Ariel Rot: ¡°Se est¨¢ dise?ando un mundo para mentes muy b¨¢sicas¡±
El m¨²sico publica 'La Manada', ¨¢lbum guitarrero gestado durante un periodo de crisis personal
Ariel Rot (Buenos Aires, 1960) abre las puertas de su acogedora casa a la vera del madrile?o Parque del Oeste para hablar sobre su nuevo ¨¢lbum. Como la ronda promocional acaba de empezar, reconoce no haber tenido tiempo para estructurar la ret¨®rica a prop¨®sito del mismo, pero tampoco parece preocupado. ¡°Es importante conocerse y no llevar las frases aprendidas¡±, asegura. ¡°En general, no solo para las entrevistas. Tambi¨¦n en el escenario, en un funeral, en el hospital¡ mejor dejar que el momento resuelva. Si lo piensas, al final esa espontaneidad, esa franqueza, resulta m¨¢s honesta¡±.
Todav¨ªa no ha articulado el discurso sobre el disco, pero no escatima en datos que se antojan cruciales para comprender la esencia de este ciclo de canciones con sonido m¨¢s directo y crudo que de costumbre, en el que los textos ganan peso espec¨ªfico con respecto a entregas anteriores. Sabemos que empez¨® a concebirlo ¡°en un momento turbulento¡±, con dos premisas a priori innegociables: ¡°Evitar el piano para componer y no hacer ning¨²n tema latino¡±.
Este golpe de tim¨®n metodol¨®gico ¨Csu anterior ¨¢lbum, La Huesuda, fue parido frente al teclado¨C se antoja clave en el resultado final y nos recuerda que estamos ante uno de los guitarristas m¨¢s dotados en la historia del rock hispano. Un instrumentista vers¨¢til, que conoce en profundidad la tradici¨®n y ha forjado un sonido caracter¨ªstico ¨Ccon Tequila, con Los Rodr¨ªguez y por cuenta propia¨C a lo largo de una carrera no exenta de retos que ya dura 40 a?os. ¡°Sent¨ªa que en mis discos le faltaba protagonismo a la guitarra¡±, aclara. ¡°Siempre ha sido mi instrumento pero, al dejar las bandas, tuve que ocuparme de otros frentes. Tuve que hacer un gran esfuerzo para ser autosuficiente en la composici¨®n, la promoci¨®n, sobre el escenario. Ahora lo agradezco. Y, sobre todo, agradezco que me pasara en la edad adulta, porque fue una forma de seguir aprendiendo y sinti¨¦ndome vivo¡±.
Conviene detenerse en la importancia que Rot da al aprendizaje. No s¨®lo como v¨ªa de conocimiento, tambi¨¦n como refugio ante un entorno de creciente hostilidad y como f¨®rmula magistral contra la decadencia. ¡°Lo que nos hace hura?os es el desprop¨®sito y la vulgaridad en que se convirti¨® el mundo, desde todo punto de vista. Nos quedan refugios. La creaci¨®n y, sobre todo, el aprendizaje. Cuando se empiezan a acabar los atajos para encontrarte bien, ll¨¢mese sexo, drogas o rock and roll, hay que buscar y suplantarlos. Una buena manera es aprender, porque nos hace crecer en lugar de envejecer. Se est¨¢ dise?ando un mundo para mentes muy b¨¢sicas. Nuestro deber es educar a quien podamos¡ a los hijos, al p¨²blico¡ para que no se pierda la sensibilidad, la belleza, el ingenio, el buen gusto, la elegancia¡ yo qu¨¦ s¨¦, un mont¨®n de cualidades muy dif¨ªciles de encontrar, pero que est¨¢n y a las que se puede llegar¡±.
Entre las canciones m¨¢s emocionantes de La Manada est¨¢ Broder. Una ouija que busca establecer contacto con Juli¨¢n Infante ¨Ccompa?ero en Tequila y Los Rodr¨ªguez fallecido en 2000¨C y confirma que estamos ante una obra de naturaleza terap¨¦utica nacida en un complejo periodo de transformaci¨®n personal. Nuestro interlocutor asume que las canciones por s¨ª solas no curan, que la cosa ¡°no da para tanto¡±, pero apela al poder de la palabra, algo en lo que s¨ª cree fervientemente. ¡°Los resultados no es que sean espectaculares y tangibles, pero creo que de alguna manera te reconcilia con algo el poder decir a un amigo cosas que no dijiste y que ya no vas a poder decir personalmente. Siempre fui muy cohibido a la hora de expresar mis emociones y en este momento de mi vida me parece importante decir las cosas, no darlas por entendidas¡±.
El desnudo sentimental protagonizado por Rot ha sorprendido incluso a los m¨¢s cercanos. ¡°Mis padres, que son muy mayores, me pidieron que les mandara las letras porque, si no, no se enteran bien¡±, explica. ¡°No consiguieron escuchar el disco por esas cosas de la tecnolog¨ªa, y solo pudieron leer las letras. Mi madre me dijo ¡®?te habr¨¢s quedado a gusto?¡¯¡±. Pues s¨ª. Se le ve satisfecho. Y expectante: ¡°No era consciente de la honestidad que hay en ¨¦l. Ojal¨¢ no sea un disco m¨¢s¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.