¡®Kierkegaard. El fil¨®sofo de la angustia y de la seducci¨®n¡¯, de Joakim Garff: un paseo intelectual por la Copenhague del pensador
La excepcional biograf¨ªa del te¨®logo Joakim Garff ofrece una detallada descripci¨®n del mundo del fil¨®sofo dan¨¦s, de su obra literaria y la mirada de sus contempor¨¢neos
¡°Puede que algunos de mis compatriotas piensen que Copenhague es una ciudad peque?a y aburrida. A m¨ª me parece, al contrario, que, refrescada por el mar que la bordea y sin poder olvidar, ni siquiera en invierno, el recuerdo de sus hayedos, es el lugar m¨¢s feliz que pueda imaginar¡±. Estas palabras de amor que Kierkegaard (1813-1855) dedic¨® a Copenhague pueden leerse en su ensayo Etapas en el camino de la vida (edici¨®n impecable en Trotta) y forman parte del grueso de pasajes que jalonan tambi¨¦n sus diario...
¡°Puede que algunos de mis compatriotas piensen que Copenhague es una ciudad peque?a y aburrida. A m¨ª me parece, al contrario, que, refrescada por el mar que la bordea y sin poder olvidar, ni siquiera en invierno, el recuerdo de sus hayedos, es el lugar m¨¢s feliz que pueda imaginar¡±. Estas palabras de amor que Kierkegaard (1813-1855) dedic¨® a Copenhague pueden leerse en su ensayo Etapas en el camino de la vida (edici¨®n impecable en Trotta) y forman parte del grueso de pasajes que jalonan tambi¨¦n sus diarios: el azar de una descripci¨®n se combina con lo m¨¢s ¨ªntimo de su personalidad generando una reflexi¨®n de mayor alcance. Kierkegaard adoraba Copenhague y por lo visto conoc¨ªa su ciudad como nadie, reparando en detalles que la mayor¨ªa pasaban por alto. Lo valioso de su escritura, sin embargo, no es tanto que la realidad le proporcione a su forma de ver el material literario, sino que es su mirada la que busca en la realidad para poner a prueba el alcance de un principio est¨¦tico: una barca con un hombre de pie en la popa, pescando anguilas con un arp¨®n, el aire suspendido en el vac¨ªo de la calma y un cielo cruzado de grises¡ Kierkegaard viv¨ªa hechizado por las situaciones que pod¨ªan concentrar algo as¨ª como un destello del mundo. Y recorr¨ªa la ciudad en busca de la inspiraci¨®n necesaria. Su figura encorvada era f¨¢cilmente reconocible: sus piernas, tan delgadas, los hombros altos, la cabeza inclinada hacia delante, el original peinado, con un mont¨ªculo de pelo sobre la frente (como Larra) y el omnipresente paraguas que mov¨ªa, como una extensi¨®n de su brazo, en todas direcciones. Pasear con ¨¦l supon¨ªa irse moviendo de lado para que tuviera suficiente espacio de desplazamiento en cualquier direcci¨®n; estaba pose¨ªdo por un gran nerviosismo. En todo caso, su figura perfilaba una imagen presta a la caricatura: todo el mundo sab¨ªa qui¨¦n era el mag¨ªster Kierkegaard. Para bien y para mal.
La excepcional biograf¨ªa del fil¨®sofo escrita por el te¨®logo Joakim Garff (Londres, 1960) ofrece tant¨ªsimos detalles de la vida del autor de El concepto de angustia que ley¨¦ndola se tiene la sensaci¨®n de llevar a cabo un viaje mental, a veces excesivo, al mundo del fil¨®sofo, un mundo grande y peque?o, amargo y feliz, radicalmente original. Son tantos los detalles que acumula Garff que si Kierkegaard mete un pie en un lago sabemos la profundidad del barro y hasta d¨®nde se le hunde la extremidad. Todo ello gracias al cruce de materiales utilizados diestramente por el bi¨®grafo, desde sus imprescindibles diarios hasta la intensa comprensi¨®n de su obra literaria y la abrumadora informaci¨®n que sus contempor¨¢neos vertieron, en un sentido u otro, sobre el personaje, conscientes de su relevancia intelectual. (No he podido menos que recordar con tristeza que cuando falleci¨® el escritor Enrique Gil y Carrasco en Berl¨ªn, adonde lleg¨® enviado por el gobierno espa?ol en 1844, nadie fue capaz de rescatar sus papeles y sus enseres personales: all¨ª quedaron, en maletas hoy definitivamente extraviadas).
