Karl Ove Knausg?rd, un diablo anda suelto por Noruega

Aquellos lectores que tuvieron la sensaci¨®n de quedarse un poco hu¨¦rfanos cuando acabaron de leer el sexto y ¨²ltimo tocho de Mi lucha, la serie de libros de autoficci¨®n que lanzaron al estrellato literario a Karl Ove Knausg?rd, est¨¢n de enhorabuena. El escritor noruego ...

Aquellos lectores que tuvieron la sensaci¨®n de quedarse un poco hu¨¦rfanos cuando acabaron de leer el sexto y ¨²ltimo tocho de Mi lucha, la serie de libros de autoficci¨®n que lanzaron al estrellato literario a Karl Ove Knausg?rd, est¨¢n de enhorabuena. El escritor noruego con aspecto de cantante indie ha vuelto a la narrativa de ficci¨®n con una novela sorprendente, adictiva e hipn¨®tica por momentos, pero tambi¨¦n irregular y a veces desquiciante. Ya no hay digresiones de decenas y decenas de p¨¢ginas sobre literatura, m¨²sica o la obligaci¨®n de socializar con los padres de los amiguitos de tus hijos, mientras el protagonista espera su turno ante la caja del supermercado o se desespera ante un torpe viandante que frena su avance por la calle, como suced¨ªa en aquel memorable proyecto autobiogr¨¢fico, ahora hay mucho di¨¢logo.

Y mucha acci¨®n, sobre todo en la primera parte de la extensa La estrella de la ma?ana (en Noruega se edit¨® en 2020 dentro de un proyecto que ya cuenta con dos vol¨²menes m¨¢s publicados en su pa¨ªs en los dos a?os siguientes), salpicada tambi¨¦n por reflexiones relativas a la muerte, especialmente, que incluyen un peque?o ensayo final a modo de coda que rompe con toda la estructura anterior, o a las servidumbres y autojustificaciones que genera el cuidado de personas con problemas f¨ªsicos y mentales. Al principio parece una novela de g¨¦nero, de terror, apocal¨ªptica, popular, por los recursos empleados para captar y mantener la atenci¨®n del lector y por la presencia de elementos extraordinarios, sobrenaturales. El primero y principal, porque marca toda la acci¨®n, es la aparici¨®n de una enorme y luminosa estrella en los dos ¨²ltimos d¨ªas de verano (toda la acci¨®n transcurre en esas dos jornadas) en una poblaci¨®n de Noruega. A partir de ah¨ª, los hechos se suceden: Los miembros de una banda de death metal son asesinados brutalmente, los bosques y las carreteras son invadidos por miles de cangrejos, un hombre al que se daba por muerto da se?ales de vida cuando van a extirparle sus ¨®rganos para donarlos. El demonio no anda muy lejos.

La novela se interna por la senda fant¨¢stica de las novelas de Stephen King, por ejemplo, para despu¨¦s dar un quiebro y dejar en suspenso las expectativas del lector cuando este ya ha aceptado y asumido las constantes del g¨¦nero

La novela se interna por la senda fant¨¢stica de las novelas de Stephen King, por ejemplo, para despu¨¦s dar un quiebro y dejar en suspenso las expectativas del lector cuando este ya ha aceptado y asumido las constantes del g¨¦nero. La potente visualizaci¨®n de la estrella que da t¨ªtulo al libro, bajo cuyo influjo se modifica el comportamiento de los animales o las personas, recuerda a ese planeta destinado a chocar con la Tierra de la magn¨¦tica pel¨ªcula Melancol¨ªa, concebida por otro creador escandinavo atormentado como es el cineasta dan¨¦s Lars von Trier. El t¨ªtulo de una de las novelas del noruego, Bailando en la oscuridad, es pr¨¢cticamente el mismo que el del filme del director protagonizado por la islandesa Bj?rk.

El narrador de la ¨²ltima novela de Knausg?rd sigue siendo en primera persona, pero ya no es Karl Ove hablando de su mezquino comportamiento de adolescente le¨ªdo o de la muerte de su padre, sino que son nueve personajes, m¨¢s o menos interconectados, todos ellos deslumbrados por la estrella naciente, cada uno con su lenguaje y personalidad. Este brillante ejercicio estil¨ªstico atrapa al lector tanto por la forma como por el contenido, si bien alguien se puede desesperar con sus pormenorizadas descripciones de h¨¢bitos cotidianos como lavarse los dientes. El escritor, padre de cinco hijos, insufla vida a una adolescente con talento para cantar que consuela sus frustraciones con la comida; a un machirulo periodista de la vieja y alcoh¨®lica escuela que pena en la secci¨®n de cultura hasta que encuentra la oportunidad de brillar de nuevo en sucesos; a un catedr¨¢tico de Literatura con una vida supuestamente envidiable al que le trastoca descubrir un escrito de su mujer (que est¨¢ sufriendo un brote psic¨®tico por lo que piensa en ingresarla, ?para liberarse? ?como venganza?), en el que manifiesta su deseo de follar con el diletante de su vecino, hijo de un rico naviero que se dedica en su caba?a a leer la Biblia, Kierkegaard, H?lderlin o Nietzsche; a un educador infantil al que le remuerde la conciencia por no haber avisado de que un ni?o se golpe¨® la cabeza al caerse del cambiador de pa?ales o a una mujer joven que siente repulsi¨®n por las insinuaciones sexuales del hijo de su marido, un reputado arquitecto que le dobla en edad, al tiempo que se pregunta si habr¨¢ dado pie a ellas.

Entre la galer¨ªa de personajes, que van m¨¢s all¨¢ de la m¨¢scara social que exhiben, destaca Katherine, pastora de la iglesia noruega que decide pasar la noche en un hotel de su ciudad y no regresar a casa, tras un viaje de trabajo para participar en un seminario sobre una nueva traducci¨®n de la Biblia (el propio Knausg?rd particip¨® como consultor en una tarea similar). Su marido la espera, pero ella solo siente la necesidad de estar sola. Volver al lado de su pareja, un hombre bueno que cuida bien de sus dos hijos, se le hace un mundo. Su vida era ¡°absoluta, verdadera¡±, pero ¡°ya nada estaba abierto¡±, piensa.

Conforme la novela avanza, la acci¨®n se entremezcla con la ficci¨®n del sue?o, de lo imaginado, de lo sobrenatural con un punto esot¨¦rico que puede cansar o desquiciar, como ese largo viaje por el mundo de los muertos entre los bosques noruegos que emprende uno de los protagonistas cuando cae en coma. Pero el nuevo tocho (780 p¨¢ginas) de Karl Ove Knausg?rd procura una lectura por momentos vibrante, llena de observaciones interesantes. Y para su disfrute no es necesario de ser un feligr¨¦s de su particular congregaci¨®n. ?O s¨ª?

Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.