La toma de la Bastilla
"?Qu¨¦ le queda por hacer a un estudiante que se pela de fr¨ªo en el instituto porque la Administraci¨®n no puede pagar la calefacci¨®n?"
?Qu¨¦ tiene de sorprendente que un grupo de j¨®venes, hartos ya de estar hartos, salgan a la calle para protestar por las malas condiciones en que se encuentran sus centros de estudios por culpa de los recortes presupuestarios? Lo extra?o ser¨ªa que no se manifestasen, que siguieran aborregados en sus aulas mientras contemplan pasivamente la entelequia en que se ha convertido su futuro mientras que los responsables de su frustraci¨®n despilfarran el dinero sin verg¨¹enza ni pudor. ?Qu¨¦ le queda por hacer a un estudiante que se pela de fr¨ªo en el instituto porque la Administraci¨®n no puede pagar la calefacci¨®n y ve c¨®mo los directivos de R¨¤dio Televisi¨® Valenciana (RTVV) gastan centenares de miles de euros en documentales refritados de una productora de amiguetes que, en cualquier otra cadena televisiva, no costar¨ªan m¨¢s que unos miles de euros? Protestar en la calle no parece que sea una de las medidas m¨¢s radicales que se puedan tomar. Nada que no hayan hecho los estudiantes desde que el mundo es mundo. Pero algunos creen ver en estas discretas manifestaciones ¡ªmuy masivas no es que hayan sido¡ª el germen de no sabe qu¨¦ oscura revuelta. Es el caso de la delegada del Gobierno, a la que no le ha temblado la mano a la hora de enviar a la Polic¨ªa Nacional a reprimir las protestas estudiantiles.
Paula S¨¢nchez de Le¨®n nos meti¨® en el t¨²nel del tiempo y nos mand¨® a principios de los setenta del siglo pasado, cuando los temidos grises se encaraban, porras en mano, a grupos de adolescentes que ten¨ªan poco m¨¢s que su voz para enfrentarse a tanta polic¨ªa. Los alrededores del instituto Llu¨ªs Vives por la ma?ana y la comisar¨ªa de la calle de Zapadores de Valencia evocaron las im¨¢genes en blanco y negro del antiguo Paseo al Mar, los mismos gritos y las mismas carreras. La misma desproporci¨®n entre perseguidos y perseguidores. En Zapadores hab¨ªa m¨¢s antidisturbios que concentrados. De hecho, estos se encontraban rodeados y, como se dec¨ªa en los viejos y malos tiempos, del cerco solo se pudo salir de uno en uno y con el carnet en la boca. Hay cosas que nunca cambian, ni en dictadura, ni democracia.
Me pregunto qu¨¦ espantaba tanto a la se?ora delegada. ?Tem¨ªa acaso que la concentraci¨®n ante Zapadores fuera la antesala de la toma de la Bastilla? ?El principio de una revoluci¨®n que abortara las reformas que est¨¢ adoptando su partido para conseguir que todos los espa?oles seamos felices? Quede tranquila la se?ora delegada. Los adolescentes que se manifestaron el viernes por las calles de Valencia nada tienen que ver con los fam¨¦licos parisienses que se alzaron en julio de 1789. Aqu¨ª no hay revoluci¨®n que valga, todav¨ªa. Basta con ver en qu¨¦ acab¨® el 15-M.
Tengo para m¨ª que a Paula S¨¢nchez de Le¨®n lo que le que asusta, lo que realmente no quiere ver, es su propia imagen reflejada en el espejo. Los estudiantes deben recordarle que estamos donde estamos por la p¨¦sima gesti¨®n de los Gobiernos de los que ella form¨® parte como vicepresidenta. Los que permitieron que un acosador sexual fuera durante a?os jefe de recursos humanos de RTVV, los que gastaron a mansalva en sue?os quim¨¦ricos que no se trata de repetir porque la lista ya es conocida de la mayor¨ªa, los que despilfarraron sin ton ni son, los que presumieron con Carlos Fabra y su estatua y cuyo presidente, Francisco Camps, acab¨® por proyectar su personalidad en ese edificio que es el ?gora de la Ciudad de las Artes: grande, caro, in¨²til e inacabado. As¨ª fue su gesti¨®n, que ahora pagamos entre todos. Eso es lo que no quiere ver la delegada del Gobierno.
La concentraci¨®n estudiantil de la comisar¨ªa de Zapadores no tuvo nada de revolucionaria. Los j¨®venes est¨¢n hartos de que se les tome por imb¨¦ciles y ya no se dejan seducir por grandes eventos, espejuelos, modernos timos de la estampita. Su presente es jodido y su futuro m¨¢s que incierto. Pocos fueron los que salieron, pero la delegada apost¨® por matar moscas a ca?onazos. ?Qu¨¦ har¨¢ cuando las protestas se generalicen, cuando, de verdad, parezca que quieran tomar la Bastilla?
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