Nathalie Sese?a no teme a Elizabeth Costello

Este mon¨®logo teatral es tan inc¨®modo como la novela en que se inspira: Elizabeth Costello, del Nobel sudafricano J. M. Coetzee. O m¨¢s bien, como su protagonista, Elizabeth Costello, que aparece en otros dos libros del autor, Las vidas de los animales y Hombre lento. Un personaje sin pelos en la lengua y bastante contradictorio que Coetzee utiliza como alter ego no solo para expresar sus op...

Este mon¨®logo teatral es tan inc¨®modo como la novela en que se inspira: Elizabeth Costello, del Nobel sudafricano J. M. Coetzee. O m¨¢s bien, como su protagonista, Elizabeth Costello, que aparece en otros dos libros del autor, Las vidas de los animales y Hombre lento. Un personaje sin pelos en la lengua y bastante contradictorio que Coetzee utiliza como alter ego no solo para expresar sus opiniones, sino como instrumento de activaci¨®n del pensamiento. Provoca por lo que dice ¡ªy dice unas cuantas cosas pol¨ªticamente incorrectas¡ª pero tambi¨¦n por su ret¨®rica, lo que obliga al lector a replantearse continuamente sus propios razonamientos. Llam¨¦moslo desaf¨ªo intelectual.

Perseguida por ese desaf¨ªo durante a?os, la dramaturga Lola Blasco se ha lanzado ahora a trasladarlo a las tablas con un mon¨®logo que acaba de estrenarse en Madrid encarnado por la actriz Nathalie Sese?a bajo la direcci¨®n de Pepa Gamboa. El espect¨¢culo, titulado Sobre la vida de los animales, es deliberadamente inc¨®modo como se?al¨¢bamos al principio de esta rese?a, pero precisamente por ello estimulante. Por un lado, por la inteligencia con la que Blasco ha condensado el texto de Coetzee. En segundo lugar, por los sugerentes recursos esc¨¦nicos introducidos por Gamboa para acompa?ar, subrayar o potenciar las diferentes escenas, desde las preciosas fotograf¨ªas de animales que se proyectan al comienzo de la representaci¨®n hasta los sonidos, la luz, las sombras. Y finalmente, por la singular interpretaci¨®n de Nathalie Sese?a, que comienza algo balbuceante pero va creciendo a medida que avanza la funci¨®n. Con una gestualidad muy expresiva, la actriz compone un personaje exc¨¦ntrico e irritante en muchos momentos, pero con el humor y el desparpajo suficientes para sostener argumentos controvertidos.

El m¨¢s osado es sin duda el que compara el Holocausto con lo que ella llama las ¡°f¨¢bricas de exterminio de animales¡± de la industria alimentaria. En la novela de Coetzee, Elizabeth Costello es una escritora sesentona a la que el lector va conociendo a trav¨¦s de ocho conferencias que pronuncia en distintas ciudades del mundo. En sus charlas, no solo habla de literatura sino que aprovecha para hacer una encendida defensa de los derechos de los animales, entrelazada con disertaciones sobre temas como el mal, la violencia, el sexo, la vejez o la muerte. En la adaptaci¨®n de Blasco, el personaje supuestamente est¨¢ dando una de esas conferencias y se dirige al p¨²blico como si fuera su audiencia, de modo que establece una comunicaci¨®n directa con los espectadores. Y eso adem¨¢s le da una gran libertad para ir de un argumento a otro con verosimilitud.

Lo mejor del espect¨¢culo es sin duda esa apuesta por la libertad. Tanto por parte de la directora, que ha reconocido que se inspir¨® en las conferencias de la vanguardia espa?ola de la primera mitad del siglo XX trufadas de acciones teatrales, como por parte de la int¨¦rprete, que aborda el personaje sin miedo a resultar irritante y con la desinhibici¨®n propia de quien se ve con un pie en la tumba.

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