¡®Universal concreto¡¯, de Javier Gom¨¢ Lanz¨®n, el encanto de una idea

Los mejores fil¨®sofos sol¨ªan ser hombres de una sola gran idea, o de un ¡°¨²nico pensamiento¡±, como dec¨ªa Schopenhauer de s¨ª mismo. Seducidos por una intuici¨®n genial, se lanzaron a poseerla y convertirla en su pasi¨®n intelectual. El encantado de la idea le da tantas vueltas, le descubre tantos matices, que termina por transformarla en el fundamento de una visi¨®n del mundo, porque la unicidad de esa idea jam¨¢s se agota en su simplicidad, tiene tantas implicaciones, suele desencadenar tan variadas preguntas que, cuanto...

Los mejores fil¨®sofos sol¨ªan ser hombres de una sola gran idea, o de un ¡°¨²nico pensamiento¡±, como dec¨ªa Schopenhauer de s¨ª mismo. Seducidos por una intuici¨®n genial, se lanzaron a poseerla y convertirla en su pasi¨®n intelectual. El encantado de la idea le da tantas vueltas, le descubre tantos matices, que termina por transformarla en el fundamento de una visi¨®n del mundo, porque la unicidad de esa idea jam¨¢s se agota en su simplicidad, tiene tantas implicaciones, suele desencadenar tan variadas preguntas que, cuanto m¨¢s se la observa y estudia, tanto m¨¢s fecunda se vuelve. Algo as¨ª le ha sucedido a Javier Gom¨¢ (Bilbao, 1965) con su ¡°idea¡± cenital: la ejemplaridad.

Este concepto le encant¨® de tal manera hace ya varias d¨¦cadas que lo convirti¨® en el eje central de su pensamiento filos¨®fico, ¨¦tico, sociol¨®gico y est¨¦tico. Gom¨¢, extraordinario articulista de prensa, conferenciante brillante, es autor de aclamados ensayos de corte filos¨®fico, entre los que destacan los libros que conforman su Tetralog¨ªa de la ejemplaridad (2014), una empresa filos¨®fica que constituye un hito fundamental dentro del panorama filos¨®fico en espa?ol. Siempre a vueltas con ese concepto m¨¢gico, este autor polifac¨¦tico lo llev¨® el a?o pasado a los escenarios de los mejores teatros de Espa?a en forma de una desternillante comedia: El peligro de las buenas compa?¨ªas.

En sus libros m¨¢s recientes ¡ªFilosof¨ªa mundana, La imagen de tu vida y Dignidad¡ª, Gom¨¢ hizo gala de un tono ensay¨ªstico ligero, muy literario, juguet¨®n a veces, con el que se explayaba sobre sus temas favoritos. El tono cambia en Universal concreto, que es un libro de Filosof¨ªa con may¨²scula, m¨¢s serio y trascendental que los anteriores. Ya el subt¨ªtulo remite a una obra compacta y unitaria, a todo un sistema filos¨®fico basado en el encanto del concepto de la ejemplaridad. Aunque est¨¢ concebido para la actualidad, sigue la tradici¨®n de los fil¨®sofos m¨¢s reputados. Hay ecos de Plat¨®n, Arist¨®teles, Kant, Ortega o Heidegger en sus p¨¢ginas; y otros tantos de Hegel ¡ªel ant¨ªpoda de Gom¨¢¡ª o de Max Weber y Schumpeter. Pero estos nombres en modo alguno condicionan el discurso claro y muy medido del fil¨®sofo, que expone de manera sistem¨¢tica pensamientos propios, nacidos de esas reflexiones que, inspiradas y original¨ªsimas, ha ido puliendo durante los a?os que lleva influyendo en nuestra sociedad como pensador y articulista. Con todo, Universal concreto no es un resumen de lo anterior, constituye una suma filos¨®fica centrada en la ejemplaridad cual idea inspiradora y reguladora del actuar del ser individual en el mundo moderno; adem¨¢s, tambi¨¦n puede ser entendido como una autobiograf¨ªa intelectual del propio Gom¨¢, pues totaliza tanto su ser personal como su pensar.

