Jordi Pujol: del Pacto del Majestic a la Converg¨¨ncia de 'Andreu' Mas
El expresidente de la Generalitat publica el tercer y ¨²ltimo volumen de sus memorias Gonz¨¢lez recomend¨® a Pujol pactar con Aznar, que ofreci¨® a CiU "importantes ministerios" en 2001
Jo no em retiro. M'enretiro (Yo no me retiro. Me aparto). Con estas frase Jordi Pujol, presidente de la Generalitat durante 23 a?os, ilustraba el fin de su trayectoria pol¨ªtica, que acab¨® en 2003. Aunque al expresidente le queda cuerda para rato, cerrar¨¢ la semana que viene otra puerta con la publicaci¨®n del tercer y ¨²ltimo volumen de sus memorias. El pr¨®ximo d¨ªa 23 se publicar¨¢ en catal¨¢n Mem¨°ries: de la bonan?a a un repte nou. 1993-2011 (Editorial Proa) ?la obra que recoge las interioridades de los pactos de Pujol con el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez, en 1993, y con el Gobierno de Aznar, en 1996, hasta el fin de su presidencia catalana y la elecci¨®n del actual presidente, Artur Mas, como sucesor.?
Pujol dedica pocas p¨¢ginas a su relaci¨®n con Felipe Gonz¨¢lez. Cita los acuerdos que mantuvieron al PSOE en el Gobierno en el 1993 para justificar toda la actuaci¨®n ?de CiU en Madrid desde entonces. Sostiene Pujol que la obligaci¨®n del "partido de gobierno en Catalu?a es llegar a acuerdos con el partido de gobierno en Espa?a". Aunque recibi¨® numerosas presiones, de Gonz¨¢lez y empresarios catalanes, renunci¨® a que CiU entrara en el Gobierno. Apoy¨® al PSOE pese a los numerosos esc¨¢ndalos de su ¨²ltima legislatura; el expresidente catal¨¢n narra una conversaci¨®n con Gonz¨¢lez en la que el ya expresidente le asegura, sobre los esc¨¢ndalos socialistas: "Realmente, Pujol, nuestro problema han sido las segundas mujeres de algunos de los nuestros". CiU se mantiene fiel al PSOE; incluso impide una comisi¨®n de investigaci¨®n sobre los GAL en el Congreso, decisi¨®n que Pujol justifica. La fidelidad dura hasta que, presionado por Pujol, Gonz¨¢lez convoca elecciones anticipadas para el 3 de marzo de 1996.
El expresidente catal¨¢n justifica su apoyo al trasvase del Ebro
Parte del inter¨¦s de las memorias se centra en el pacto del Majestic, el acuerdo que en 1996 sirvi¨® para que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar fuera coronado por primera vez como presidente del Gobierno. Pujol era renuente al pacto, pero poco a poco le convencieron. Incluso el propio Gonz¨¢lez, que acababa de perder las elecciones, le argument¨® la conveniencia de sumar con el PP: "Alguien tiene que gobernar. No se puede hurtar la victoria de qui¨¦n ha ganado en Espa?a. Por consiguiente, convendr¨¢ que vosotros apoy¨¦is a Aznar con las condiciones que, imagino, le?vais?a imponer", sostuvo Gonz¨¢lez. La primera reuni¨®n entre Pujol y Aznar se produjo en un molino reformado propiedad de Rodrigo Rato. Pujol lleg¨® en secreto, sin su escolta habitual y solo parando en una estaci¨®n de servicio para avituallarse. La conversaci¨®n fructific¨® en el pacto que se firm¨® en el hotel Majestic. Un acuerdo que CiU sigue reivindicando (entre otros, acab¨® con el servicio militar obligatorio, mejor¨® la financiaci¨®n catalana y elimin¨® la figura de gobernador civil) aunque sigue siendo pol¨¦mico en Catalu?a todav¨ªa hoy, cuando CiU y PP han reeditado sus viejas alianzas. Pujol lo celebra, aunque para su gusto su firma se hizo con demasiada pompa.
