Poetas para un nuevo 27: la generaci¨®n de mujeres que domina la poes¨ªa en espa?ol
Nueve autoras reflexionan sobre el estado del g¨¦nero en la actualidad, marcado por el femenino plural. Sus signos distintivos son el eclecticismo y el panhispanismo
Si aquella foto del Ateneo de Sevilla en el homenaje a Luis de G¨®ngora de 1927 se tuviera que repetir unos 100 a?os despu¨¦s, en vez de hombres trajeados y rostros masculinos podr¨ªan aparecer en su lugar un buen n¨²mero de mujeres. Si ellos demostraron innegable talento, dotes, voluntad y audacia sobrada para reinventar el camino de la poes¨ªa en el pasado siglo, lo mismo ocurre en el presente. Se enfrentan a ¨¦l con armas similares, iguales vocaciones, distintas herramientas¡ pero la misma fe. La...
Si aquella foto del Ateneo de Sevilla en el homenaje a Luis de G¨®ngora de 1927 se tuviera que repetir unos 100 a?os despu¨¦s, en vez de hombres trajeados y rostros masculinos podr¨ªan aparecer en su lugar un buen n¨²mero de mujeres. Si ellos demostraron innegable talento, dotes, voluntad y audacia sobrada para reinventar el camino de la poes¨ªa en el pasado siglo, lo mismo ocurre en el presente. Se enfrentan a ¨¦l con armas similares, iguales vocaciones, distintas herramientas¡ pero la misma fe. La que emana de una confianza ciega en la poes¨ªa como forma de abordar el mundo.
Como a ellos ayer; a ellas hoy las une tambi¨¦n cierta angustia por un tiempo incierto, pero el convencimiento de que, para iluminarlo, conviene emplearse a fondo en la tarea de rescatar de la ci¨¦naga el lenguaje y hacerlo digno de la m¨¢s noble condici¨®n humana mediante el arte de la poes¨ªa.
Para aquel homenaje quedaron inmortalizados Rafael Alberti, Federico Garc¨ªa Lorca, Juan Chab¨¢s, Mauricio Bacarisse, Jos¨¦ Mar¨ªa Romero Mart¨ªnez, Manuel Blasco Garz¨®n, Jorge Guill¨¦n, Jos¨¦ Bergam¨ªn, D¨¢maso Alonso y Gerardo Diego. Faltaban algunos hombres y tambi¨¦n sobraban all¨ª, en la imagen de la que luego fue bautizada como Generaci¨®n del 27. No estaban aquel d¨ªa Luis Cernuda, Pedro Salinas, Emilio Prados, Manuel Altolaguirre, Vicente Aleixandre, Juan Jos¨¦ Domenchina¡ Pero, sobre todo, quedaron fuera un buen pu?ado de mujeres, sin permiso de residencia en el canon. Poetas que con id¨¦ntico derecho merec¨ªan su lugar. Hablamos de Ernestina de Champourcin, Josefina de la Torre, Concha M¨¦ndez, Carmen Conde, Concha Lagos¡
A tres a?os de cumplir aquel centenario, en una misma d¨¦cada, pero con distinto p¨¢lpito, las mujeres que hoy aparecen en esta portada de Babelia tambi¨¦n marcan una ¨¦poca. No est¨¢n todas las que deber¨ªan, por supuesto. Los azares y los lugares a veces no cuadran con el momento oportuno, pero quienes acudieron a la cita que planteamos en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid s¨ª representan, entre la cincuentena y la treintena de a?os, a dos generaciones vigorosas y plenas de talento en la poes¨ªa en espa?ol contempor¨¢nea. Una m¨¢s madura, a la que pertenecen Lara Moreno, Ada Salas, Julieta Valero, Ana Merino y Raquel Lanseros y otra de s¨®lida juventud ya consagrada como Elena Medel, Berta Garc¨ªa Faet, ?ngela Segovia y Mar¨ªa G¨®mez Lara.