?Da para tanto la ejemplaridad como concepto? Gom¨¢ extrae de ¨¦l una ontolog¨ªa (esto es, una teor¨ªa que piensa el ser del mundo y su raz¨®n ¡ª?qu¨¦ es el mundo?, se pregunta el autor¡ª), una pragm¨¢tica (?qu¨¦ hacer en el mundo?) y una po¨¦tica (?qu¨¦ es lo bello?, ?c¨®mo nos cambia lo bello?, ?c¨®mo contribuye a cambiar el mundo?). Y todo esto expuesto de una manera ¡°mundana, sistem¨¢tica y literaria¡±.

El conjunto est¨¢ engarzado con l¨®gica, bien fundamentado, en un estilo elegant¨ªsimo y eficaz, trufado de referencias cl¨¢sicas, pues para Gom¨¢ la filosof¨ªa es tambi¨¦n una forma de la literatura. ¡°Literatura conceptual¡± la denomina. Y como en ella, tambi¨¦n en este sistema la imaginaci¨®n desempe?a un papel importante, act¨²a como el pegamento necesario para que engarcen las partes hasta conseguir un todo arm¨®nico. Pero lo mejor es la exposici¨®n met¨®dica y clara de algunas de las ideas que Gom¨¢ ya ha hecho populares en ensayos anteriores o en art¨ªculos de prensa, y que ahora aparecen bajo una luz nueva. En este sentido, son magn¨ªficos, por ejemplo, los p¨¢rrafos arrebatados que glosan la condici¨®n esencial del ¡°ente¡± humano, el hombre y la mujer que tienen que asumir su condici¨®n ¡ªrid¨ªcula e ignominiosa¡ª de ser cad¨¢veres en un futuro: ¡°De hecho, no se encontrar¨¢ sobre la redondez de la Tierra aventura mayor ni m¨¢s admirable que aprender a ser mortal: ni ciencias, ni amores, ni pasiones, ni m¨¦ritos, ni cuna, ni fortunas, ni honores, ni principados, ni victorias¡±. O las descripciones kierkegaardianas de la tarea vital del individuo, compelido por naturaleza a pasar de un estadio est¨¦tico de juventud e inconsciencia a otro ¨¦tico, en el que la responsabilidad ante la vida lo transforma en adulto. Muy claras son las definiciones de t¨¦rminos se?eros como ¡°dignidad¡±, ¡°ideal¡±, ¡°buena educaci¨®n¡±, ¡°imitaci¨®n¡±, ¡°amistad¡±, ¡°democracia liberal¡± o ¡°vulgaridad¡±. Conceptos como los de la muerte y la inmortalidad quedan definidos desde un sabio escepticismo, moldeado por el ideal de la ejemplaridad, que no invalida un sentimiento de esperanza en el m¨¢s all¨¢ inherente a lo humano. Y en este punto Gom¨¢ lanza una nueva regla de oro de la ¨¦tica, muy bella y practicable por todos: ¡°Vive de tal manera ¡ªcon tal ejemplaridad, con tal dignidad¡ª que tu muerte sea escandalosamente injusta¡±.

El buen ejemplo tanto en la vida cotidiana como en la pol¨ªtica deber¨ªa mover las voluntades de los individuos. Lo bueno y la excelencia son ideales que ayudar¨ªan a la sociedad a avanzar si estuvieran presentes en todas las conciencias. Gom¨¢ es valiente al sobreentenderlos en este nuevo sistema filos¨®fico, tan trabajado y exigente, y que supone la consagraci¨®n de su autor, no ya como el ¡°fil¨®sofo de moda¡± que fue, sino como el gran pensador de esp¨ªritu cl¨¢sico en el que se ha convertido.

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