¡®Holly¡¯: Stephen King da una lecci¨®n de narrativa en forma de novela negra
Con la primera historia larga de la detective que da t¨ªtulo al libro, el rey del terror consolida un personaje inolvidable y se instala en la mejor tradici¨®n del g¨¦nero
Hace tiempo que Stephen King (Portland, 75 a?os) lleg¨® a ese momento de una carrera literaria en el que muchos autores se hubieran sentido saciados. Autor de m¨¢s de sesenta best-seller internacionales, rey del terror, poseedor de un universo creativo y una capacidad narrativa apabullantes, King decidi¨® en 2014 entrar de lleno en el g¨¦nero negro con Mr. Mercedes, la...
Hace tiempo que Stephen King (Portland, 75 a?os) lleg¨® a ese momento de una carrera literaria en el que muchos autores se hubieran sentido saciados. Autor de m¨¢s de sesenta best-seller internacionales, rey del terror, poseedor de un universo creativo y una capacidad narrativa apabullantes, King decidi¨® en 2014 entrar de lleno en el g¨¦nero negro con Mr. Mercedes, la primera entrega de una trilog¨ªa protagonizada por el detective Bill Hodges y donde vemos por primera vez a una tal Holly Gibney. Ese personaje secundario fue ganando espacio y abriendo un camino que nos lleva hasta su primera historia larga como protagonista, publicada este jueves en espa?ol como Holly (Plaza&Jan¨¦s).
King lo explica as¨ª en una nota incluida en La sangre manda, una novela breve que supuso el primer vuelo en solitario de la detective Gibney: ¡°Adoro a Holly. As¨ª de sencillo. En principio deb¨ªa ser un personaje secundario en Mr. Mercedes, no m¨¢s que un extra estrafalario. Pero me rob¨® el coraz¨®n (y casi me rob¨® el libro). Siempre siento curiosidad por saber qu¨¦ est¨¢ haciendo y c¨®mo le van las cosas. Cuando vuelvo a ella, veo con alivio que todav¨ªa toma su Lexapro y sigue sin fumar¡±.
En Holly, la detective sigue al frente de Finders Keepers, la agencia que hered¨® de Hodges, centrada sobre todo en peque?os casos. Los j¨®venes hermanos Jerome y Barbara Robinson (ya conocidos por los lectores de la trilog¨ªa) y su socio Pete la ayudar¨¢n a resolver un extra?o caso surgido de un hilo del que Holly tira con habilidad: hay una serie de desapariciones en una zona cercana sin ninguna relaci¨®n aparente, cr¨ªmenes que han pasado bajo el radar durante a?os pero con un denominador com¨²n: los dos ancianos perpetradores. No se alarmen, no hay destripe posible. No es una novela enigma, no es un thriller en torno a un misterio por resolver: aqu¨ª sabemos qui¨¦nes son los malos, lo que desconocemos es cu¨¢ndo se van a cruzar con Holly, c¨®mo va a ser capaz de llegar hasta ellos, qu¨¦ da?o le van a hacer. Porque, si hay algo seguro en las novelas de King, es que sus protagonistas nunca salen indemnes. El libro est¨¢ dividido en dos tiempos entreverados: en uno (de 2018 a 2021) vemos a estos dos ilustres profesores cometer sus cr¨ªmenes (el porqu¨¦, se descubre pronto); en otro, ya en el tiempo presente de la novela (2021, un a?o despu¨¦s de La sangre manda) vemos a Holly ir a por ellos en la parte m¨¢s procedimental y pegada al policial can¨®nico, detallado y muy elaborado.