Todas encarnan la creatividad digna y central, ¨¦tica y est¨¦tica, de su g¨¦nero. Abordan territorios comunes y angustias discordantes en el imperio de lo que define esta ¨¦poca: el eclecticismo. Aficionados como somos a menudo en empe?arnos a ver el triunfo de las sombras, ellas niegan con su trabajo la mayor y alumbran el panorama literario presente con sus luces. Ya hubo Siglo de Oro, Edad de Plata, no sabemos qu¨¦ metal reserva la historia para este presente. Una potente aleaci¨®n, sin duda, de muchos quilates. Por las mujeres y los hombres que lo enriquecen, con la devoci¨®n po¨¦tica m¨²ltiple y global de nuestro tiempo.
La reinvenci¨®n que a todos nos ret¨® tras la apisonadora de las vanguardias, aquella ruptura que llev¨® a Marinetti a pronunciar su odio a la luna, leg¨® una arrolladora libertad que marca este siglo. Con la variedad y el pluralismo como se?as de identidad, cree Raquel Lanseros (Jerez de la Frontera, 50 a?os), ganadora en 2023 del Premio Generaci¨®n del 27 por su obra El sol y las otras estrellas y de la Cr¨ªtica en 2018 por Matria (Visor). En lo que la mayor¨ªa de ellas coinciden es en ese primer rasgo: el eclecticismo. ¡°No tenemos, en mi opini¨®n, una definici¨®n clara y ¨²nica¡±, asegura Lanseros. ¡°Pertenecemos a tiempos en los que impera el eclecticismo en la poes¨ªa y el resto de las artes, tanto para abordar tem¨¢ticas como est¨¦ticas¡±, a?ade.
Coincide en su diagn¨®stico con Mar¨ªa G¨®mez Lara (Bogot¨¢, 34 a?os), ganadora en 2015 del Premio Loewe Joven por Contratono (Visor): ¡°Nos une una pluralidad de voces. Me alegra que esta foto contenga a tantas mujeres escribiendo de maneras distintas¡±, dice la autora colombiana. Lo mismo que ?ngela Segovia (Las Navas del Marqu¨¦s, ?vila, 37 a?os), ganadora del Premio Nacional Miguel Hern¨¢ndez de Poes¨ªa Joven de 2019 por La curva se volvi¨® barricada (editado en La u?a rota): ¡°Todas somos muy distintas y eso es maravilloso, porque muestra una riqueza que me parece presente en la poes¨ªa en espa?ol de nuestro tiempo¡±.
En la misma direcci¨®n apunta Elena Medel (C¨®rdoba, 38 a?os), ganadora tambi¨¦n del Loewe Joven en 2014 por Chatterton y alejada del g¨¦nero como escritora desde hace una d¨¦cada, aunque no como editora, con su labor al frente del sello La bella Varsovia. ¡°Si algo define la poes¨ªa en espa?ol en este siglo es la diversidad, con voces de referencia y relevancia en est¨¦ticas muy diferentes¡±, afirma.
No quisiera Medel aplicar perspectiva de g¨¦nero a la generaci¨®n que pertenece. ¡°Creo por encima de todo que la escritura es un di¨¢logo. ?Qu¨¦ nos define? Todas las que estamos aqu¨ª somos mujeres que escriben poes¨ªa. Pero nada m¨¢s. Por fortuna no existe el estereotipo de la poeta. Como editora, es decir, como lectora, adem¨¢s, creo que no existe un rasgo ¨²nico. Pero, por favor, que no se nos acote en el clich¨¦: temas de mujeres. Las circunstancias influyen en la escritura, pero no la determinan ni la definen. No la limitan¡±.
¡°En Espa?a se ha avanzado mucho para que las poetas formen parte del canon¡±, subraya Ana Merino
Medel insiste en la transversalidad. No solo masculina y femenina. No solo espacial, tambi¨¦n temporal a la hora de buscar v¨ªnculos con figuras del pasado. Pero puntualiza que si algo ha definido la escritura de las mujeres ha sido la dificultad a la hora de mantener una carrera. Si miramos atr¨¢s, a quienes formaron parte de la Generaci¨®n del 50, muchas de ellas obtuvieron premios por sus primeros libros, rese?as entusiastas y c¨¢nticos de futuros prometedores. ¡°Pero luego sus carreras se detuvieron y la mayor¨ªa desapareci¨®. En el caso de muchas de ellas por la maternidad. Es curioso, pero me lo pregunto mucho: qu¨¦ ocurre con los terceros, cuartos, quintos libros. ?Qu¨¦ ocurre cuando deja de ser novedad y cumple a?os?¡±.
