Los campistas est¨¢n molestos por la falta de defensa de su gesti¨®n en el Consell

El campismo m¨¢s cercano al expresidente de la Generalitat no oculta, en privado, su disgusto por la falta de reivindicaci¨®n de la gesti¨®n realizada en los ocho a?os de liderazgo de Camps. Tanto es as¨ª, que la semana pasada el propio exconsejero de Econom¨ªa y Hacienda Gerardo Camps tuvo que reivindicar p¨²blicamente su actuaci¨®n en el Gobierno valenciano.

Sin embargo, la gesti¨®n realizada por los Gobiernos presididos por Camps ha dejado muchos juguetes rotos a la vista. Hospitales nuevos sin abrir por falta de dinero para ponerlos en funcionamiento, instalaciones culturales que han reducido al m¨ªnimo su actividad, centros educativos sin dinero para pagar la calefacci¨®n o infraestructuras como el aeropuerto de Castell¨®n convertidos en iconos de la mala gesti¨®n.

Esta situaci¨®n no es la ¨²nica causa de la amnesia que sufren determinados cargos del Consell, como el consejero de Hacienda, Jos¨¦ Manuel Vela, que, pese a llevar m¨¢s de una d¨¦cada en el ¨¢rea de Presupuestos, repite que solo es responsable de la cartera desde hace unos pocos meses.

Camps empieza a sufrir ahora parte del tratamiento que ¨¦l mismo aplic¨® a Eduardo Zaplana tras hacerse con la presidencia de la Generalitat. En un ambiente de crispaci¨®n interna de gran intensidad, Camps compar¨® sus logros, especialmente durante la primera legislatura, bien con el periodo socialista, bien con los datos del a?o 2003, el primero de su gesti¨®n.

El borrado de la etapa Zaplana fue de tal intensidad, que el entonces portavoz del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados, tuvo que presentar en Valencia en enero de 2007 una publicaci¨®n titulada La transformaci¨®n de la Comunidad Valenciana 1995-2003 para reivindicar sus a?os de gesti¨®n y la base que le hab¨ªa otorgado en herencia a Francisco Camps.

El acto, al que los seguidores de Camps le hicieron el vac¨ªo, lo present¨® arropado, mayoritariamente, por fieles desplazados desde la provincia de Alicante. La iniciativa sirvi¨® de poco, porque no le permiti¨® reaparecer en el discurso oficial del Consell de Francisco Camps.

Desde que tom¨® posesi¨®n del cargo, Alberto Fabra, no ha eludido las referencias a Camps, pero tampoco a Zaplana, en un intento de recuperar un punto equidistante desde el que construir la propia historia de su gesti¨®n.