¡°En periodismo he tenido muchas y muy agudas crisis de fe¡±
La Universitat de Val¨¨ncia le investir¨¢ el pr¨®ximo viernes ¡®doctor honoris causa¡¯ en reconocimiento a sus 49 a?os de labor period¨ªstica, desde las ondas de radio, la televisi¨®n y, ahora, con un ¡®videoblog¡¯
En la ficci¨®n de La dama de hierro, los asesores no consiguieron que la se?ora Thatcher renunciase a su collar de perlas para modernizar su imagen de cara a la opini¨®n p¨²blica. En una profesi¨®n que dice haberle hecho ¡°un hombre feliz¡±, I?aki Gabilondo (San Sebasti¨¢n, 1942) asegura que, como las perlas de la ex primera ministra, lo que nunca le han arrebatado ha sido su integridad con los oyentes y consigo mismo. Referente de las ondas convertido al videoblog, este veterano periodista, que se apostilla ¡°jubilado hiperactivo¡±, mira al triunfo y al fracaso como dos impostores y aclara que el pragmatismo no le convence: ¡°No creo en los pragm¨¢ticos porque a pesar de tener muy buena fama en el fondo son ingenuos al pensar que van a ir por caminos seguros¡±.
A punto de cumplir las bodas de oro como un profesional al que la responsabilidad ha designado su vida, el viernes la Universitat de Val¨¨ncia le investir¨¢ doctor honoris causa en reconocimiento a su acreditada dedicaci¨®n informativa. En un contexto amenazado por la tijera de la crisis, tiene muy claro a qui¨¦n dar¨ªa un hipot¨¦tico horroris causa: ¡°A las agencias de calificaci¨®n¡±. Con 69 a?os y abuelo de tres nietas, no le teme al final y confiesa que en otra vida le gustar¨ªa ser m¨²sico.
Pregunta. El pasado oto?o public¨® El final de una ¨¦poca. Sobre el oficio de contar las cosas. ?Es un dec¨¢logo o una tabla de mandamientos para periodistas?
Respuesta. Ni dec¨¢logo ni mandamientos, son las peque?as reflexiones para j¨®venes periodistas de un periodista veterano que trata de recordar cosas fundamentales y animarles a que no se desesperen del todo. Como muchas de mis intervenciones en universidades ante j¨®venes estudiantes estaban grabadas, mi amigo Joan Barril, que es editor, me dijo que ser¨ªa bueno que transmitiera mis impresiones en un momento de cambio de modelos, justo cuando mi vida profesional empieza a entrar en la ¨²ltima fase.
P. Habla de final. ?Est¨¢ apocal¨ªptico?
R. No es un r¨¦quiem por una actitud pesimista. No estoy apocal¨ªptico, certifico esta realidad y explico por qu¨¦. Como consecuencia de esta transici¨®n estamos todos desconcertados y descolocados, los mayores y los m¨¢s j¨®venes, los m¨¢s pesimistas y los m¨¢s optimistas. En el libro digo que me toca iniciar mi despedida en un momento en el que un mundo acaba y otro empieza, no digo que algo acaba o empieza porque vaya a irme o no me vaya a ir.
P. Empez¨® a los 21 y a los 27 ya dirig¨ªa una emisora. ?Ser director de orquesta se ha confundido con ser solista en su carrera?
"Nunca he vivido
R. He tenido una primera etapa profesional de 18 a?os, en la que fui sobre todo director de orquesta: dirig¨ª varias emisoras y luego los Servicios Informativos de la SER y los de TVE. En Hoy por hoy empec¨¦ a vivir como solista la tarea como profesional individual que hace programas, pero tambi¨¦n ten¨ªa que dirigir una orquesta muy grande. Por una u otra raz¨®n, siempre he tenido bastante gente dependiendo de mi trabajo.
P. ?Ha tenido m¨¢s crisis de fe en periodismo o en religi¨®n?
R. En religi¨®n tengo dudas de fe desde los 18 a?os y realmente ya soy un agn¨®stico claro. En periodismo he tenido muchas y muy agudas crisis de fe, y algunas tan agudas como para tirar la toalla y dejar la profesi¨®n. Nunca he sido capaz de vivir con naturalidad la guerra entre colegas y medios, eso me ha producido des¨¢nimos profundos. He tenido bastantes crisis al observar el periodismo como juegos sucios, zancadillas y enconamientos sobre todo de compa?eros. Eso lo llevo fatal.