Para eso ha sido necesario compensar, tal como sostienen Ana Merino y Raquel Lanseros en el pr¨®logo de su antolog¨ªa femenina de referencia sobre el siglo XX, titulada Poes¨ªa soy yo (Visor, 2016). ¡°La mirada de la compensaci¨®n fue una expresi¨®n acu?ada en Estados Unidos durante el ¨²ltimo cuarto del siglo XX¡±, se?ala Lanseros. ¡°Busca ampliar voces, se entiende como suma y extensi¨®n que enriquece¡±, afirma Merino. ¡°Es importante tener un sentido de la responsabilidad que se comprometa con la b¨²squeda y recuperaci¨®n de voces que quedaron olvidadas en el pasado¡±, agrega la ganadora del Premio Adonais en 1994 por Preparativos para un viaje.
A ello alude Medel, tambi¨¦n, con varias preguntas sobre el presente: ¡°?Cu¨¢ntas mujeres escriben cr¨ªtica de poes¨ªa en los principales suplementos? ?Cu¨¢ntas editamos ¡ªy hablo como editora, no autora¡ª desde sellos con buena distribuci¨®n? ?Cu¨¢ntas programan ciclos y festivales¡?¡±, inquiere la escritora andaluza.
Sin embargo, la situaci¨®n, en ese aspecto y en los a?os recientes, ha mejorado, cree Merino. ¡°Con un gran compromiso y una mirada poli¨¦drica. En Espa?a se ha avanzado much¨ªsimo para que las poetas, hoy, formen parte del canon o lo que se entend¨ªa como el espacio de gran representaci¨®n cultural¡±. Pero falta para llegar donde a Raquel Lanseros le gustar¨ªa: ¡°Yo conf¨ªo en que la igualdad plena de reconocimiento est¨¦ muy pr¨®xima¡±, asegura.
Por ser justos y ampliar campos y po¨¦ticas, en la reuni¨®n faltaban nombres, como los de la ¨²ltima ganadora del Premio Nacional por Materia (Visor), Yolanda Casta?o, Olga Novo, Luisa Castro, Aurora Luque, Luna Miguel, Azahara Alonso, Miriam Reyes, Esther Ram¨®n, Violeta Medina, Ana Gorr¨ªa, Ana Vidal Egea, Marif¨¦ Santiago Bola?os, entre otras¡ Pero no ser¨ªan nada sin el v¨ªnculo global que une al idioma con Am¨¦rica. Nada sin el presente magistral que ejercen la colombiana Piedad Bonnett, la uruguaya Cristina Peri Rossi, la dominicana Soledad ?lvarez o la nicarag¨¹ense hoy exiliada en Espa?a Gioconda Belli¡
Nada, tampoco, sin una visi¨®n ambiciosa del panhispanismo en el siglo XXI. Ese lazo, precisamente en poes¨ªa, se refuerza por una base com¨²n fundamental que apunta la colombiana Mar¨ªa G¨®mez Lara, residente ahora en Madrid: ¡°Tenemos la suerte de leer en lengua original a muchas autoras de pa¨ªses distintos. Pero siempre podemos leernos m¨¢s. Vivimos en un mundo mucho m¨¢s conectado. Es fundamental no olvidar el contexto y las diferencias hist¨®ricas al momento de enfrentarnos a los textos. Entender la diferencia es una forma de acercarnos¡±.
¡°Nos hemos formado con mentalidad panhisp¨¢nica¡±, asegura Ana Merino (Madrid, 52 a?os). ¡°No podr¨ªamos pensar en el modernismo espa?ol sin la figura de Rub¨¦n Dar¨ªo¡±, apunta. Ni m¨¢s atr¨¢s, prescindiendo del Inca Garcilaso de la Vega o Sor Juana In¨¦s de la Cruz. Y si a la Generaci¨®n del 27 la hubi¨¦ramos dotado de esa fundamental se?a de identidad, crecer¨ªa a nuestros ojos con los nombres de Pablo Neruda, Vicente Huidobro, C¨¦sar Vallejo, Jorge Luis Borges y ya, m¨¢s adelante, con el genio de Octavio Paz. Lo mismo que el siglo XX resulta inconcebible sin la influencia de la chilena Gabriela Mistral, premio Nobel en 1945, la cubana Dulce Mar¨ªa Loynaz, la argentina Alfonsina Storni o m¨¢s tarde, a partir de la segunda mitad del XX, por parte de figuras ¨²nicas, singulares, como la argentina Alejandra Pizarnik.
