Los poderes de la pantalla se han apropiado de todos los espacios de la cotidianidad cine, televisi¨®n, ordenadores... y se han instalado en nuestra vida
El objetivo de esta secci¨®n es comprender c¨®mo nuestro imaginario se encuentra estructurado por las im¨¢genes de diferentes hechos hist¨®ricos que se han convertido en arquetipos del mundo moderno, y de c¨®mo estas im¨¢genes de la televisi¨®n, el cine e Internet han repercutido en los mismos hechos y en nuestra visi¨®n de la historia.El objetivo de Pantalla Global es mostrar el poder de la pantalla en todas sus vertientes: seducci¨®n, espect¨¢culo, creaci¨®n de arquetipos y modelos, informaci¨®n, interactividad, vigilancia..Este ¨¢mbito-pr¨®logo nos conecta con dos pantallas pre-cinematogr¨¢ficas ?la Capilla Sixtina y el planetario?, evocando los cielos estrellados como met¨¢fora de las estrellas cinematogr¨¢ficas. Parte de estos rostros, pasando por las estrellas televisivas, y nos conduce hasta los ego-stars de youtube y los nuevos medios digitales.Si hay un terreno en que la cultura de la pantalla es especialmente visible, es el del deporte. ?ste se ha acabado poniendo en escena de una forma propiamente cinematogr¨¢fica que lo ha llevado a convertirse en un espect¨¢culo globalizado, a la vez que tambi¨¦n se ha convertido en una met¨¢fora de la vida social, proporcionando un modelo de visi¨®n que las pantallas ofrecen al mundo.La pantalla, como todo en la ¨¦poca de la hipermodernidad, cada vez va m¨¢s all¨¢, superando l¨ªmites, en una proliferaci¨®n exponencial que nunca es suficiente. La imagen se ha convertido en un exceso.Marcel¡¤l¨ª S¨¤enzUno de los fen¨®menos m¨¢s espectaculares de las nuevas pantallas es tambi¨¦n uno de los que plantea problemas m¨¢s radicales: la multiplicidad de sistemas de videovigilancia, aviones esp¨ªa, GPS, google maps, esc¨¢neres corporales, etc. amenazan las libertades p¨²blicas y privadas de los ciudadanos.Existimos, aun antes de nacer, en la pantalla de la ecograf¨ªa. Luego una bater¨ªa entera de c¨¢maras se dispone a seguir al beb¨¦, al ni?o, al ciudadano, al paseante, al consumidor, al habitante, en todos los actos de su existencia cotidiana: nada escapa a la pantalla de vigilancia.Marcel¡¤l¨ª S¨¤enzObservamos c¨®mo las pantallas se han puesto al servicio del discurso pol¨ªtico: primero el cine, con el objetivo de imponer un dogma ideol¨®gico, particularmente en los reg¨ªmenes totalitarios; despu¨¦s con la televisi¨®n se difunde el modelo de la comunicaci¨®n pol¨ªtica, que usa t¨¦cnicas publicitarias: ahora de lo que se trata es de vender un producto.Las pantallas tambi¨¦n han estado al servicio del mercado, creando nuevos arquetipos, difundiendo un ideal de la buena vida y contribuyendo a formar una civilizaci¨®n del consumo. La publicidad ha sido la expresi¨®n privilegiada de un siglo de producci¨®n y consumo de masas.Marcel¡¤l¨ª S¨¤enz
