¡®El moscovita desesperado¡¯: fabulosa caja de sorpresas

Me llega el libro de un escritor del que no sab¨ªa nada. Cuando le¨ª el nombre, enseguida me vino un dato que se escond¨ªa en mi memoria. Que este autor, que se llama Abrasha Rotenberg, es el padre de dos figuras conocidas del cine y el pop respectivamente, la actriz ...

Me llega el libro de un escritor del que no sab¨ªa nada. Cuando le¨ª el nombre, enseguida me vino un dato que se escond¨ªa en mi memoria. Que este autor, que se llama Abrasha Rotenberg, es el padre de dos figuras conocidas del cine y el pop respectivamente, la actriz Cecilia Roth y el cantante de rock Ariel Rot. Desconoc¨ªa que este hombre, nacido en un peque?o pueblo de la Ucrania sovi¨¦tica en 1926, como producto de los progromos, y llegado a Buenos Aires con ocho a?os, fuera autor de narrativa desde sus 75 a?os, y sobre todo del libro que ahora comentar¨¦, El moscovita desesperado. (Deber¨ªa esperar a decirlo al final, pero lo digo ya: un soberbio libro).

El moscovita desesperado consta de cinco relatos (prefiero usar el t¨¦rmino que us¨® en su d¨ªa Walter Benjamin, en su ensayo El narrador, para definirlo, en lugar de cuento). En este ensayo, el fil¨®sofo alem¨¢n hablaba del narrador como la voz de un navegante, el que narra lo que ve, y la voz del campesino, el que narra para fijar la tradici¨®n en la que est¨¢ inserto. En el libro de Abrasha Rotenberg no hay navegantes, aunque s¨ª viajeros, y tampoco hay campesinos, aunque s¨ª narradores de una ciudad, Buenos Aires, que fijan una manera de ser, la de los inmigrantes jud¨ªos en la capital de la Argentina. El sentido del humor que destilan estos relatos enseguida nos habla de una manera de ver el mundo, de entenderlo, de analizarlo y de ponerlo en las nubes o de bajarlo de su pedestal.

Me gustar¨ªa tener espacio para compartir cada relato y sus insospechadas peripecias, financieras, sentimentales o laborales. Cada historia es una caja de sorpresas, como la que da t¨ªtulo al volumen, ese moscovita que aprovecha la visita de un jud¨ªo argentino en busca de sus ra¨ªces perdidas, para tratar de sacar de la Uni¨®n Sovi¨¦tica una carpeta de sellos muy valiosos creyendo que se har¨¢ millonario; o ¡®La defoliaci¨®n¡¯, ese inimitable homenaje a ¡®Funes el memorioso¡¯, de Borges, aunque se convierta en un desternillante y a la vez serio antifunes.

Insisto. Uno de los libros de relatos m¨¢s fabulosos que he le¨ªdo ¨²ltimamente. Y atendiendo sobre todo a una lengua literaria impecable, que tambi¨¦n exig¨ªa Benjamin.

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