El desaf¨ªo de Putin a la historia
Dos ensayos de Mark Galeotti arrojan luz sobre el trasfondo de la invasi¨®n a Ucrania y ofrecen una semblanza del aut¨®crata ruso tan poli¨¦drica como interesante
Unos rusos que estaban deseosos de abrazar el estilo de vida occidental empezaron a pensar que ellos y su naci¨®n estaban siendo humillados y mantenidos a distancia por una Europa dispuesta a acoger a b¨¢lticos y b¨²lgaros, eslovacos y eslovenos, pero no a rusos¡±. Esta cita de Una breve historia de Rusia parece una buena introducci¨®n al comentario de las dos obras m¨¢s recientes de Mark Galeotti, una la citada y la segunda, Tenemos que hablar de Putin, t¨ªtulo por lo dem¨¢s tan actual como sugestivo. El autor, formad...
Unos rusos que estaban deseosos de abrazar el estilo de vida occidental empezaron a pensar que ellos y su naci¨®n estaban siendo humillados y mantenidos a distancia por una Europa dispuesta a acoger a b¨¢lticos y b¨²lgaros, eslovacos y eslovenos, pero no a rusos¡±. Esta cita de Una breve historia de Rusia parece una buena introducci¨®n al comentario de las dos obras m¨¢s recientes de Mark Galeotti, una la citada y la segunda, Tenemos que hablar de Putin, t¨ªtulo por lo dem¨¢s tan actual como sugestivo. El autor, formado en Cambridge y la London School of Economics, se dedic¨® durante a?os a investigar la pol¨ªtica exterior y de seguridad rusa y es en la actualidad director de un centro de Inteligencia especializado en el tema. Ambos libros fueron escritos antes de la guerra de Ucrania, pero en la edici¨®n espa?ola incorporan dos codas redactadas despu¨¦s de la invasi¨®n. Recomiendo vivamente su lectura a quienes est¨¦n interesados en lo que ahora acontece en el coraz¨®n de Europa, y desde luego a los representantes pol¨ªticos. Ellos son moralmente responsables de las decisiones pasadas y venideras al respecto de una guerra que se complica por momentos y est¨¢ provocando no solo la muerte de miles de combatientes de ambos lados y de inocentes civiles, sino tambi¨¦n una crisis considerable en la Europa democr¨¢tica.
Los dos estudios son complementarios y se centran fundamentalmente en la figura del aut¨®crata culpable de la invasi¨®n de Ucrania. Ofrecen una semblanza de ¨¦l tan poli¨¦drica como interesante, que ayuda a descubrir c¨®mo toma sus decisiones e incluso a prever algunas de ellas. Galeotti hace un compendio de la historia rusa, desde su fundaci¨®n primera en Kiev, sobre la que se asientan la leyenda y el convencimiento del Kremlin de que en el fondo Ucrania y Rusia han sido siempre un mismo pueblo y un mismo territorio. Por distorsionado que resulte, este es un imaginario ¨²til para explicar los motivos que Putin enarbola como in¨²til justificaci¨®n de su criminal aventura b¨¦lica. Aunque la brevedad de ese relato hist¨®rico lo hace en ocasiones de dif¨ªcil comprensi¨®n, habida cuenta del aluvi¨®n de nombres y fechas que lo pueblan, finalmente nos ayuda a comprender que la Rusia de hoy se parece mucho a la del pasado, y su dirigente m¨¢ximo aspira, consciente o inconscientemente, a ser heredero natural de Iv¨¢n el Terrible o Pedro el Grande. Pese a la dureza letal de algunas de sus decisiones, al parecer Putin las sopesa largamente antes de tomarlas. ¡°Tiene aversi¨®n al riesgo, no es un macho aventurero¡±, hasta el punto de que, seg¨²n el autor, decidi¨® que las tropas entraran en Ucrania solo en el ¨²ltimo minuto. Semejante aseveraci¨®n, de ser cierta, arrojar¨ªa sospechas sobre la actitud desafiante de la Casa Blanca cuando anunci¨® repetidamente y con gran aparato medi¨¢tico la previsible invasi¨®n antes de que tuviera lugar. En cierto modo Putin podr¨ªa haber considerado aquello como una provocaci¨®n y no una advertencia disuasoria. Se hace hincapi¨¦ tambi¨¦n en el papel predominante de la iglesia ortodoxa en la consolidaci¨®n de la unidad territorial y el sentimiento nacionalista del inmenso pa¨ªs que es Rusia y en las demandas de seguridad y respeto que a lo largo de la historia Mosc¨² ha exhibido frente a lo que consideran la amenaza exterior. En opini¨®n del ocupante del Kremlin seguridad y respeto solo son posibles si se demuestra fortaleza, para la que Vlad¨ªmir est¨¢ emocionalmente m¨¢s que preparado. ?l mismo dijo que ¡°aunque han pasado cincuenta a?os, las calles de Leningrado me ense?aron una cosa: si una pelea es inevitable, l¨¢nzate y pega primero¡±. Esa es la estrategia que le ha llevado a emprender la aventura de Ucrania. No esperaba la formidable resistencia de Kiev pues, en el fondo, estimaba imposible que los ucranianos dieran la espalda a Mosc¨².
Entender c¨®mo act¨²a Putin no es una forma de justificarle, sino una condici¨®n para combatirle con perspectivas de ¨¦xito
Entender c¨®mo act¨²a Putin no es una forma de justificarle sino una condici¨®n para combatirle con perspectivas de ¨¦xito. Rusia es una superpotencia en declive econ¨®mico y militar cuya poblaci¨®n no ha vivido jam¨¢s en democracia, y ha demostrado a lo largo de los siglos que es capaz de soportar sufrimientos y vejaciones sin cuento. Padece una cierta esquizofrenia de identidades: su realidad euroasi¨¢tica no deja de ser una construcci¨®n intelectual. Repetidos esfuerzos por asimilarse a Europa, por ser parte de ella, han chocado no pocas veces no solo con el apego a sus diferencias sino con la propia reticencia europea, tendente a considerar a los rusos ¡ªdice Galeotti¡ª ¡°no como europeos del este, sino como asi¨¢ticos del oeste, o en el mejor de los casos como un h¨ªbrido bastardo¡±. Puede ser que ese sea el origen de que se le considere el pa¨ªs m¨¢s complejo del mundo. En cualquier caso es tambi¨¦n el m¨¢s extenso y la primera potencia nuclear.
Est¨¢ por ver cual es el desarrollo de la actual guerra, que en los d¨ªas recientes no ha hecho sino empeorar para el ej¨¦rcito ruso. Cu¨¢nta es su duraci¨®n y cual es su desenlace. De momento ha servido para levantar el tel¨®n de un nuevo escenario mundial en el que la inc¨®gnitas superan con crece a las certezas. La revoluci¨®n de Lenin, al amparo de la primera gran contienda europea acab¨® con los Romanov. La segunda gran guerra, y la posterior guerra fr¨ªa contribuyeron a consolidar primero el imperio de la Uni¨®n sovi¨¦tica y a despedazarlo m¨¢s tarde. Para Galeotti estas son evidencias de que la Historia siempre gana y en su opini¨®n Putin no deber¨ªa haberse atrevido a jugar con ella. Ojal¨¢ acierte en el pron¨®stico.
Tenemos que hablar de Putin?
Traducci¨®n de Mireia Bofill
Capit¨¢n Swing, 2022
128 p¨¢ginas, 17 euros.
Una breve historia de Rusia?
Traducci¨®n de Francisco Herreros
Capit¨¢n Swing, 2022
148 p¨¢ginas, 17 euros
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