Vete
"Esta ¨²ltima reforma laboral ser¨¢ agresiva, radical o completa, producir¨¢ huelgas, manifestaciones o emigraci¨®n, dif¨ªcil saberlo, pero desde luego no es complicada, nada complicada"
Esta ¨²ltima reforma laboral ser¨¢ agresiva, radical o completa, producir¨¢ huelgas, manifestaciones o emigraci¨®n, dif¨ªcil saberlo, pero desde luego no es complicada, nada complicada. A lo largo de sus 64 p¨¢ginas, aparece 159 veces la palabra despido o sus derivados. Es decir, algo m¨¢s de dos despidos por p¨¢gina. Sin embargo, el tema del decreto, la reforma laboral, apenas tres m¨ªseras veces en todo el texto. La consecuencia es evidente, el nombre del decreto est¨¢ mal redactado, el t¨ªtulo exacto deber¨ªa ser: real decreto ley 3/2012, de 10 de febrero, de medidas urgentes para el despido laboral. Mucho m¨¢s claro, sin comparaci¨®n.
Se podr¨ªa decir que analizar un texto por la frecuencia de sus palabras resulta un poco fr¨ªvolo, algo superficial y poco t¨¦cnico, es verdad. Los expertos har¨¢n un an¨¢lisis en profundidad y llegar¨¢n a sabias consecuencias sobre el mercado y el consumo. Pero en realidad esto no solo es un texto legal, es mucho m¨¢s objetivo mirarlo como una ofrenda a los dioses europeos, una especie de sacrificio para conjurar plagas y maleficios que nos sorprenden ¨²ltimamente con mucha frecuencia en forma de paro y de pobreza. Y en las ofrendas, como ya se sabe, cuenta m¨¢s la intenci¨®n que el contenido, por eso se repite el despido una y otra vez, es un ritual de purificaci¨®n para aplacar las iras divinas. Pero nunca ser¨¢ suficiente, despu¨¦s vendr¨¢ el decreto de las pensiones, luego el de sanidad, m¨¢s tarde educaci¨®n y as¨ª sucesivamente hasta el agotamiento total. Se llamar¨¢n de otra manera, por supuesto, pero es igual. La voracidad de estos dioses es insaciable.
Puede parecer exagerado, sin duda, pero no lo es si miramos lo que les est¨¢ pasando a los griegos. Cuanto m¨¢s ofrecen y se sacrifican una y otra vez, recortando sueldos y pensiones, subiendo los impuestos y tributos, m¨¢s se les pide continuamente. Ya sabemos que Espa?a no es igual que Grecia, faltar¨ªa m¨¢s, nosotros somos m¨¢s iguales que nadie. Pero ser¨ªa mucho mejor, sin duda alguna, defender el l¨ªmite de nuestra paciencia en ese pa¨ªs, en lugar de terminar luchando aqu¨ª decreto a decreto por el sueldo y la hipoteca. Desgraciadamente ya no queda en estos tiempos ning¨²n Lord Byron dispuesto a todo por la independencia griega y es una l¨¢stima porque el romanticismo resulta muy ¨²til en ¨¦pocas de penuria. Ahora los nuevos dioses europeos, los del mercado, las finanzas y la incultura, nos quieren convencer de que el Parten¨®n era un parque tem¨¢tico donde se gastaron in¨²tilmente el dinero y de ah¨ª vienen las consecuencias actuales.
En resumen, que a partir de hoy nos pueden despedir de cien formas distintas, por m¨²ltiples razones y con los d¨ªas mal contados. En realidad, ni siquiera nos despiden, sencillamente escucharemos un lac¨®nico ?vete! y, seg¨²n Wagner, cuando Wotan dice vete caes fulminado por un rayo divino.
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