Hay algo arriesgado de este vuelo en solitario de Holly, un peligro frente al que el autor de Misery se pasea como si nada: que el personaje se convirtiera en un clich¨¦ o en alguien que, por su particular condici¨®n, genere m¨¢s pena que otra cosa. Pero ah¨ª se alza Holly Gibney con las hechuras de un personaje que perdurar¨¢ en el g¨¦nero por c¨®mo est¨¢ construida (hay detalles deliciosos en su camino de superaci¨®n), por esta novela y por lo que vendr¨¢: King ha confesado que ya est¨¢ con otra historia sobre ella. El autor estadounidense ha entendido a la perfecci¨®n la importancia de la continuidad del h¨¦roe en un g¨¦nero poblado por Sherlock Holmes, Harry Bosch, John Rebus, Petra Delicado o Tess Monaghan, por citar solo algunos ejemplos.
Holly atesora p¨¦rdidas antes de llegar a este libro: muerto su mentor y amigo Bill Hodges por c¨¢ncer de p¨¢ncreas, muerta su prima Janey a manos de un psic¨®pata (y antes otra prima que se suicida por culpa del mismo asesino, Brady Hartsfielf, due?o y se?or de las p¨¢ginas m¨¢s oscuras de la trilog¨ªa de Mr. Mercedes), machacada por una madre odiosa, (la se?ora Charlotte, negacionista, muere por coronavirus al principio de esta novela en un claro mensaje de King a los trumpistas)... Adem¨¢s, en La sangre manda ya no fumaba, pero aqu¨ª ha vuelto. Eso s¨ª, ha conseguido mirar a la cara a la gente cuando los interroga, ya no va con los hombros encorvados, sabe enfrentarse a los problemas y usa la violencia, por mucho que le repela, si es necesario. Poeta frustrada, aqu¨ª con 55 a?os y m¨¢s retos que r¨¦moras, es una mujer bastante hecha, lejos del desastre que conocimos.
Una de las historias secundarias, la de la joven Barbara (aspirante a poeta, futura estudiante de Princeton, pupila de una autora m¨ªtica) es fascinante y respira amor por la literatura, pero King sabe que en este g¨¦nero cada capa tiene que ir hermanada con la trama general y as¨ª lo hace hasta un punto decisivo para el ritmo y el sentido final del libro. Del desenlace, por cierto, solo diremos que si en Fin de Guardia (la ¨²ltima de Bill Hodges) y en La sangre manda transita por esos caminos de lo sobrenatural que tan bien conoce, aqu¨ª se mantiene dentro de la realidad sin ahorrarse por ello nada del horror al que nos tiene acostumbrados.
Sin un tono tendencioso ni panfletario, King atiende tambi¨¦n a otro aspecto cl¨¢sico de la novela negra: los temas sociales. Aqu¨ª est¨¢n, entre otros, las reivindicaciones del movimiento Black Lives Matter, Trump y su destrucci¨®n del tejido de convivencia de Estados Unidos y el covid, pero todos se integran en la trama, en la actitud de los personajes, sin discursos. Sobre el virus, muy presente en la novela, la postura de King (a favor de las vacunas, la ciencia y las mascarillas, en contra de los conspiranoicos) es la de Holly, pero dice en la nota aclaratoria final que si hubiera elegido un personaje negacionista conf¨ªa en haberlo representado con justicia. As¨ª ocurre, por ejemplo, con las tesis de uno de los asesinos, que por supuesto no comparte.
¡°Cuando crees que has visto lo peor que los seres humanos tienen que ofrecer, descubres que te equivocas. La maldad no tiene fin¡±, comenta uno de los personajes secundarios casi al final, una frase que Holly hace suya. Y es as¨ª. El ¨²nico consuelo es que ese mal siga formando parte del corpus literario de autores como King, integrado ya en la tradici¨®n de la novela negra. Bill Hodges dijo en una ocasi¨®n a Holly que ¨¦l solo le¨ªa las historias de Michael Connelly y su personaje Harry Bosch y las de Ed McBain ambientadas en el distrito 87. Cuando Stephen King se mete en el g¨¦nero est¨¢, a su manera, a la altura de estos cl¨¢sicos. Y con Holly ha vuelto a regalarnos una excelente novela.
Holly
Traducci¨®n de Carlos Milla Soler
Plaza&Jan¨¦s, 2023
624 p¨¢ginas. 23,90 euros
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