La Chachi: flamenco gamberro y reflexivo

Aunque a Mar¨ªa del Mar Su¨¢rez, La Chachi (M¨¢laga, 45 a?os), se la suele programar en carteleras de danza contempor¨¢nea, ella es flamenca. Pero tambi¨¦n es subversiva, arrojada y, para los m¨¢s ortodoxos, algo punki. As¨ª que desde que en 2017 estren¨® La gram¨¢tica de los mam¨ªferos, su primera obra larga, la core¨®grafa y bailaora viene agitando la escena sin m¨¢s miramientos que los de una creadora comprometida con lo que a ella le interesa y que pasa por ¡°distorsionar el flamenco¡±, seg¨²n sus propias palabras.

En L?s alegr¨ªas, el espect¨¢culo que tuvo su estreno absoluto el pasado 17 de enero en el centro Conde Duque de Madrid y est¨¢ ahora de gira por varias ciudades, esta distorsi¨®n se da en dos planos diferentes. Por un lado, el que hace referencia a la estructura de este palo, el de las alegr¨ªas, y que La Chachi deshace y recompone para dar lugar a otra cosa. Si se trata de desestructurar el flamenco m¨¢s reglado, parece l¨®gico destripar desde la v¨ªscera m¨¢s profunda. El otro plano de distorsi¨®n pasa por el lenguaje corporal de la int¨¦rprete, que sin perder de vista el baile flamenco, trasciende hacia expresiones m¨¢s contempor¨¢neas del movimiento, con pinceladas incluso del krump, del que La Chachi extrae esa gestualidad tan potente que ella enmarca, sobre todo, en la parte superior del cuerpo. La mezcla de flamenco desguazado y baile callejero derrocha fuerza y coherencia.

Ese mismo trabajo de desfiguraci¨®n flamenca tambi¨¦n lo ejecuta la cantaora Lola Dolores, presente en el espect¨¢culo junto a La Chachi, y con pasajes realmente abrumadores y po¨¦ticos en los que brilla el dominio de su gran voz y el juego con los quej¨ªos y los silencios. De hecho, L?s alegr¨ªas viene a ser una maniobra esc¨¦nica de improvisaci¨®n entre las dos artistas, como ya ocurr¨ªa en Taranto aleatorio, anterior montaje y el primero de esta serie de espect¨¢culos en los que la artista investiga sobre los palos flamencos.

Un acentuado humor andaluz, que de tan certero parece absurdo, arranca la carcajada en no pocas ocasiones y completa el disfrute de este sencillo trabajo que pone todo el foco en la interpretaci¨®n de sus protagonistas y el di¨¢logo, gamberro y reflexivo, que las dos profanan con habilidad y oficio.