Todos estos nombres no hubieran quedado clavados en la Historia sin otro atributo com¨²n que tienen las poetas de hoy y que destaca ?ngela Segovia: ¡°La valent¨ªa de cada una en su po¨¦tica y a la hora de defender su propuesta. Todas son escritoras de car¨¢cter, han apostado por sus voces y las han llevado lejos¡±, afirma. Lo mismo cree Ada Salas (C¨¢ceres, 58 a?os). Quien fuera ganadora del Premio Hiperi¨®n en 1994 por su obra Variaciones en blanco, anda inmersa en una consagrada madurez, palabra con truco: ¡°Puede sonar a boutade, esto. La madurez se alcanza cuando una deja de pensar en si ha llegado a la misma. Justo cuando empiezas a dudar de verdad de si lo que escribes vale la pena¡±. Lo que no duda la extreme?a es de la val¨ªa de sus compa?eras. ¡°La calidad de los libros es lo que las define y responde a un alto nivel de autoexigencia. Cuando pienso en autores coet¨¢neos a los que admiro, los primeros nombres que me vienen a la cabeza son de mujeres¡±.
¡°Compartimos voluntad de aventura y un di¨¢logo con nuestros predecesores¡±, asegura Berta Garc¨ªa Faet
En eso y en la b¨²squeda constante de riesgos est¨¢ de acuerdo Berta Garc¨ªa Faet (Valencia, 36 a?os), tambi¨¦n Premio Nacional de Poes¨ªa Joven Miguel Hern¨¢ndez en 2018 por Los salmos fosforitos (La bella Varsovia). ¡°En todas nosotras hay voluntad de aventura y de estilo. Tambi¨¦n di¨¢logo con quienes nos preceden y con quienes coexistimos literaria y vitalmente hablando. En todas nosotras lo personal es pol¨ªtico y lo imaginativo es real. Nuestras afinidades se dan por el grado de complicidad entre nuestras pulsiones, las pasiones lectoras y la manera que tenemos de estar vivas aqu¨ª y ahora¡±, afirma.
En un presente que para Julieta Valero (Madrid, 52 a?os) ha arrasado muchas convenciones y prejuicios. ¡°Nuestra escritura sucede desacomplejadamente desde la identidad de mujer, epistemol¨®gica, corporal, sexual. Lo que significa serlo en este tiempo hist¨®rico¡±, afirma la poeta madrile?a, ganadora del Premio Ausi¨¤s March en 2010. ¡°En este sentido, somos deudoras de la genealog¨ªa de mujeres poetas que escribieron desde una flagrante lateralidad, cuando no desde la resistencia al borrado sistem¨¢tico. Tambi¨¦n somos conscientes de que tenemos la responsabilidad de incorporar la riqueza, las reivindicaciones y los debates de la lucha feminista en nuestro trabajo¡±.
Otra diferencia que adem¨¢s afecta a estas poetas, seg¨²n Valero, es el cambio al paradigma digital. ¡°Internet es un hallazgo, una incuestionable evoluci¨®n, y sin duda ha reducido el encapsulamiento de la poes¨ªa en grupos de poder o meramente en azares diversos a la hora de conectar po¨¦ticas entre el all¨¢ y el ac¨¢¡±, afirma. Pero tiene su cara oculta, avisa: ¡°Su uso perverso. Deformidades complejas y peligrosas, como la pantallizaci¨®n de la realidad. La sobreexposici¨®n del yo y la identificaci¨®n de la poes¨ªa de ¨ªnfima calidad con muchos seguidores, pero, al fin y al cabo, una poes¨ªa escolar hecha por adultos¡±.
La encrucijada en este sentido cobra importancia colectiva, observa Valero. ¡°En la construcci¨®n de un nosotros que viene de las afinidades electivas y afectivas. En la conciencia de que, o somos desde lo plural solidario o no seguiremos siendo¡±. Esa b¨²squeda la realiza quien se considera poeta con una radical conciencia de lenguaje. ¡°Y de sus l¨ªmites¡±, a?ade Valero. ¡°En relaci¨®n con esa alianza vital, percibo la poes¨ªa actual escrita por mujeres como una poes¨ªa menos ret¨®rica, muy desacralizada¡±.
