¡®Superbeltza¡¯ y ¡®La mano de Mahoma¡¯
Essie Hollis y Abdul Jeelani, que jugaron en el Askatuak y el Baskonia entre los setenta y ochenta, trajeron el baloncesto espect¨¢culo al Pa¨ªs Vasco
No era alto ni era fuerte ni ten¨ªa futuro, dec¨ªan en su Pensilvania natal (1955). Pero el chico quer¨ªa jugar y de paso demostrar que pod¨ªa ser bueno, incluso magn¨ªfico. El Askatuak buscaba un jugador por Am¨¦rica y a Josean Gasca le ofrecieron a este chico sin futuro que hab¨ªa jugado en los New Orleans Jazz en 1977. Gasca, el gran origen del baloncesto guipuzcoano, ¡ªque firmaba sus tajetas de visita como ingeniero, por el ingenio¡ª, lo recibi¨® con los brazos abiertos en el Askatuak. Y Hollis le devolvi¨® el abrazo: en el primer partido ante el Manresa anot¨® un mate a aro pasado frente a Fullerton, un gigante, que enmudeci¨® el pabell¨®n. De ah¨ª su apodo de helic¨®ptero. Esa primera temporada consigui¨® 63 puntos frente al Joventut, a¨²n hoy en d¨ªa el segundo m¨¢ximo registro de anotaci¨®n en un partido tras el de Walter Szczerbiak (65 puntos al Breog¨¢n). Y todo sin lanzamientos de tres puntos, entonces inexistentes. Eso le vali¨® su otro apodo, m¨¢s local, Superbeltza (Supernegro, en euskera) que le acompa?¨® en todo su tiempo en Euskadi.


Hollis garantiz¨® anotaci¨®n, elegancia y espectacularidad. En esa primera temporada con Askatuak, consigui¨® 840 puntos, con un promedio de 39,2 puntos por partido. Un esc¨¢ndalo que no solo le dio victorias a su equipo sino que llen¨® el pabell¨®n porque el p¨²blico sab¨ªa que estando Hollis en la cancha pod¨ªa existir de todo menos indiferencia.
Hollis, tras jugar en la Lega italiana, regres¨® a Espa?a, precisamente al Caja de ?lava, el referente del baloncesto alav¨¦s y volvi¨® a jugar en Askatuak ya muy al final de su carrera. La camiseta n¨²mero 6 la visti¨® en ambos clubes que representaban entonces el basket de sus dos territorios, como hoy Caja Laboral y Lagun Aro lo hacen en la Copa del Rey.
Abdul Jeelani se llamaba en realidad Gary Cole, hasta que abraz¨® la fe musulmana. Entre sus honores, pod¨ªa exhibir el haber sido el jugador que marc¨® la primera canasta de Dallas en la NBA en 1980. Como Hollis, al que solo llevaba un a?o de edad (1954), no fue un triunfador en EE UU y se tuvo que buscar la vida en Europa, especialmente en Italia, donde mantuvo duelos apasionantes con Dino Meneghin. El Caja de ?lava (es decir el Baskonia) lo reclut¨® en 1985. Ten¨ªa 2,04 m de estatura, pero daba la sensaci¨®n de estar apoyado sobre dos finos alambres que soportaban una carcasa imponente. El Baskonia, que hab¨ªa nacido en 1959, comenzaba en los ochenta no solo su afianzamiento en la m¨¢xima categor¨ªa del baloncesto espa?ol sino su colecci¨®n de grandes jugadores que siempre ha distinguido al club vitoriano.
Jeelani fue uno, de ellos, junto a otros precursores como Therry White o Larry Micheaux. De hecho, Jeelani sigue siendo uno de los jugadores de la historia del Baskonia m¨¢s considerado por su afici¨®n. Una clasificaci¨®n que obviamente est¨¢ encabezada por el argentino Scola.
Tras quitarse la camiseta del Baskonia, Jeelani se enfund¨® la del Askatuak en la temporada 1987/88 ayudando a que el equipo guipuzcoano lograra el ascenso a la m¨¢xima categor¨ªa. Era su declive, pero tambi¨¦n dej¨® huella a orillas del mar. Y su sello inconfundible. Luego la vida (el alcohol, las deudas, etc.) le convirtieron en un sin techo, hasta que sus hijos consiguieron rescatarle de la marginaci¨®n. Meneghin, su gran rival en los a?os italianos le devolvi¨® a la sociedad instal¨¢ndole en el Lazio, donde jug¨® y le apodaban La mano de Mahoma. Ahora trabaja con los chavales para demostr¨¢ndoles, entre otras cosas, a asimilar el ¨¦xito y el fracaso.
Hollis y Jeelani fueron dos s¨ªmbolos del baloncesto de los setenta-ochenta en el Pa¨ªs Vasco, que contribuyeron a ensalzar a dos clubes con trayectorias distintas. El Baskonia es hoy un club que pertenece a la jerarqu¨ªa europea, mientras el Askatuak habita en las zonas regionales. En la Copa del Rey, Sergi Vidal mantiene la historia de jugar con ambas camisetas. El catal¨¢n fue un producto de Baskonia que ahora impulsa al Lagun Aro a su momento m¨¢s dulce de la historia del baloncesto guipuzcoano.
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