¡®El ¨²ltimo d¨ªa de la vida anterior¡¯, gran ficci¨®n psicol¨®gica

Tras el soberbio despliegue narrativo que Andr¨¦s Barba llev¨® a cabo en Rep¨²blica luminosa, donde el conflicto planteado en la novela ahondaba en el tejido social de una ciudad de provincias, San Crist¨®bal ¡ªcon sus familias tradicionales, sus enredos pol¨ªticos y su languidez tropical, reproduci¨¦ndose all¨ª ¡°los mismos mecanismos de perpetuaci¨®n en el poder, los mismos circuitos de legitim...

Tras el soberbio despliegue narrativo que Andr¨¦s Barba llev¨® a cabo en Rep¨²blica luminosa, donde el conflicto planteado en la novela ahondaba en el tejido social de una ciudad de provincias, San Crist¨®bal ¡ªcon sus familias tradicionales, sus enredos pol¨ªticos y su languidez tropical, reproduci¨¦ndose all¨ª ¡°los mismos mecanismos de perpetuaci¨®n en el poder, los mismos circuitos de legitimaci¨®n y amiguismo, las mismas din¨¢micas¡± que en otras poblaciones similares¡ª, el escritor madrile?o vuelve a ce?irse al ¨¢mbito que ha caracterizado toda su trayectoria narrativa desde el primer momento: la psicoficci¨®n.

Siempre atento al an¨¢lisis de las relaciones personales, a indagar en esos interiores ahumados que promueven conductas y actos y donde tambi¨¦n anidan las emociones y sentimientos, este rasgo medular de la narrativa de Barba ha propiciado que se le haya comparado con Henry James. Como sucede ahora con El ¨²ltimo d¨ªa de la vida anterior, invit¨¢ndosenos a que la leamos en la ¨®rbita de Otra vuelta de tuerca y dem¨¢s cl¨¢sicos del g¨¦nero fant¨¢stico y de fantasmas. Quiz¨¢s. Aunque no es el terror lo que aqu¨ª predomina; s¨®lo un vago miedo inicial que enseguida da paso a un temor por lo ins¨®lito del suceso.

La aparici¨®n de un ni?o que no pesta?ea en la cocina de una casa vac¨ªa a donde acude la joven vendedora de una inmobiliaria es un resorte narrativo que opera como detonante de una crisis a la que sigue una transformaci¨®n, cuando la presencia de esta figura ajena a la vida y al mundo cotidiano de esta mujer le produce tan profunda extra?eza que el suceso se convierte en una obsesi¨®n y pasa a ser el centro de su vida. Hasta el extremo de volver una y otra vez a la casa para desentra?ar ese enigma o misterio, alej¨¢ndose as¨ª cada vez m¨¢s de cuanto hasta entonces hab¨ªa constituido su mundo.

En este proceso de averiguaci¨®n, el camino es doble: a la par que atraviesa el espejo (y aqu¨ª s¨ª es muy significativa y pertinente la filiaci¨®n con Lewis Carroll, cuya Alicia aparece expl¨ªcitamente mencionada en m¨¢s de una ocasi¨®n) y va explorando la vida del ni?o, la joven experimenta una progresiva disociaci¨®n. El ¡°ni?o vive siempre as¨ª, en un mundo disociado, donde los sentimientos van siempre un paso por delante o detr¨¢s de los cuerpos¡±, se dice a s¨ª misma, cuando ya ha recorrido un buen trecho del camino. A partir de objetos, fotograf¨ªas y otros elementos de la casa, y de los sucesivos encuentros, ella logra esclarecer el dram¨¢tico conflicto del ni?o, que anida en el orbe familiar, y espec¨ªficamente en las relaciones con la madre. Narrativamente, esta historia se recuenta en un breve cap¨ªtulo final. Hasta ese momento y en paralelo, la joven descubre una crisis personal, cuyos distintos hilos va desanudando, entre la incertidumbre y el desasosiego, ya que a medida que se aleja de su vida anterior descubre tambi¨¦n otra posible y dotada de un m¨¢s profundo sentido humano.

Lo excelente de la novela es c¨®mo Barba narra ese desprendimiento de la protagonista con una precisi¨®n microsc¨®pica en lo que ata?e a gestos, miradas, reacciones¡­

Lo excelente de la novela es c¨®mo Barba narra ese desprendimiento: con una precisi¨®n microsc¨®pica en lo que ata?e a gestos, miradas, reacciones¡­, lo cual a?ade una especial intensidad a un relato tambi¨¦n notable por su condici¨®n especular, pues son varias las im¨¢genes cronol¨®gicas que se van sobreponiendo en un progresivo asedio donde a lo real se le adhiere su reflejo. No es solo el encuentro consigo misma lo que se pretende averiguar, sino tambi¨¦n qui¨¦n es ella para los dem¨¢s. Y no es nada corriente una vivisecci¨®n ¨ªntima de tal calado.

Y en esta atm¨®sfera sombr¨ªa ¡ªpresidida por la soledad, la culpa, el abandono o una ab¨²lica resignaci¨®n¡ª se abre camino la esperanza cuando se comprueba ¡°algo bien sencillo: una persona ayuda a otra¡±.

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