Las sutiles y pol¨¦micas adolescentes de Balthus
¡°El erotismo y el deseo preocupan de manera enfermiza en algunas comunidades", dice la viuda del artista en la inauguraci¨®n de una retrospectiva en el Thyssen
En 1996 el Museo Reina Sof¨ªa dedic¨® una antol¨®gica a Balthazar Klossowski, conocido mundialmente como Balthus. All¨ª se pudo ver una importante selecci¨®n de sus muchachas adolescentes recostadas o sentadas en actitud sugerente sin que nadie se escandalizara. 22 a?os despu¨¦s, ese mismo grupo de lolitas aterriza de nuevo en Madrid en un entorno contaminado por lo pol¨ªticamente correcto ¡ª11.000 firmas pidieron en 2017 la retirada de la obra?Th¨¦r¨¨se so?ando?de una muestra en el Metropolitan de Nueva York¡ª y un conservadurismo cultural capaz de ensuciar las miradas m¨¢s inocentes. El p¨²blico tendr¨¢ la oportunidad de pronunciarse en la exposici¨®n Balthus,?que se podr¨¢ ver en el Museo Thyssen-Bornemisza desde este martes hasta el pr¨®ximo 26 de mayo.?Se trata de una retrospectiva de su obra esencial (47 cuadros), que abarcan toda su carrera. Coproducida con la Fundaci¨®n Beyeler de Basilea (Suiza), donde se ha exhibido hasta el mes de enero de este a?o, est¨¢ patrocinada por la Comunidad de Madrid.
Setsuko Ideta, viuda del pintor, se mostraba ayer muy contenta por la exposici¨®n, pero un poco cansada de responder una y otra vez a la pol¨¦mica sobre los desnudos. ¡°Me da igual. Hay que hablar de Arte y no prestar atenci¨®n a ese tipo de comentarios. Me temo que el erotismo y el deseo preocupan de manera enfermiza en algunas comunidades¡±.
En la exposici¨®n de Basilea se preguntaba a los espectadores sobre las sensaciones experimentadas al contemplar estos cuadros y si cre¨ªan que hab¨ªa motivos para la censura. En Madrid no se pregunta nada al visitante. ¡°El museo no niega el debate, pero no queremos que la exposici¨®n se centre en ¨¦l. Tendremos conferencias donde se abordar¨¢ el asunto, pero hemos optado por no incitar¡±, responde el comisario de la versi¨®n espa?ola de la exposici¨®n, Juan ?ngel L¨®pez-Manzanares.
El comisario a?ade que no teme a la reacci¨®n en redes sociales porque las cr¨ªticas pueden surgir de cualquier parte. Y como ejemplo pone a las protestas que ha visto en Twitter a prop¨®sito de la exposici¨®n que actualmente protagonizan en el museo Cristina Lucas y Eul¨¤lia Valldosera. ¡°He le¨ªdo, por ejemplo, que hemos entregado el museo a las feminazis. Tampoco hay que contestar a todo¡±.
Escenograf¨ªa pensada para destacar la luz
Las obras de la exposici¨®n inaugurada en el Thyssen proceden de colecciones p¨²blicas y privadas europeas y estadounidenses. Una de las piezas principales es La partida de naipes (1948-50), propiedad del museo y el ¨²nico ¨®leo de Balthus registrado en las colecciones espa?olas. Con una escenograf¨ªa pensada para destacar la luz de cada cuadro (iluminaci¨®n cenital, salas pintadas en diferentes colores oscuros), las pinturas est¨¢n colocadas de manera cronol¨®gica junto a unas cartelas m¨¢s extensas de lo habitual por el inter¨¦s did¨¢ctico en el que ha querido incidir L¨®pez-Manzanares.
Guillermo Solana, director art¨ªstico del Thyssen, define a Balthus como un gran cl¨¢sico y el artista que con m¨¢s sutileza ha retratado el paso del tiempo. Individualista y aferrado a la figuraci¨®n para describir su universo es, para Solana, un pintor aupado por los intelectuales del siglo XX. Entre ellos supo el creador moverse tan bien desde sus or¨ªgenes familiares en Francia (hijo de una familia de intelectuales jud¨ªos, su padrastro fue Rainer Maria Rilke) o instalado, la mayor parte de su larga vida, en el Grand Chalet de Rossini¨¨re. Empecinado en seguir en una misma l¨ªnea, no hizo caso de las vanguardias ni de las grandes tendencias de su siglo. ¡°En su lenguaje a¨²na la forma de pintar de los maestros antiguos que conoci¨® a fondo en Italia, pero tambi¨¦n el surrealismo¡±, explica Solana. Y advierte el director art¨ªstico que no fueron los franceses quienes le pusieron en valor con su gran exposici¨®n en el Pompidou en 1983. Mucho antes, el 19 de diciembre de 1959, comparti¨® programa con Pollock en el MoMA, una muestra en la que el cr¨ªtico de The New York Times destacaba su duro realismo y sus composiciones m¨¢gicas y misteriosas.
La exposici¨®n arranca con una selecci¨®n de paisajes parisinos realizados en los a?os 20 para enhebrar despu¨¦s con una galer¨ªa de retratos de hombres y mujeres situados en interiores en los que solo les acompa?a alg¨²n mueble o un gato que merodea entre sus piernas. En este apartado se encuentra el retrato de Los hermanos Blanchard?(1937), un lienzo comprado por Picasso a Balthus y que, seg¨²n cuenta Setsuko Ideta, supuso una inyecci¨®n de moral muy fuerte para su esposo porque, siendo dos artistas tan diferentes, aquella compra represent¨® un acto de confianza y admiraci¨®n.
Viene despu¨¦s la amplia selecci¨®n de los retratos de ni?as adolescentes a las que pint¨® en numerosas ocasiones a lo largo de su vida. Th¨¦r¨¨se y Th¨¦r¨¨se so?ando, ambas propiedad del Metropolitan, son las dos obras que m¨¢s fama han acaparado. Distra¨ªdas y con la falda subida, son se?aladas como ejemplo de erotismo y transgresi¨®n. Juan ?ngel L¨®pez-Manzanares reconoce que se puede ver intenci¨®n sexual en la obra, pero opina que el tema de los cuadros apunta al deseo de representar el misterio de las cosas. ¡°Esas ni?as representan mundos secretos como lo hac¨ªa Lewis Carroll con su Alicia. Hablan del tiempo, de lo desconocido, de todos aquellos misterios de los que ¨¦l hablaba con Rilke¡±.
En la presentaci¨®n ha sorprendido la ausencia de Carmen Thyssen. La baronesa est¨¢ molesta con el Ministerio de Cultura desde que el anterior titular, ??igo M¨¦ndez de Vigo, suprimi¨® su nombre en las invitaciones oficiales al museo. El ministro actual, Jos¨¦ Guirao, tampoco ha recuperado el nombre de la baronesa como anfitriona y esta ha decidido no comparecer a las inauguraciones.
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