Pujol recelaba del PP, pese a que el partido le aseguraba la gobernabilidad en Catalu?a desde 1995. Cre¨ªa, como confirm¨® con la mayor¨ªa absoluta de Aznar en 2000, que la formaci¨®n popular solo lo quer¨ªa porque obligaba la minor¨ªa parlamentaria. El PP intent¨® con la mayor¨ªa absoluta una maniobra que Pujol juzga como un intento de absorber a los nacionalistas en Catalu?a. Aznar ofreci¨® en 2001 "importantes ministerios" a CiU, pese a no necesitar sus votos. El encuentro en el que se enmarc¨® la propuesta fue a¨²n m¨¢s secreto que el de 1996. Se reunieron toda una noche en una finca que el Estado tiene en los Montes de Toledo, al que Pujol tuvo que acceder en helic¨®ptero. El presidente catal¨¢n rechaz¨® la oferta, aunque la presi¨®n fue muy fuerte. Los nacionalistas depend¨ªan del PP en Catalu?a, aunque la incomodidad de los nacionalistas cada vez era mayor.Pujol, en sus memorias, lo reitera, pese a que justifica uno de los apoyos m¨¢s pol¨¦micos que brind¨® al PP, el s¨ª al Plan Hidrol¨®gico Nacional que contemplaba el trasvase del Ebro. El expresidente de la Generalitat sostiene que el plan ten¨ªa beneficios para las tierras del Ebro, aunque matiza que no es viable por el caudal del r¨ªo.?
Las memorias se extienden en la presi¨®n que recibi¨® Pujol para que CiU entrara en el Gobierno de mayor¨ªa absoluta de Aznar. Esta presi¨®n incluso lleg¨® a traicionarle. Los nervios hicieron que aguase la fiesta a Artur Mas el d¨ªa en que Pujol lo ung¨ªa como su sucesor para mandar en CiU y Catalu?a. En un acto preparado a la medida para que brillara Mas, por entonces poco conocido, Pujol se revolucion¨® con uno de sus discursos m¨¢s c¨¦lebres, que acab¨® por eclipsar a su sucesor. "Vienen y nos ofrecen cargos y prebendas. ?Qui¨¦n se han cre¨ªdo que somos nosotros? Nosotros no estamos en pol¨ªtica por los cargos, estamos al servicio de un proyecto de pa¨ªs. Es como mi abuela cuando iba al gallinero y gritaba a las gallinas diciendo: 'titas titas, titas titas'. Nosotros no hacemos pol¨ªtica por el comedero", pronunci¨® Pujol. Desde entonces, cuando la ocasi¨®n lo requiere, el expresidente catal¨¢n procura leer su discurso.
Pujol eligi¨® a Mas por encima de Duran porque quer¨ªa que su sucesor fuera de Converg¨¨ncia
Pujol trata con amabilidad su deca¨ªda como presidente, tras 23 a?os en el mando. Y zanja r¨¢pidamente la explicaci¨®n sobre su sucesi¨®n, que provoc¨® una agria disputa entre los actuales l¨ªderes de Uni¨®, Josep Antoni Duran Lleida, y Converg¨¨ncia, Artur Mas. La disputa se resolvi¨® a favor del segundo porque Pujol quer¨ªa que fuera de CDC, su partido. El l¨ªder nacionalista muestra en el libro sus recelos hacia Uni¨®, aunque celebra los pactos de federaci¨®n que sirven para formar CiU.?
Mas es alabado en profundidad en el libro, aunque al principio Pujol no se sab¨ªa ni su nombre: "Los primeros tiempos de tratarlo le llamaba, por error, Andreu Mas", recuerda. El ep¨ªlogo, en el que repasa los gobiernos tripartito, se extiende en las loas a Mas, al que le cede el testimonio y llega a a definirle como "un aut¨¦ntico l¨ªder que de verdad acaba de borrar mi figura como pol¨ªtico". Pujol pasa por encima sus nuevos postulados soberanistas, que cuadran poco con algunas de las acciones que describe en el libro. El tercer volumen de sus obras, las 1.200 p¨¢ginas de sus memorias, concluyen con la sensaci¨®n de cerrar una etapa: "Ahora podr¨ªa decir que he llegado al final del trayecto".?
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