P. Esas tensiones se dieron sobre todo en los noventa.
"Nadie me ha dado
R. Yo ten¨ªa siempre mucha conciencia de ser el nombre propio que abanderaba un equipo. ¡°I?aki Gabilondo¡± era el seud¨®nimo de un grupo muy grande de gente trabajando. No era un ejercicio de falsa modestia, sino una defensa frente a los que dec¨ªan que los otros eran muy libres y a m¨ª me ve¨ªan como un hombre integrado en la estructura de la empresa. Hasta las m¨¢s brillantes voces solistas son una pieza de una estructura muy potente sin la cual no se puede hacer un trabajo de esta naturaleza, porque no es escribir una columna, sino dirigir una gran orquesta.
P. ?La identificaci¨®n con la empresa es menos peligrosa que ser estrella?
R. La identificaci¨®n con la empresa no significa convertirse en una masa impersonal que est¨¢ manejada desde los cuarteles generales de la direcci¨®n de la empresa. He estado toda mi vida profesional en la Cadena SER y me siento completamente vinculado a esta organizaci¨®n, pero no se trata de no tener personalidad. Nadie me ha dado nunca ning¨²n tipo de instrucci¨®n, veto o consigna. Nunca me ha llamado Polanco ni Juan Luis Cebri¨¢n. Nuestros enemigos dec¨ªan ¡°I?aki es la SER¡± como si fuera el mu?eco de un ventr¨ªlocuo, pero soy un hombre que maneja con absoluta libertad profesional sus criterios y sus posiciones personales. Es imposible que un periodista destacado en un lugar destacado de una empresa no viva una razonable comuni¨®n profesional con su organizaci¨®n, porque en cuanto deja de existir esa comuni¨®n, tarde o pronto acaba cayendo.
P. ?Los directores actuales se han convertido en gestores?
"Todo lo que ten¨ªa
R. La doble crisis que vivimos, financiera y tecnol¨®gica, hace que todas las empresas de comunicaci¨®n del mundo entero tengan que dedicar un porcentaje alt¨ªsimo de su capacidad no tanto a ver c¨®mo se hace el mejor periodismo posible, sino c¨®mo conseguir que cuadren las cuentas. Esa angustia se manifiesta en muchas cosas y una de ellas es que los grandes directivos est¨¢n casi obligados a actuar m¨¢s de gestores que de dinamizadores de informaci¨®n.
P. ?Entre qui¨¦nes ha encontrado m¨¢s admiradores, entre los gobernantes o las amas de casa?
R. La relaci¨®n con los gobernantes ha sido de otra naturaleza. Cada uno en su trabajo, siempre he procurado un juego de distancias. He sido muy querido por el p¨²blico de amas y amos de casa, y en los temas de la gente com¨²n es donde me he sentido muy feliz. Me sorprende que para mucha gente sea un periodista s¨®lo dedicado a la pol¨ªtica, cuando un porcentaje muy alto de los oyentes que me han seguido durante a?os me han tenido m¨¢s o menos afecto por mi manera de tratar los temas de la vida cotidiana.
P. ?Para cu¨¢ndo unas memorias que ajusten cuentas con el pasado?
"Siempre vivir¨¦
R. No tengo memoria que ajustar ni nada que ajustar. He vivido muchas experiencias y he conocido mucha gente, pero me parece una petulancia tener que contarlo. Tampoco tendr¨ªa la suficiente memoria. Durante a?os he tenido la oportunidad en radio y ya he dado suficiente la tabarra. Todo lo que ten¨ªa que decir ya lo he dicho cuarenta veces. Ya estoy muy o¨ªdo y visto.
P. En su despedida de CNN+ dijo: ¡°Ser¨¦ periodista hasta que me muera¡±. ?El periodismo es una profesi¨®n de la que uno se pueda jubilar?
R. Siempre vivir¨¦ como un periodista. No es un oficio del que uno se pueda jubilar, porque en el fondo es muy vocacional, est¨¢ relacionado con el intento permanente de intentar entender el entorno y con el instinto permanente de contarlo. Con lo que he visto, aprendido o deducido en ocasiones he podido volcarlo en un programa de radio y en otros formatos, y ahora en un videoblog, y alg¨²n d¨ªa en nada, pero no podr¨¦ evitar que mi cerebro y mi coraz¨®n sigan dedicados a lo mismo.
P. ?Le teme al final?
R. No le temo al final de nada, ni hoy ni nunca. Incluso la gente que m¨¢s me conoce siempre vive un tanto sorprendida de lo poco que me afecta el paso del tiempo, la enfermedad, las etapas de mayor o menor ¨¦xito o pensar que nos vamos a morir. Nunca me ha perturbado de manera grave porque lo he tenido clar¨ªsimo desde muy joven. Lo he vivido siempre con mucha serenidad.
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