En busca de la catarsis teatral

Si hubiera que calificar este espect¨¢culo de un golpe, la palabra podr¨ªa ser ¡°visceral¡±. Lo es en todos los sentidos. El texto, la puesta en escena y la actuaci¨®n de las actrices. Se lo juega todo a esa carta. Quiere emocionar, golpear, perturbar. Qui¨¦n no se va a estremecer ante una madre soltera cuyo hijo se est¨¢ muriendo de c¨¢ncer y ella no puede pagar el tratamiento porque es una mujer pobre e ignorante y entonces se ve obligada a cometer un delito para conseguir dinero y despu¨¦s de todo el muchacho muere. ?Quieres catarsis teatral? Pues toma. La historia conmueve y la vehemencia con que l...

Si hubiera que calificar este espect¨¢culo de un golpe, la palabra podr¨ªa ser ¡°visceral¡±. Lo es en todos los sentidos. El texto, la puesta en escena y la actuaci¨®n de las actrices. Se lo juega todo a esa carta. Quiere emocionar, golpear, perturbar. Qui¨¦n no se va a estremecer ante una madre soltera cuyo hijo se est¨¢ muriendo de c¨¢ncer y ella no puede pagar el tratamiento porque es una mujer pobre e ignorante y entonces se ve obligada a cometer un delito para conseguir dinero y despu¨¦s de todo el muchacho muere. ?Quieres catarsis teatral? Pues toma. La historia conmueve y la vehemencia con que las int¨¦rpretes abordan sus personajes deriva en momentos de alto voltaje. El p¨²blico sale sobrecogido. Pero tambi¨¦n desconcierta. ?Por qu¨¦? Posiblemente por el tono: no est¨¢ modulado, tiene la misma intensidad durante toda la funci¨®n. Y eso hace que Gabriela Iribarren, que encarna a la protagonista, tenga que desga?itarse para subrayar la apoteosis final.

Esa es la apuesta de Gabriel Calder¨®n en Ana contra la muerte. El dramaturgo y director uruguayo ha ganado prestigio en Espa?a desde que estren¨® en 2020 su obra Historia de un jabal¨ª y este nuevo montaje, que ha tenido un gran impacto en su pa¨ªs, se esperaba con ganas. Comparte con Historia de un jabal¨ª una escenograf¨ªa ruda (tablones como los de los antiguos comediantes de carretera) que evoca o quiz¨¢ reivindica el teatro como oficio artesanal y a la vez rompe las reglas de la ¡°representaci¨®n¡±; es decir, deja claro que se trata de una ficci¨®n y as¨ª puede entrar y salir de ella con m¨¢s libertad. Calder¨®n le saca mucho partido a ese juego, pues con solo tres actrices pone en escena el triple de personajes y pasa de uno a otro apenas con un leve gesto. Le permite tambi¨¦n combinar con naturalidad partes dialogadas con otras m¨¢s narrativas y dirigirse directamente al p¨²blico rompiendo la cuarta pared.

Solo Gabriela Iribarren no cambia. Su actuaci¨®n es lo mejor de la funci¨®n. Sufrimos con ella la enfermedad del chico, pero tambi¨¦n su impotencia por no poder salvarlo. Y tal vez sea esto ¨²ltimo lo m¨¢s interesante, pues mientras que lo primero es obvio, lo segundo no tanto: es evidente que la muerte de un hijo duele igual seas rico o pobre, pero sus consecuencias son distintas. Y por tanto, el dilema que se plantea como tema central de la obra ¡ª¡±?Qu¨¦ estar¨ªas dispuesta a hacer para salvar a tu hijo?¡±¡ª no ser¨ªa tan desgarrador si la protagonista tuviera m¨¢s recursos econ¨®micos.

Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.