La condici¨®n de te¨®logo de Garff es muy ¨²til para introducirnos en lo que viene a ser una prioridad en su libro: comprender la Dinamarca de principios del XIX, cuando el pa¨ªs bull¨ªa de movimientos religiosos que aspiraban a fundar congregaciones independientes de la Iglesia estatal y que oscilaban entre la vuelta al m¨¢s estricto luteranismo y la adaptaci¨®n de los ideales anticlericales que llegaban de Francia.
En la tercera parte del libro, de las cinco que lo componen, se nos describe la compleja relaci¨®n que los intelectuales daneses manten¨ªan entre s¨ª. Se trataban con cortes¨ªa, pero sus mesas de trabajo rebosaban de manuscritos donde se calumniaban sin piedad. Kierkegaard se lanz¨® a manos llenas a las pol¨¦micas que estimaba necesarias, siendo objeto a su vez de verdaderos ultrajes en la revista El Corsario, publicaci¨®n que acu?aba todo el veneno de la rivalidad. La pol¨¦mica m¨¢s sangrienta empez¨® con una dura rese?a a uno de los cap¨ªtulos de las Etapas en el camino de la vida. Aquello acab¨® muy mal para todos los implicados ¡ªPoul Martin M?ller, el director de El Corsario, y el propio K¡ª, pero tuvo una desafortunada consecuencia para este ¨²ltimo y es que a partir de 1846 la percepci¨®n de la ciudad cambi¨® por completo en relaci¨®n al fil¨®sofo que hab¨ªa encontrado en su deambular socr¨¢tico un apoyo a su vida solitaria. Las caricaturas que publicar¨ªa la revista, en pleno cruce de reproches mutuos, calaron entre los copenhaguenses, que ya no vieron en K al pensador exc¨¦ntrico sino a un pobre hombre de apariencia rid¨ªcula que hab¨ªa roto un compromiso matrimonial y no pod¨ªa superarlo. Todo el mundo se re¨ªa de ¨¦l y los j¨®venes le gritaban jovialmente: pereat (perece). Copenhague dej¨® de ser la ciudad amada para convertirse en ¡°un agujero sin fondo, diminuto y asfixiante¡±. Por esta y otras razones (su probable epilepsia) el fil¨®sofo envejeci¨® r¨¢pidamente, como si la relaci¨®n ¡ªse?ala Garff¡ª entre la edad biol¨®gica y la intensidad existencial fueran contrarias la una a la otra. Lo que no significa que sucumbiera al descr¨¦dito ciudadano. El bi¨®grafo, coeditor de sus obras completas, analiza la sutil mec¨¢nica de los escritos de un hombre genial que fue cuna del existencialismo: ¡°En virtud de la raz¨®n y la libertad, la vida es lo que m¨¢s me ha interesado, despejar y resolver el enigma de la vida ha sido siempre mi deseo¡±. Uno de sus ¨²ltimos libros se centr¨® en la desesperaci¨®n, lo titul¨® La enfermedad mortal, abordando un hecho aparentemente incomprensible, esto es, el impulso del ser humano a no querer ser ¨¦l mismo, abandon¨¢ndose al vac¨ªo indiferente del paso del tiempo. La vida para K es una pasi¨®n.
El autor de O lo uno o lo otro (su libro m¨¢s vendido en vida) falleci¨® a los 43 a?os de un colapso generalizado. Garff reconstruye sus ¨²ltimas semanas, casi d¨ªa por d¨ªa, y sigue despu¨¦s con la historia de los seres pr¨®ximos que le sobrevivieron, su hermano Peter Christian y Regine Olsen, el amor de su vida y a la que ¨¦l, ¨ªntimamente, consideraba su esposa. Ella fue el secreto motor de esa pasi¨®n. Un libro extraordinario cuya traducci¨®n fluye con una gran naturalidad expresiva.
Kierkegaard. El fil¨®sofo de la angustia y de la seducci¨®n
Traducci¨®n de Juan Evaristo Valls Boix
Tusquets, 2024
960 p¨¢ginas. 32 euros
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