Coincide con ella en muchos aspectos Lara Moreno (Sevilla, 45 a?os). ¡°Algo que nos atraviesa, en mayor o menor medida, es la conciencia del yo, de la identidad, de nuestro lugar como mujeres y como cuerpos en el mundo cotidiano e ¨ªntimo, pero tambi¨¦n en el mundo social y pol¨ªtico¡±, asegura la autora, que tiene reunida su poes¨ªa en el volumen Tempestad en v¨ªspera de viernes (Lumen).
Todo eso subyace en una forma a menudo com¨²n, dice Moreno: ¡°En una manera expresiva, directa, seca a veces, m¨¢s descarnada o quiz¨¢ fluida, despreocupada, natural; una manera en la que el poema parece ser un medio para decir, y no un fin; en la que el lenguaje se afila con una desnudez y una rotundidad m¨¢s prosaica, m¨¢s oral o narrativa¡±, sostiene. ¡°Atesoramos una conciencia diferente del poema. El de un lugar que nos representa, m¨¢s que un artificio que refleje nuestra po¨¦tica¡±.
Los m¨²ltiples caminos que en s¨ª y en com¨²n atesoran las creadoras de lenguaje en este cruce del siglo XXI, todo ese sano eclecticismo y las caracter¨ªsticas propias y dispares que ellas representan, anda tambi¨¦n personificado en las voces masculinas que paralelamente las acompa?an.
Buena parte pasar¨¢n a la historia en letras may¨²sculas. Como herederos de la l¨ªnea que se form¨® en el 27, qued¨® traumatizada con la guerra y el exilio y mantuvo alta la exigencia con la Generaci¨®n del 50 y los todav¨ªa supervivientes como Antonio Gamoneda en Espa?a e Ida Vitale en Uruguay. Todos sus hijos en el ¨¢mbito de la poes¨ªa en espa?ol, los hoy muy activos de la corriente de la experiencia liderada por Luis Garc¨ªa Montero, Felipe Ben¨ªtez Reyes o Benjam¨ªn Prado; otros como Antonio Colinas y Juan Carlos Mestre. Y, sobre todo, los que iniciaron el camino del pluralismo radical de la mano de estas voces, muchas de ellas antologadas en el volumen La l¨®gica de Orfeo (Visor) por Luis Antonio de Villena; como Antonio Lucas, Lorenzo Oliv¨¢n, Carlos Pardo, Mariano Peyroux, Carlos Marzal, Javier Rodr¨ªguez Marcos, Andr¨¦s Neuman, Manuel Vilas, Juan Antonio Gonz¨¢lez Fuentes, Mart¨ªn L¨®pez Vega, Alberto Conejero, Marcos D¨ªez o Luis Mu?oz, conviven en el mismo universo¡ Todos ellos, todas ellas, muestran la brillante vigencia, la extraordinaria salud de la poes¨ªa en espa?ol y marcan, as¨ª mismo, el futuro.
Lecturas
Matria, Raquel Lanseros. Visor, 2019. 86 páginas, 12 euros.
Contratono, María Gómez Lara. Visor, 2015. 80 páginas, 12 euros.
La curva se volvió barricada, Ángela Segovia. La uña rota, 2016. 80 páginas, 12 euros.
Chatterton, Elena Medel. Editorial, 2014. 50 páginas, 12 euros.
Poesía soy yo, Raquel Lanseros y Ana Merino (editoras). Visor, 2016. 978 páginas, 22 euros.
Preparativos para un viaje, Ana Merino. Reino de Cordelia, 2013. 112 páginas, 8,95 euros.
Arqueologías, Ada Salas. Pre-textos, 2022. 100 páginas, 18 euros.
Los salmos fosforitos, Berta García Faet. La bella Varsovia, 2017. 188 páginas, 13,90 euros.
Mitad, Julieta Valero. Vaso roto, 2021. 122 páginas, 20 euros.
Tempestad en víspera de viernes, Lara Moreno. Lumen, 2020. 176 páginas, 15,90 euros.
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