Am¨¦rica descubre Madrid: las grandes fortunas latinas que reflotan el arte espa?ol
Los coleccionistas latinoamericanos han convertido la ciudad, bautizada ya como ¡°nueva Miami¡±, en un punto de encuentro. Desde la pandemia, la salud del mercado depende de sus adquisiciones
La pandemia del coronavirus marc¨® un antes y un despu¨¦s tambi¨¦n en el mundo del arte. Ante tanta muerte y encierro, quienes pudieron permit¨ªrselo decidieron vivir el resto de sus vidas de la mejor manera posible. Una de sus opciones fue instalarse en ciudades que les ofrecieran ¡°una vida segura, agradable y de calidad¡±. La reflexi¨®n la hace la empresaria y coleccionista Ella Fontanals-Cisneros (La Habana, 80 a?os), con domicilio en Madrid desde 2015 y casas en Caracas, Miami, Ciudad de M¨¦xico, Rep¨²blica Dominica...
La pandemia del coronavirus marc¨® un antes y un despu¨¦s tambi¨¦n en el mundo del arte. Ante tanta muerte y encierro, quienes pudieron permit¨ªrselo decidieron vivir el resto de sus vidas de la mejor manera posible. Una de sus opciones fue instalarse en ciudades que les ofrecieran ¡°una vida segura, agradable y de calidad¡±. La reflexi¨®n la hace la empresaria y coleccionista Ella Fontanals-Cisneros (La Habana, 80 a?os), con domicilio en Madrid desde 2015 y casas en Caracas, Miami, Ciudad de M¨¦xico, Rep¨²blica Dominicana y, muy pronto, en Mallorca.
Desde uno de los salones del apartamento madrile?o se dominan los ejes centrales del barrio de Salamanca: las calles de Ortega y Gasset y de Vel¨¢zquez. Muy cerca de esta Milla de Oro, est¨¢n los otros dos n¨²cleos elegidos por estos acaudalados nuevos vecinos de Madrid: Justicia y Retiro. Es dif¨ªcil cuantificar el n¨²mero de grandes fortunas que se han instalado en Espa?a durante estos ¨²ltimos a?os, pero s¨ª se sabe cu¨¢les son los pa¨ªses de origen predominantes: Venezuela, M¨¦xico, Colombia y Argentina. ¡°Son pa¨ªses con inseguridad pol¨ªtica¡±, dice Fontanals-Cisneros. ¡°La gente que puede se ha instalado con sus familias en un pa¨ªs en el que se habla la misma lengua, desde el que puede moverse por toda Europa y donde los hijos pueden estudiar y pisar las calles sin guardaespaldas¡±, a?ade la coleccionista.
La vinculaci¨®n de estos nuevos vecinos madrile?os con el arte viene de antiguo, con la llegada, espor¨¢dica o no, de grandes fortunas. Todos ellos fueron ¡°fichados¡± poco a poco por el anterior director del Reina Sof¨ªa, Manuel Borja-Villel. Los presupuestos estatales para comprar obra eran escasos y al exdirector se le ocurri¨® salir a buscar financiaci¨®n invent¨¢ndose la Fundaci¨®n Reina Sof¨ªa. Ah¨ª est¨¢n casi todos los grandes coleccionistas de origen latino que desde hace tiempo enriquecen sus fondos, pero tambi¨¦n los del ?MoMA, la ?Tate o el Centro Pompidou. Suelen tener dos reunio?nes anuales con sus correspondientes patronatos y, con el pretexto de esos viajes, muchos han acabado comprando viviendas de lujo. En esa fundaci¨®n est¨¢n nombres como las Cisneros (Ella y Patricia), Hugo Sigman, Mario Cader-Frech, Ricardo y Susana Steinbruch, Julia Borja, Alberto Cruz, Mar¨ªa Amalia Le¨®n o Lilly Scarpetta. Tambi¨¦n el chileno Juan Yarur (40 a?os), residente en Santiago y con Nueva York como eje de sus operaciones financieras.
Aun as¨ª, puede que el coleccionista latino?ame?ri?cano con m¨¢s peso internacional sea Jorge P¨¦rez (Buenos Aires, 73 a?os). Residente en Miami desde 1968, su imperio inmobiliario le ha convertido en uno de los hombres m¨¢s ricos de Estados Unidos. El coleccionista trae obra de 50 artistas en la exposici¨®n Territorios, que se inaugura hoy en el CAAC de Sevilla, comisariada por la nueva directora del centro, Jimena Bl¨¢zquez Abascal. P¨¦rez no tiene casa abierta en Madrid, aunque es algo que sopesa con su esposa, Marlene, con la que cada a?o viene a Arco: Madrid y Londres son sus ciudades favoritas para comprar. Los galeristas espa?oles, relata por correo electr¨®nico, ¡°se han convertido en amigos¡±. Y da los nombres de Elba Ben¨ªtez, Maisterravalbuena, 1 Mira Madrid, Espacio M¨ªnimo, Juana de Aizpuru, Max Estrella, Casado Santapau, Alarc¨®n Criado, Senda, entre otras muchas. Su colecci¨®n cuenta con m¨¢s de 200 obras de artistas espa?oles, de Antoni T¨¤pies a Jaume Plensa, pasando por Aur¨¨lia Mu?oz, Cristina Iglesias, Teresa Lanceta o Miki Leal.
