob¨²s. En Sevilla les sorprendi¨® la pandemia. Fue all¨ª donde los conoci¨® el fot¨®grafo, dentro de un taller organizado por el Teatro TNT, donde ¨¦l mismo hab¨ªa sido invitado para narrar su experiencia como migrante (el autor colombiano reside en Madrid desde hace siete a?os). Durante aquel contacto inicial, los j¨®venes posaron para ¨¦l, con el ¨²nico fin de que las im¨¢genes sirviesen a sus modelos para su uso particular.
Adolescentes en su mayor¨ªa, los j¨®venes viven en un centro de acogida. Aunque a cargo del Estado, el centro es el encargado de su custodia y tutela hasta su mayor¨ªa de edad. A partir de entonces, el inmigrante deber¨¢ esperar all¨ª de uno a tres a?os sin documentaci¨®n para regularizar su situaci¨®n legal en el pa¨ªs. ¡°Para declararse menores tuvieron que someterse a varias pruebas, entre ellas una radiograf¨ªa de mano que determina su edad¡±, cuenta el fot¨®grafo. ¡°En un principio, decid¨ª dejar pasar alg¨²n tiempo antes de empezar a plantearme hacer una serie fotogr¨¢fica con ellos como protagonistas. En Espa?a fotografiar a menores es un tema legalmente complicado y, personalmente, me resultaba complejo acercarme a esa realidad tan vulnerable¡±.
Meses despu¨¦s surgi¨® una nueva oportunidad de contactar con ellos, algunos ya hab¨ªan cumplido la mayor¨ªa de edad. Fue entonces cuando Romero Beltr¨¢n comenz¨® a dar forma a su proyecto ¡°Contaba con que el trabajo se iba a expandir a lo largo de tres a?os, el periodo m¨¢ximo de espera en adquirir la residencia por arraigo. Tiempo durante el cual permanecen en un limbo legal, donde no pueden salir de Espa?a ni volver a su pa¨ªs. Tampoco pueden trabajar legalmente, ni participar en ning¨²n tipo de altercado, ya que ser¨ªan deportados¡±. Es en ese periodo de intermedio donde se reafirma el fotoensayo. Un ejercicio que va m¨¢s all¨¢ de la aproximaci¨®n documental al d¨ªa a d¨ªa de estos chavales e introduce recreaciones de algunas de las peripecias que tuvieron lugar en su periplo de T¨¢nger a Sevilla, as¨ª como de sus sue?os. Un juego entre realidad y ficci¨®n que no se conforma con la soluci¨®n binaria de verdad o mentira con la que con frecuencia se identifica la fotograf¨ªa documental.
En el momento del rodaje los chavales aprend¨ªan espa?ol, y en cada pieza se aprecia la lucha por el aprendizaje del lenguaje
Bajo una luz p¨¢lida, en contraposici¨®n al fulgor de la ciudad andaluza, el fot¨®grafo echa mano de la naturaleza muerta, del retrato y del paisaje, para dar paso a una extra?a atm¨®sfera, tan desconocida como la tierra que el inmigrante pisa por primera vez, donde lo nuevo y lo viejo conviven, y la historia queda despose¨ªda de su significado como una antigua columna aprisionada entre el cemento. All¨ª, como en un escenario, la fotograf¨ªa adquiere un car¨¢cter de performance, mientras Aziz, Bilal, Zakaria, Hamza, Yousseff, y otros m¨¢s, escenifican el momento en el que Bilal se desmay¨® durante el trayecto y sus compa?eros lo llevan a hombros. Las ideas que daban lugar a las fotograf¨ªas iban surgiendo de forma espont¨¢nea. De esta forma, el intercambio entre los modelos y el autor se extend¨ªa hasta el proceso de selecci¨®n de im¨¢genes, de manera que cualquier fotograf¨ªa que no fuera del agrado de los j¨®venes quedaba desechada. Entre todos ellos, y en ese tiempo de espera, construir¨¢n un dialecto vertebrado por sus recuerdos, sus anhelos y fantas¨ªas, y sus actuaciones. El proyecto se complementa con tres piezas de v¨ªdeo donde Yousseff, Yaviv y Bilal leen las p¨¢ginas de la Ley de Extranjer¨ªa de Espa?a, el documento que regula sus vidas ¡ªy la del propio autor¡ª, as¨ª como las somete a control. En el momento del rodaje los chavales aprend¨ªan espa?ol, y en cada pieza se aprecia la lucha por el aprendizaje del lenguaje.
No es esta la primera vez que Romero Beltr¨¢n trata con conflictos fronterizos. Su fotograf¨ªa se ha desarrollado en Colombia, Argentina e Israel y ha estado muy vinculada a la fotograf¨ªa pol¨ªtica y social. As¨ª, a lo largo de 2014 y 2015, becado por la Academia de Arte Bezalel, en Jerusal¨¦n, trat¨® el tema de los conflictos en la frontera israel¨ª-palestina. Reducci¨®n surgi¨® tras una experiencia personal; un arresto policial en el barrio de Lavapi¨¦s de Madrid, debido a un retraso burocr¨¢tico para la obtenci¨®n de sus papeles. De ah¨ª que el autor se propuso registrar ese momento de requerimiento de papeles y el procedimiento de reducci¨®n de los detenidos. Para ello tuvo que recurrir a la performance contando con la participaci¨®n de j¨®venes migrantes del barrio, as¨ª como la de un polic¨ªa en activo, quien les ense?¨® a poner en pr¨¢ctica el Manual de Defensa Policial de la Polic¨ªa Nacional, donde quedan detalladas las t¨¦cnicas de combate para reducir al arrestado.
En la actualidad, el fot¨®grafo trabaja en R¨ªo Bravo, una serie que se desarrolla en una regi¨®n fronteriza entre el norte de M¨¦xico y Estados Unidos, cuyos habitantes, paisajes y arquitectura quedan sometidos a las indefiniciones que traen consigo las tensiones fronterizas. El elemento fluvial ya hab¨ªa sido motivo de otro de sus proyectos, Magdalena (Ediciones An¨®malas), con el que resultar¨ªa ganador de la cuarta edici¨®n del IV Concurso Fotocanal Libro de Fotograf¨ªa, en 2019. En ¨¦l, alude al r¨ªo m¨¢s importante de Colombia, en cuyo curso, en una zona conocida como Magdalena Medio, con frecuencia aparecen, en sus remolinos, los cuerpos de las personas asesinadas por las mafias locales, las guerrillas y los paramilitares. Oficialmente, han sido encontrados m¨¢s de 80.000 cuerpos.
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