Regina Galindo: "Las im¨¢genes pueden hacer tambalear el silencio"
La exposici¨®n de Regina Galindo se articula en torno a cinco espacios Fotograf¨ªas, v¨ªdeos y restos de 'performances' de la artista desde que comenz¨® en 1999
Comenz¨® como poeta, primero sobre el papel y despu¨¦s colgada de un puente de la ciudad de Guatemala para recitar sus versos antes de lanzarlos al viento (Le voy a gritar al viento, 1999). Regina Jos¨¦ Galindo (1974) instauraba as¨ª una especie de inocencia entre sus pulsiones y el rebullir del dolor m¨¢s cercano. Trabajos posteriores adoptan la expresi¨®n de un ritual, con acciones extremas cargadas de simbolismo que buscan implicar o agitar al espectador. Desde la agria serenidad de su retiro en Antigua Guatemala, una bella ciudad que guarda admirablemente el sello colonial, el trabajo de esta autora nace de la palabra ideol¨®gica, escrita bajo la exigencia de una vida social no alienada pero hecha de carne y sangre. Para la inauguraci¨®n de su obra en Artium, la artista ejecut¨® la acci¨®n Piel de gallina encerrada en el interior de un refrigerador mortuorio. El p¨²blico pod¨ªa abrirlo para contemplar el proceso de transformaci¨®n de su piel provocada por el fr¨ªo.
Pregunta. ?Son malos tiempos para el arte?
Respuesta. Para m¨ª, el buen momento es cuando tengo trabajo. Y si no lo tengo, lo busco en la calle, o en la cocina de mi casa. Un artista siempre tiene necesidad de crear. Es cierto que la crisis econ¨®mica repercute, pero el mundo est¨¢ loco y, f¨ªjese, los artistas astutos siguen vendiendo. El arte refleja lo que es el mundo, es un sistema econ¨®mico m¨¢s. Malos tiempos ser¨ªan si hubiera represi¨®n creativa, como ocurri¨® durante los sesenta, en la guerra civil de mi pa¨ªs. Hoy podemos vivir en una Guatemala llena de conflictos, pero nunca somos perseguidos por nuestras ideas.
P. Usted ha expuesto en museos europeos, pero las bienales han sido las plataformas que le han dado mayor visibilidad. En Venecia, su obra se ha seleccionado en cuatro ocasiones y en 2005 consigue el Le¨®n de Oro. ?Cu¨¢les son las implicaciones de participar en este tipo de eventos, cada vez m¨¢s parecidos a ferias de arte?
R. El hecho de haber conseguido el Le¨®n de Oro lo considero m¨¢s bien un "apellido", como ser etiquetada de "artista guatemalteca del Tercer Mundo". Los apellidos te dan el chance de la visibilidad, forman parte del trabajo. Limpiarlos requiere tiempo. Yo no los ped¨ª, son decisiones que otros toman por ti para justificar su trabajo. El arte tiene estrategias de venta necesarias.
P. En su obra hay una m¨ªstica en la transgresi¨®n y cierta estetizaci¨®n de la miseria y el dolor, ese tecnicolor tenebroso tan reverenciado hoy por los comisarios. Se tatu¨® con una hoja de afeitar la palabra "perra" como denuncia de los ataques de las mujeres en su pa¨ªs; Himenoplastia (2004) es una pieza brutal, y en Mientras ellos siguen libres (2007) aparece desnuda y embarazada, atada a una cama, como en los relatos de las mujeres ind¨ªgenas embarazadas violadas durante la guerra.
R. Estoy con el lado oscuro de la vida porque es lo que me ha tocado vivir. Siempre tengo esa esquizofrenia de acercarme al dolor, a la cara triste de la vida. Y creo que hay cierta belleza en esa perspectiva nueva que planteo. La parte te¨®rica es mi debilidad, por eso me he visto en la necesidad de ser m¨¢s carnal. Primero es la realidad y despu¨¦s teorizo.
P. Sit¨²a en el mismo plano a todos los actores implicados en las injusticias, mostrando a los opresores como perdedores. Pero adem¨¢s busca un espectador participativo para que "invada" la obra.
R. La primera lectura es la de una mujer victimizada, pero se trata de hacer que el torturador sea la v¨ªctima del sistema. Me parece interesante ese juego de las relaciones de poder. No es cuesti¨®n de ver la muerte y sus moscas, sino de ver la vida antes de que las moscas aparezcan. Eval¨²o el papel de la v¨ªctima, del victimario y de quien da la orden. En la obra Confesi¨®n (2007), me someto al m¨¦todo del submarino, una pr¨¢ctica de tortura dur¨ªsima. El voluntario que participa como victimario acaba destrozado, no se siente victorioso. Pero ¨¦l acept¨® participar en ese acto violento. Se trata de que el p¨²blico se ponga en el lugar del Otro.
P. ?C¨®mo vive su relaci¨®n con la instituci¨®n art¨ªstica?
R. Hay que pactar. Para m¨ª es un logro poder trabajar, doy empleo a otros y llevo plata a mi pa¨ªs. La instituci¨®n es un ente de poder que existe por encima y puede hacer que tu trabajo deje de tener un valor econ¨®mico cuando le d¨¦ la gana. Conozco a artistas buen¨ªsimos en mi pa¨ªs que no han tenido una instituci¨®n o un cr¨ªtico que les diera una chance. En Guatemala, la educaci¨®n art¨ªstica no es prioritaria. All¨ª se sigue dudando de que mi trabajo sea arte.
P. ?Por qu¨¦ insiste siempre en que en su obra no hay denuncia?
R. No creo en los discursos morales, ni que el arte pueda salvar el mundo. Pero s¨ª en la posibilidad de que las im¨¢genes puedan hacer tambalear el silencio. Mis trabajos son peque?os activos de resistencia en donde un cuerpo individual es met¨¢fora de un cuerpo social siempre en confrontaci¨®n. Trabajo en el contexto y a la vez intento que mis obras sean universales. En ?Qui¨¦n puede borrar las huellas? (2003), camin¨¦ descalza entre la Corte del Constitucional y el Palacio Nacional, dejando un rastro de sangre en memoria de las v¨ªctimas y como rechazo a la candidatura presidencial del golpista R¨ªos Montt. Esas huellas no eran una denuncia. Me siguen premiando por esta obra y, sin embargo, el pueblo ha votado a Otto P¨¦rez Molina, que estuvo involucrado en actos de genocidio durante la guerra. Es un golpe duro porque ves que la arena se va entre los dedos. Quiz¨¢ el ser guatemalteca me hace ser m¨¢s pesimista. Creo que lo peor est¨¢ por venir.
Regina Jos¨¦ Galindo. Piel de gallina. Artium. Francia, 24. Vitoria-Gasteiz. Hasta el 1 de mayo.
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