¡®Arqueolog¨ªas¡¯: versos para un mundo en ruinas

Cuatro a?os despu¨¦s de su deslumbrante Descendimiento, Ada Salas sustituye el retablo pict¨®rico y dram¨¢tico por la espeleolog¨ªa discursiva. Arqueolog¨ªas se abre con un poema-pr¨®logo que esboza el prop¨®sito del libro: indagar en la memoria colectiva a trav¨¦s de las huellas que reflejan nuestro paso por...

Cuatro a?os despu¨¦s de su deslumbrante Descendimiento, Ada Salas sustituye el retablo pict¨®rico y dram¨¢tico por la espeleolog¨ªa discursiva. Arqueolog¨ªas se abre con un poema-pr¨®logo que esboza el prop¨®sito del libro: indagar en la memoria colectiva a trav¨¦s de las huellas que reflejan nuestro paso por el mundo. El primer apartado (¡®Antiqvuarium¡¯) nos invita a visitar las ruinas de Paestum, en las que se recogen los fragmentos de una realidad quebradiza. El apabullante inventario de templos, estelas, vasijas y ¨²tiles variopintos no obedece a la eleg¨ªa por una remota edad de oro ni se subordina a la exhibici¨®n de un culturalismo erudito, aunque no falten gui?os a la urna de Keats ni a la ¡®Canci¨®n a las ruinas de It¨¢lica¡¯ de Rodrigo Caro.

Desde la perspectiva de la autora, los restos preservados no convocan un simulacro de eternidad, sino que exaltan el imperio de lo pasajero. As¨ª, la voz p¨®stuma que enuncia estos versos (¡°Si preguntas / lejano y extranjero / de pie frente a mi tumba¡±) sacrifica el af¨¢n de reconstrucci¨®n en aras de la voluntad deconstructiva. Por ejemplo, el relieve que representa el beso deshecho de unos enamorados permite extraer una lecci¨®n que concuerda con la de una ic¨®nica secuencia de Viaje a Italia, donde la c¨¢mara de Rossellini registraba el hallazgo de dos cuerpos entrelazados en las entra?as del Vesubio: ¡°Viene atravesando siglos // luego // nos devuelve a la tierra¡±.

La contemplaci¨®n de los yacimientos hist¨®ricos se desplaza hacia la evocaci¨®n de la intrahistoria familiar en la segunda parte del libro, ¡®Civitas¡¯. Los vestigios se corresponden aqu¨ª con los de una identidad cristalizada en ciertas vi?etas de la infancia, como la ca¨ªda de un columpio, las canciones de corro o el acto de pelar una cebolla. No obstante, la tentaci¨®n de la nostalgia aparece cortada de ra¨ªz por un dispositivo que obtura la linealidad del relato mediante incisos digresivos e impide que la emoci¨®n se desborde gracias al h¨¢bil manejo de la elipsis. En suma, la concepci¨®n de la escritura como un palimpsesto y la visi¨®n del pasado como un proceso c¨ªclico y regenerativo se dan cita en una de las propuestas m¨¢s originales de nuestro presente po¨¦tico.

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