Pobreza de pa¨ªs
Es duro ser un pa¨ªs pobre, pero es mucho peor ser un pobre pa¨ªs
Un pa¨ªs con altas tasas de pobreza y alto crecimiento de paro es un pa¨ªs debilitado para hacer frente a los retos econ¨®micos y sociales que plantea la crisis. Pero un pa¨ªs que no tiene como objetivo prioritario la lucha contra la pobreza es un pa¨ªs sin ambici¨®n, ni ilusi¨®n, al carecer de un proyecto aglutinador y generador de capital social. ?l mismo debe ser considerado un pobre pa¨ªs.
La Uni¨®n Europea considera personas pobres aquellas cuya renta es inferior al 60% de la renta media. Un pobre pa¨ªs debe medirse por la ausencia de objetivos sociales para dirigir las pol¨ªticas p¨²blicas y el crecimiento superior a la media europea de las variables del malestar social: paro, fracaso escolar, pobreza, inaccesibilidad a vivienda, malos tratos, suicidios e inseguridad.
Las ciencias sociales, y muy en especial la econom¨ªa, est¨¢n dejando muy claro que el desarrollo de un pa¨ªs depende de su grado de cohesi¨®n social. El auge y la decadencia de ciudades y naciones dependen de la capacidad de organizaci¨®n y acci¨®n compartida de la ciudadan¨ªa para responder a los retos que tiene planteados el territorio en el que vive y trabaja. Esta capacidad se expresa en la confianza de la ciudadan¨ªa en un proyecto de pa¨ªs, en su voluntad de convivir y cooperar con otros ciudadanos y con el tercer sector. Afrontar la crisis, significa disponer de una estrategia y de unas pol¨ªticas capaces de movilizar y poner en valor los recursos humanos y f¨ªsicos existentes en el territorio.
Un pobre pa¨ªs es aquel que quiere atraer o retener capitales por su bajo nivel impositivo, porque promover¨¢ una econom¨ªa d¨¦bil y dependiente basada en los valores que promueven la especulaci¨®n. A la vez, su Gobierno rebaja unilateralmente los servicios y prestaciones que previamente hab¨ªa garantizado porque genera desconfianza y opta por aliviar directamente las deudas de los bancos, generando d¨¦ficit y deuda p¨²blica, mientras mira impasible los desahucios por parte de los mismos bancos. Un pobre pa¨ªs tambi¨¦n es aquel que opta por someterse sin rechistar a los dictados internacionales, aun constatando que son perjudiciales para los intereses de la ciudadan¨ªa, que opta por reducir el gasto p¨²blico perjudicando a las rentas m¨ªnimas y levanta una sospecha generalizada de fraude hacia los m¨¢s vulnerables, porque genera, no ya pobreza, sino miseria. Estas pol¨ªticas generan una quiebra del sentimiento de lo p¨²blico, de lo que es de todos, y alteran la base social sobre la que debe enraizarse el futuro del pa¨ªs y desactivan su bien m¨¢s preciado: la ciudadan¨ªa.
Vivimos un momento excesivamente delicado. Estamos delante de una gran ocasi¨®n para desplegar pol¨ªticas integrales que tengan, como prioridad, la reducci¨®n y erradicaci¨®n de la pobreza humana en el territorio. Se trata de levantar un proyecto compartido global y realista presidido por objetivos de cohesi¨®n y equidad social en el que los representantes pol¨ªticos ejerzan su liderazgo democr¨¢tico, para articular con pol¨ªticas los intereses leg¨ªtimos de la mayor¨ªa de actores y sectores de la ciudadan¨ªa.
Un proyecto s¨®lido de pa¨ªs debe contar no solo con el respaldo de la ciudadan¨ªa, sino con su participaci¨®n en el mismo. En este sentido, el tercer sector no lucrativo es esencial para que la ciudadan¨ªa se active socialmente y pueda intermediar para que las personas no se restrinjan solo al ¨¢mbito privado y desarrollen su dimensi¨®n de responsabilidad y compromiso c¨ªvico y social.
Prevenir o reducir la pobreza no es un proceso sencillo en el cual queden claramente delimitadas las actuaciones y responsabilidades de los diferentes actores. M¨¢s bien al contrario, es un proceso complejo del cual todos los agentes son responsables. La pobreza provoca discriminaci¨®n, dolor, exclusi¨®n social, vulnerabilidad, pero tambi¨¦n empuja a encontrar ideas y soluciones para mejorar esta situaci¨®n. Luchemos contra la pobreza y la desigualdad y evitemos que el nuestro sea un pobre pa¨ªs.
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