¡®El ¨²ltimo atardecer¡¯, el peligro de la belleza

En El ¨²ltimo atardecer, Gustavo Mart¨ªn Garzo vuelve a explorar los secretos del coraz¨®n, auscultando los m¨²ltiples repliegues donde anida el inquieto y bullente magma de sentimientos anudados a lo largo de una vida, el c¨²mulo de recuerdos imposibles de borrar, los muchos anhelos y deseos incumplidos, que perturban y duelen, pero tambi¨¦n alientan y espolean...

En El ¨²ltimo atardecer, Gustavo Mart¨ªn Garzo vuelve a explorar los secretos del coraz¨®n, auscultando los m¨²ltiples repliegues donde anida el inquieto y bullente magma de sentimientos anudados a lo largo de una vida, el c¨²mulo de recuerdos imposibles de borrar, los muchos anhelos y deseos incumplidos, que perturban y duelen, pero tambi¨¦n alientan y espolean el ¨¢nimo. Y vuelve a centrar su novela en un personaje femenino, dada la fascinaci¨®n que al autor le inspiran algunas mujeres, reales o imaginadas.

Mar¨ªa, una m¨¦dica reci¨¦n licenciada, elige como primer destino Torrelobat¨®n porque all¨ª se rodaron algunas escenas de El Cid Campeador, interpretada por Charlton Heston, protagonista tambi¨¦n de El se?or de la guerra, pel¨ªcula que ella hab¨ªa visto de joven con su padre y le caus¨® una honda impresi¨®n. Por ello empezar¨¢ a redactar un diario ¡ªentre la cr¨®nica y la confesi¨®n¡ª dirigido a este, fallecido a?os atr¨¢s, que fue quien la crio y educ¨®, tras renunciar su madre a hacerlo para defender su independencia y no hipotecar su profesi¨®n.

La exploraci¨®n del pueblo y sus enclaves ¡ªcastillo, pantano, cementerio y ermita, parque e¨®lico, la finca donde se ubica una Escuela de Capacitaci¨®n Agraria¡ª, m¨¢s el conocimiento de algunos lugare?os, van tejiendo una red de historias que alternan con las evocaciones y confidencias de Mar¨ªa, solitaria e infeliz, todav¨ªa afectada por una reciente crisis, y sin respuesta a las muchas preguntas de ¨ªndole existencial que la aquejan, y que se agravan al descubrir el loco amor que siente por Roco, un adolescente enigm¨¢tico y esquivo, de una belleza salvaje e irreal, que acabar¨¢ convirti¨¦ndose en el nuevo destinatario de las anotaciones que la narradora vierte en su diario.

Casi todas las historias que cuenta Gustavo Mart¨ªn Garzo abordan una experiencia amorosa que versa sobre el deseo y su poder transformador

Gustan mucho las historias que cuentan, entre otros, la vieja Agustina, el artista-mendigo Frank Vega, Carmen, la due?a de la casa rural, y las j¨®venes azafatas que esta contrata para entregar trofeos y flores a los ciclistas en las etapas de las competiciones. Casi todas abordan una experiencia amorosa que versa sobre el deseo y su poder transformador. Tambi¨¦n sobre los confines de la belleza: el bien o el mal. Y el lector se siente muy bien inmerso en ese mundo que, si bien perteneciente a la realidad, no carece de misterio. Y en gran medida disfruta de todas esas historias gracias no solo por su contenido, sino tambi¨¦n gracias al tono envolvente de la voz narradora ¡ªla de Mar¨ªa¡ª, capaz de agavillarlas y narrarlas con gran encanto. Por eso el desenlace de la trama, que sobreviene de una manera un tanto brusca y hasta forzada, y es en exceso deudor de ciertos episodios muy de actualidad, en un primer momento parece expulsarnos de aquel mundo herm¨¦tico y hermoso. Por fortuna, este episodio no ocupa muchas p¨¢ginas. Y as¨ª lo que permanece en el lector es la dilatada traves¨ªa que nos ha regalado Gustavo Mart¨ªn Garzo.

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