¡®Imposible decir adi¨®s¡¯, de Han Kang: nace la literatura sensorial

Leer este libro mientras un avi¨®n se estrella en el aeropuerto surcoreano de Muan es como escuchar el R¨¦quiem de Mozart de camino al entierro de un ser querido. La violencia del mundo real impacta sobre la violencia del universo literario que Han Kang ha sabido crear como una rima impecable, poniendo una terrible m¨²sica de fondo a la experiencia sublime que supone leer a esta ...

Leer este libro mientras un avi¨®n se estrella en el aeropuerto surcoreano de Muan es como escuchar el R¨¦quiem de Mozart de camino al entierro de un ser querido. La violencia del mundo real impacta sobre la violencia del universo literario que Han Kang ha sabido crear como una rima impecable, poniendo una terrible m¨²sica de fondo a la experiencia sublime que supone leer a esta reci¨¦n galardonada como Nobel de Literatura. Imposible decir adi¨®s (Random House) es la novela m¨¢s reciente de esta escritora y una demostraci¨®n de que sigue renov¨¢ndose y ampliando su ambici¨®n desde aquella grandiosa La vegetariana que se centr¨® en el cuerpo, el poder de las elecciones personales y la intrusi¨®n de los dem¨¢s.

M¨¢s all¨¢ de las v¨ªctimas ¡ªlas del avi¨®n o las que recoge este libro, ahora volveremos a ello¡ª son muchas las buenas noticias entorno a Han Kang (Gwangju, Corea del Sur, 1970): tras una edici¨®n muy fugaz de sus primeros libros en Espa?a por la editorial Rata (La vegetariana y Blanco), Random House ha apostado por recuperar su obra pendiente, operaci¨®n m¨¢s que rematada por un Nobel que establece el lazo perfecto al envoltorio. Es as¨ª como nos lleg¨® en 2023 La clase de griego y en 2024 Actos humanos y esta Imposible decir adi¨®s. Vamos con ella.

La autora nos va a situar r¨¢pidamente ante una protagonista que se refugia en un apartamento en las afueras de Se¨²l con la intenci¨®n de escribir. Est¨¢ aislada, sola, enferma, descuidada, se intuye la p¨¦rdida de la familia, de la juventud y un anhelo de escritura con tan pocas fuerzas que solo alcanza a redactar su despedida, una especie de ¨²ltimas voluntades que ni siquiera sabe a qui¨¦n va a pedir que gestione, tal es la profundidad de la ruptura con su mundo. La distancia de la vida que experimenta y que nos traslada hasta sentirla en propia piel se trocar¨¢ pronto, sin embargo, en compromiso cuando una amiga le ruegue ayuda tras sufrir un accidente con la sierra el¨¦ctrica en su taller. El viaje inmediato del desapego al apego es solo el primer tramo de un trayecto que vamos a recorrer con Gyeongha, la protagonista, y que nos va a llevar lej¨ªsimos, hasta descubrir zonas ocultas de las masacres que vivi¨® Corea del Sur tras la II Guerra Mundial.

Con una sensibilidad apabullante que la autora sabe ramificar y extender hacia todos los recovecos de la naturaleza, el clima, el hielo, la curiosidad o el dolor, y con una meticulosidad pasmosa en los detalles, Han Kang ejecuta aqu¨ª una literatura sensorial que coloca toda forma de violencia en un nivel supremo de conciencia. Est¨¢ la violencia del tratamiento al que se somete su amiga, obligada a pincharse los dedos cada tres minutos para conseguir que se reactiven los nervios y la circulaci¨®n tras la reconstrucci¨®n de sus manos; est¨¢ la violencia de las fosas comunes; de las aldeas quemadas, las ejecuciones, los tiroteos a beb¨¦s o las persecuciones a todos los que el r¨¦gimen de posguerra considerara de izquierdas; y est¨¢ la violencia de la enfermedad, de la demencia. Porque, tras los pasos en ayuda de su amiga accidentada, la protagonista se ha ido encontrando un incre¨ªble recorrido de investigaci¨®n familiar en busca de un t¨ªo desaparecido en aquellas matanzas cubiertas por la nieve y el silencio.

La nieve y el silencio. La primera cumple un papel circular en el escenario en que se juega esta trama: los copos que las ni?as ten¨ªan que apartar de los p¨¢rpados de los masacrados para reconocer y enterrar a sus padres -d¨¦cadas atr¨¢s- parecen hoy haber regresado en un ciclo perfecto de vida a la tormenta que sepulta a la protagonista en su b¨²squeda. Y el silencio tambi¨¦n: el de las autoridades, el de la madre, el de las familias obligadas a callar ante unas masacres que a todos rondaban.

Han Kang sabe construir y levantar un bell¨ªsimo edificio en el territorio ¨ªntimo, el de las sensaciones y las percepciones m¨¢s delicadas de las protagonistas; y sabe levantarlo tambi¨¦n en el mundo pol¨ªtico, el de la represi¨®n ejercida en una isla surcoreana, Jeju, que por cierto da nombre a la aerol¨ªnea cuyo avi¨®n se estrell¨® en diciembre (Jeju Air) en esa rima siniestra que acompa?a estos d¨ªas la lectura de este libro.

Pero Imposible decir adi¨®s no es un libro de historia, aunque contenga verdades hist¨®ricas. Es un libro sobre c¨®mo esa historia se imprime en la piel, generaciones despu¨¦s, en forma de desapego, de sue?os y pesadillas, de herencias sin digerir, de memoria mal resuelta y de una frontera difuminada entre la vida y la muerte. La levedad del cuerpo es, en manos de Han Kang, tan poderosa como su gravedad. H¨¢ganme caso: un milagro.