¡®Derivas¡¯, de Kate Zambreno: el embarazo como metamorfosis

Este es un libro aparentemente sencillo que encierra una complejidad extraordinaria. Y una belleza y atrevimiento igual de extraordinarios porque, a trav¨¦s del relato cotidiano de una mujer que lee, escribe, da clases, menstrua, se masturba, viaja en metro, se obsesiona con los gatos callejeros, dialoga con su perrito Genet, mantiene correspondencia con otras amigas escritoras, aspira simult¨¢neamente a estar y a desaparecer, se hace selfis y toma otro tipo de fotograf¨ªas, vive en pareja, se queda embarazada, se preocupa por el dinero, se angustia, a trav¨¦s de todas esas cosas peque?as y de la ...

Este es un libro aparentemente sencillo que encierra una complejidad extraordinaria. Y una belleza y atrevimiento igual de extraordinarios porque, a trav¨¦s del relato cotidiano de una mujer que lee, escribe, da clases, menstrua, se masturba, viaja en metro, se obsesiona con los gatos callejeros, dialoga con su perrito Genet, mantiene correspondencia con otras amigas escritoras, aspira simult¨¢neamente a estar y a desaparecer, se hace selfis y toma otro tipo de fotograf¨ªas, vive en pareja, se queda embarazada, se preocupa por el dinero, se angustia, a trav¨¦s de todas esas cosas peque?as y de la discutible inmovilidad que caracteriza la escritura aparentemente intimista, est¨¢ dando cuenta de una metamorfosis personal, pero tambi¨¦n de una transformaci¨®n cultural de primer orden que estamos viviendo desde hace ya algunas d¨¦cadas.

Kate Zambreno relata el proceso de reformulaci¨®n del canon y la experiencia literaria desde la mirada parad¨®jica de una escritora que no puede renunciar a sus viejos ermita?os: Rilke, Walser, Kafka, la sistem¨¢tica negativa a las exigencias del ¨¦xito del Bartleby de Melville ¡ªtambi¨¦n se cita a nuestro Vila-Matas¡ª. Zambreno no renuncia y trata de comprender hasta el fondo, porque sabe que esos referentes forman parte de su cuerpo y se indigna cuando la obligan a ser solo ¡ªo ni m¨¢s ni menos¡ª una mujer que mira en exclusiva a otras mujeres; sin embargo, el embarazo hace que el cuerpo cobre otro tipo de protagonismo: se impone y la lleva a un acercamiento natural a otras mujeres dedicadas a la literatura y al arte: Sontag, Arbus, Chantal Ackerman, Lispector, Ingeborg Bachmann.

Tanto en la experiencia intelectual, como en la experiencia f¨ªsica de la gestaci¨®n, el cuerpo siempre ocupa el centro, pero con el embarazo se acent¨²a la conciencia de una precariedad que nos habla de la discriminaci¨®n estructural de las mujeres en el trabajo, en la escritura, en la escritura como trabajo y en los oficios perif¨¦ricos de supervivencia que surgen al lado y se superponen a la pulsi¨®n de escribir; con el embarazo, la realidad pol¨ªtica cristaliza en violencia directa contra su barriga de mujer gestante que, al reivindicar su espacio en el metro, nota un codazo y escucha la advertencia de un hombre: ¡°Si t¨² me das un golpe, te lo devuelvo¡±. Hombres que se sienten amenazados por mujeres que solo buscan defender un lugar. La posibilidad de una victoria de Trump lo enturbia todo y, si lo personal en este maravilloso texto se vuelve pol¨ªtico, tambi¨¦n lo pol¨ªtico afecta de manera directa a lo personal. Derivas. En la vida.

