Paul Van Branteghem: ¡°Me cuesta imaginar una IA capaz de entender como una persona el sentido complejo del contexto¡±
Faltan programadores, esos cerebros que cimentan todo el software del mundo. ?La inteligencia artificial pondr¨¢ patas arriba ese mundo y les dejar¨¢ sin trabajo? Si caen ellos, ?caeremos los dem¨¢s? Paul Van Branteghem cofund¨® la asociaci¨®n Spain AI para responder con humano sentido com¨²n a estas y otras preguntas
Tema de moda en sobremesas, barras y pesadillas: la irrupci¨®n de chats como GPT, y con ellos las predicciones desde lo ut¨®pico a lo catastr¨®fico. Que la inteligencia artificial (IA) escribir¨¢ casi todo el c¨®digo de aqu¨ª a cuatro o cinco a?os, o que mandar¨¢ al paro a los m¨¢s listos de la clase y de la empresa.
Van Branteghem, mitad flamenco mitad vigu¨¦s, es comprensivo con esa inquietud, pero llama a la calma. De entrada, considera positivo ese acalorado debate social para que el com¨²n ciudadano ¡°se conciencie, entienda c¨®mo la inteligencia artificial le afecta directamente en su d¨ªa a d¨ªa, es el paso necesario para comprender hasta d¨®nde puede llegar¡±.
?Llegar incluso a desplazar al programador humano porque futuras versiones de GPT o Copilot desarrollar¨¢n c¨®digo mejor que ¨¦l? Van Branteghem usa un ejemplo sencillo para descartar esta opci¨®n: ¡°La herramienta que autocompleta el texto de un mail es muy ¨²til, pero no idea y estructura el correo; eso lo hace la persona remitente. Lo mismo sucede con la programaci¨®n¡± o con cualquier otro desarrollo complejo con asistencia intensiva de inteligencia artificial.
La herramienta que autocompleta el texto de un mail es muy ¨²til, pero no idea y estructura el correo; eso lo hace la persona remitente. Lo mismo sucede con la programaci¨®nPaul Van Branteghem, cofundador de la asociaci¨®n Spain AI
Lo dice Van Branteghem desde su experiencia como programador precisamente asistido por GPT y Copilot. ¡°Agilizan el trabajo, sirven para completar las partes m¨¢s previsibles del c¨®digo, testear y generar documentaci¨®n. Progresar¨¢n, ser¨¢n m¨¢s eficientes, m¨¢s limpias, van a disparar la productividad, la calidad y la reproducibilidad del c¨®digo, evolucionar¨¢n en nuevos productos para que empresas y ciudadanos sin conocimientos de programaci¨®n solucionen muchos problemas. Pero me cuesta mucho imaginar una inteligencia artificial capaz de entender como una persona el sentido complejo del contexto o las necesidades subjetivas de un p¨²blico objetivo. Adem¨¢s, la tecnolog¨ªa es muy variable; cada d¨ªa salen cosas nuevas y es necesario que los programadores sigan generando los datos masivos que entrenan a la inteligencia artificial. Sin ellos ser¨ªa inviable¡±. ?'Uf¡¯ de alivio de los programadores y otros profesionales del software? Depende. Quiz¨¢s la IA no iguale nunca las intrincadas habilidades emocionales y la inteligencia contextual, pero al impulsar el rendimiento en tareas m¨¢s automatizables puede sustituir a quienes las asumen. Ser¨ªan innecesarios para elevar la escala de un proyecto.
La inteligencia digital obliga a la inteligencia humana a afinarse para resistir esta nueva competencia. ¡°Ya ocurre con la aparici¨®n casi autom¨¢tica de nuevas profesiones como la de Prompt engineer¡±, el especialista en dar a la inteligencia artificial la informaci¨®n mascada que necesita, con la manera exacta de formularle las peticiones para evitar errores, hoy bastante frecuentes.
No comparte esa distop¨ªa de un humano deshumanizado y ocioso por culpa de su propio invento. Es normal, dice, esa angustia ante las sucesivas oleadas tecnol¨®gicas desde las m¨¢quinas de vapor al ordenador que desplaz¨® a los linotipos, aunque no a los periodistas. O en aplicaciones como las AutoML, que generan modelos autom¨¢ticos de machine learning. ¡°Dijeron que acabar¨ªan con los cient¨ªficos de datos, pero se convirtieron en otra herramienta que reduce tiempos y eficienta procesos, no para sustituir a cualquier profesional del sector¡±.
Terminemos volviendo al principio, al debate social. Para Van Branteghem ser¨ªa m¨¢s ¨²til ampliarlo a los factores de fondo y a las decisiones que explican el estancamiento tecnol¨®gico de las organizaciones. ¡°Un ejemplo: todos nos hemos peleado con alguna herramienta de la Administraci¨®n que deja mucho que desear, y no es un problema de contrataci¨®n de programadores. Ojal¨¢ fuese eso, ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil solucionarlo¡±. Muy sofisticada, s¨ª, pero la inteligencia artificial no deja de ser una herramienta. Solo le funciona de verdad a quien sabe usarla.