La cifra de clientes latinoamericanos de Max Estrella es del 90%. Para Ehrhardt Fl¨®rez, las ventas han aumentado un 60%
¡°Madrid se ha vuelto una capital latinoamericana: muchos coleccionistas se han mudado a Madrid o pasan temporadas en la ciudad¡±, responde P¨¦rez sobre la llamada nueva Miami. ¡°Seguir¨¢n coleccionando arte de sus respectivos pa¨ªses, pero, a medida que va pasando el tiempo, se empapan m¨¢s de la escena espa?ola. Esto le dar¨¢ m¨¢s visibilidad al mercado del arte contempor¨¢neo espa?ol, que no ha tenido tanta presencia en el plano internacional, salvo raras excepciones. Muchos de estos coleccionistas est¨¢n involucrados o ya apoyando instituciones en Espa?a. Este apoyo institucional es un aspecto important¨ªsimo para que el mercado sea fuerte, sostenible y diverso¡±.
Los galeristas espa?oles celebran la llegada de estos nuevos vecinos con poder¨ªo econ¨®mico y grandes viviendas. Si no hubiera sido por ellos, la crisis del coronavirus les hubiera forzado a cerrar los negocios. I?igo Navarro (Leandro Navarro) ocupa un espacio en la feria con nombres del calibre de Mir¨®, Picasso, Balthus o Matisse. Es habitual que la pieza m¨¢s cara de la feria se encuentre en su expositor. Este a?o la estrella es uno de los 27 ¨®leos que Mir¨® incluy¨® en Las Maronitas, en 1936, de las que solo hay dos en Espa?a. Se vender¨¢ por 3,3 millones de euros. ¡°No s¨¦ si lo comprar¨¢ un latinoamericano, pero podr¨ªa ser. De Am¨¦rica han llegado coleccionistas de mucho peso. Antes estaban en Miami, pero es una ciudad grande, inc¨®moda e insegura. Desde la covid, su presencia en Madrid se ha multiplicado. Es un coleccionismo ligado a un bum inmobiliario que reconozco que puede no ser bueno para la poblaci¨®n, pero sus propiedades son espacios en los que lucir obras de arte¡±.
Pablo Fl¨®rez (Ehrhardt Fl¨®rez) cuenta con un local en el barrio de Justicia desde el que ha presenciado la llegada de este nuevo vecindario. ¡°El fen¨®meno comenz¨® justo antes de la pandemia y luego se ha consolidado¡±, explica. Al igual que sus colegas, reconoce que las ventas han aumentado considerablemente: un 60%, como m¨ªnimo. ¡°No es verdad que compren arte al peso. Suele ser gente preparada, que visita todas las ferias importantes y que conoce a los artistas con los que trabajamos, m¨¢s all¨¢ de los nombres m¨¢s conocidos, como Secundino Hern¨¢ndez¡±. Alberto de Juan (Max Estrella) le da la raz¨®n. ¡°Mi cifra de clientes latinoamericanos, en este momento, es del 90%. La mayor parte llega a mi espacio madrile?o porque nos ha visitado antes en las ferias. Tenemos que reconocer que el mercado espa?ol es pr¨¢cticamente inexistente. Aqu¨ª no est¨¢ de moda el conocimiento y esta gente est¨¢ muy viajada, es muy culta y se mueve en c¨ªrculos en los que presumir de tener una colecci¨®n est¨¢ bien visto¡±.
A esa clientela parece dirigirse tambi¨¦n Bel¨¦n Herrera Ottino, directora de Opera Gallery, la firma internacional que en mayo pasado inaugur¨® su 16? sede en el barrio madrile?o de Salamanca. En su n¨®mina hay artistas como Picasso, Chagall, Dubuffet o Antonio Saura. La directora asegura que no la abri¨® por el bum de coleccionistas latinoamericanos, sino que era un proyecto pendiente de la compa?¨ªa. No obstante, solo tiene palabras de alabanza hacia sus clientes americanos por ¡°su cultura y conocimiento¡±. Las responsables de la galer¨ªa colombiana La Cometa, Paloma Jaramillo y Amaya Ortuondo, abrieron sucursal en Madrid hace casi cinco a?os. Antes lo hicieron en Miami y cuentan con 40 a?os de experiencia en Bogot¨¢. Sab¨ªan que muchos mexicanos, venezolanos, peruanos y colombianos eleg¨ªan Madrid para vivir. ¡°Desde aqu¨ª es muy f¨¢cil moverse por Europa y eso facilita cualquier inversi¨®n¡±, explican.
La llegada de este nuevo coleccionista no solo beneficia al mercado, sino tambi¨¦n a los creadores. La artista Cristina Lucas (?beda, Ja¨¦n, 50 a?os), presente en esta edici¨®n de Arco, tiene la certeza de que Madrid se ha convertido en punto de encuentro. ¡°La ciudad lleva acogiendo, desde hace algo m¨¢s de una d¨¦cada, a artistas y curadores, tanto j¨®venes como de carreras estables, adem¨¢s de coleccionistas. Esto hace que el tejido cultural se enriquezca tanto intelectual como econ¨®micamente¡±. Se alegra tambi¨¦n del resurgir del mercado porque la creaci¨®n contempor¨¢nea, ¡°muchas veces cr¨ªtica con los procesos sociales, no est¨¦ solo en manos del Estado¡±. Sus obras est¨¢n en las colecciones de P¨¦rez y Fontanals-Cisneros.
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