¡°Nunca he le¨ªdo p¨¢ginas m¨¢s verdaderas sobre el embarazo¡±, comenta la Nobel Annie Ernaux sobre este libro

Tambi¨¦n en la decantaci¨®n del canon ¡ªla decantaci¨®n es violencia¡ª se producen derivas y aprendizajes; quiz¨¢ el m¨¢s importante es el de que nadie se libra de las geograf¨ªas de su escritura ¡ªraza, g¨¦nero, clase¡ª por mucho que se aspire a la desaparici¨®n y precisamente todo lo que nos distrae de una escritura, pretendidamente despojada ¡ª¡±Derivas es mi fantas¨ªa de escribir un libro sobre nada¡±¡ª, forma la m¨¦dula de la escritura misma: ¡°Lo que impide que un libro se escriba se convierte en el propio libro¡±, escribe Zambreno parafraseando a Camus quien, a su vez, parafrasea a Marco Aurelio. La autora proyecta su conciencia de clase, sus or¨ªgenes en una familia reaganiana de clase media-baja, para mostrar el valor de la cultura como cultivo: en ese crecimiento es permeable a todas las fuentes de las que se pueda nutrir, ajena a los complejos de ¨¦poca y a los prejuicios que a veces nos definen como lectoras alegremente sectarias.

Para disfrutar de los viejos ermita?os contamos con un sentido cr¨ªtico que, poco a poco, hace que la escritora empiece a ver la vida y la obra de Rilke como una anomal¨ªa: su negaci¨®n de los v¨ªnculos familiares coadyuva a una concepci¨®n sagrada de una literatura, sin periferias ni m¨¢culas, que muta hacia algo religioso; en la hip¨®tesis rilkeana, el dinero o los olores, hiperest¨¦sicamente punzantes durante el embarazo, infectan la trascendencia de la literatura. Por el camino de formaci¨®n de esta gran pieza literaria, se va desgranando una teor¨ªa sobre la mirada: frente al lugar com¨²n de que la escritura propicia un tipo de mirada m¨¢s penetrante, se opone la idea de que la mirada literaria desenfoca lo real; la escritura se plantea como continua mise en abyme ¡ªZambreno mira a una madre y a una hija que miran a una gata¡ª; y aprender a ver es aprender a captar analog¨ªas, duplicidades, simultaneidades, presentimientos: la piedad improductiva por los animales como premonici¨®n del embarazo; la apelaci¨®n recurrente a las fantasmagor¨ªas de V¨¦rtigo; la escritora lee sobre humores y melancol¨ªa mientras su padre desarrolla un c¨¢ncer hep¨¢tico del que muri¨® su hermano gemelo; la escritora lee sincronizada con su amiga Sof¨ªa Amberes de Roberto Bola?o; las ¨¦cfrasis de las fotos de infancia de Rilke, el gran fantasma del relato, constituyen otra bell¨ªsima forma de duplicaci¨®n.

Igual que el nexo entre literatura y vida, escritura y cuerpo, que nos ofrece una inteligent¨ªsima aproximaci¨®n subterr¨¢nea, no acad¨¦mica, hacia los conceptos de autoficci¨®n y autobiograf¨ªa. ¡°Intento seguir las conexiones¡±, escribe Zambreno y lo hace sin caer en el culturalismo ni en la pretenciosidad minimalista, en ese irritante lirismo de lo ¨ªnfimo que a menudo solo es vac¨ªo. La escritora ensarta sus fragmentos en el hilo coherente y poderoso de la dispersi¨®n y la fragilidad ¡ªlas cosas rotas en la literatura suelen responder a un plan¡ª y consigue entregarnos el perfecto boceto de la transformaci¨®n del cuerpo y del campo cultural. Nos transmite la complejidad intr¨ªnseca, corporal e hist¨®rica, textual y contextual, de ser una mujer que escribe m¨¢s all¨¢ de los t¨®picos o de la correcci¨®n pol¨ªtica de titular publicitario que suele servir para demonizar a las mujeres. ¡°Nunca he le¨ªdo p¨¢ginas m¨¢s verdaderas sobre el embarazo¡±, comenta Ernaux de Derivas. Yo, que nunca he estado embarazada, tomo nota y pienso que, en vista de mi gozosa lectura de Derivas, lo que dice Ernaux es verdad.

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