Carreras, porrazos, cardenales y una noche en comisar¨ªa
Quedan en libertad todos los detenidos en las protestas de Valencia y 12 de ellos pasan a disposici¨®n judicial
"Estaban pegando a una chica en la estaci¨®n del Norte y me puse en medio, pero luego lleg¨® una oleada de antidisturbios y me golpearon un par de veces hasta que ca¨ª al suelo, intent¨¦ moverme y me atizaron con la porra¡±, explica Jorge Navarro Ib¨¢?ez De Sebandiano, de 19 a?os, estudiante de Atenci¨®n Sociosanitaria en el IES Jordi de Sant Jordi. Para ¨¦l, la pesadilla arranc¨® pasadas las tres y media de este lunes, quiz¨¢ en el momento m¨¢s candente de las protestas estudiantiles de Valencia. Y acab¨® poco antes de las cinco de la tarde de este martes, cuando Jorge sal¨ªa escoltado por la polic¨ªa de la Ciudad de la Justicia de Valencia, con la rodilla vendada, cojeando y numerosas magulladuras de cintura para abajo, objetivo reiterado de las porras reglamentarias, tal y como acreditan numerosas fotograf¨ªas publicadas en muchos diarios. Y de eso es de lo que m¨¢s se queja, de la contundencia aplicada en las protestas: ¡°Una vez en el suelo me pusieron una rodilla en los ri?ones, y yo, como hab¨ªa tenido hace poco un problema renal, les dije que por favor ah¨ª no¡ quitaron la rodilla y volvieron a apretar con m¨¢s fuerza¡±.
Jorge era el ¨²ltimo de los detenidos en las protestas del lunes en quedar en libertad. La jornada se sald¨® con 25 detenidos, seis de ellos menores, que quedaron en libertad antes de la medianoche. Otros siete fueron liberados a lo largo de la madrugada. Pero los ¨²ltimos 12 pasaron a disposici¨®n judicial a mediod¨ªa de ayer en el juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 16 de Valencia en funciones de guardia. Y alrededor de las cuatro de la tarde fueron quedando en libertad tras ser acusados de resistencia, des¨®rdenes, lesiones y atentado a la autoridad.
A Guillermo Arroba Fern¨¢ndez, de 18 a?os y estudiante de Bachillerato de Bellas Artes en el IES Llu¨ªs Vives, epicentro de las protestas de Valencia, le detuvieron a las tres de la tarde dentro del Burger King pr¨®ximo a su instituto, donde entr¨® con muchos otros estudiantes para escapar de una carga. La camisa rota y rociada de manchas de sangre habla de la contundencia aplicada para reducirle. Seg¨²n asegura, le tiraron al suelo y siguieron golpe¨¢ndole: ¡°Incluso me metieron los dedos en los ojos y en nariz¡±. Cuando le sentaron en un veh¨ªculo policial, ingenuo, reconoce que intent¨® salir: ¡°Me metieron dos tortazos, me esposaron y me incrustaron en el asiento trasero¡±. Eso s¨ª, da gracias a los polic¨ªas ¡°normales¡±, no los antidisturbios, que le trasladaron hasta comisar¨ªa: ¡°Ten¨ªa mucho miedo y me intentaron tranquilizar¡±. Guillermo se indigna cuando explica que le acusan de agredir a la polic¨ªa con una silla de la hamburgueser¨ªa y de zafarse de dos agentes. ¡°Es falso; lo que s¨ª es cierto es que a un polic¨ªa le mord¨ª en la mano pero me estaba tapando la boca y la nariz para que no respirase¡±.
"Me dijo que si le
Los detenidos son j¨®venes normales, no se consideran l¨ªderes estudiantiles. Y simplemente quer¨ªan protestar por los recortes en Educaci¨®n impuestos por la Generalitat Valenciana. Algunos ni eso, como Ernesto Agust¨ª, estudiante de 19 a?os, que asegura que pasaba cerca del Llu¨ªs vives y se qued¨® por curiosidad sin pensar que pudiera acabar perseguido, golpeado y acusado de atacar a los antidisturbios. ¡°Es totalmente desproporcionado¡±, se queja tanto del ataque como de la acusaci¨®n, ¡°estamos hablando de mentiras, que es lo que est¨¢n haciendo las fuerzas de seguridad¡±.
Y quien al parecer ni siquiera estuvo en las protestas fue Laura Roque, de 26 a?os, que estaba en su puesto de trabajo y fue detenida en la propia comisar¨ªa de Zapadores a las siete de la tarde cuando fue a interesarse por el estado del estudiante Adri¨¢n Sifre, de 20 a?os, que se ha convertido en un s¨ªmbolo de las protestas al aparecer en varias portadas de diarios con el rostro ensangrentado, tirado en el suelo y con las manos esposadas a la espalda.
Laura Roque fue detenida
Marc Bull¨®n, de 21 a?os, lo que m¨¢s temi¨® es por sus brazos, es decir, por su futuro profesional. Estudiante de violonchelo en el Conservatorio de M¨²sica, tambi¨¦n recibi¨® su raci¨®n reglamentaria, que en l¨ªneas generales se resume en porrazos, derribo en el suelo, m¨¢s porrazos, rodilla contra la nuca y esposas. ¡°Me met¨ª en la estaci¨®n del Norte huyendo de los antidisturbios y me par¨¦ para ayudar a una chica a la que hab¨ªan pegado con la porra y lloraba desconsolada¡±. Ah¨ª es donde fue placado y reducido. Y tambi¨¦n desmiente haber agredido a ning¨²n polic¨ªa.
Magulladuras en las mu?ecas por las esposas y contusiones por los porrazos era los m¨¢s usual entre los detenidos. Felipe Benguila Biosca, de 19 a?os, estudiante de segundo de Bachillerato del instituto Benlliure, fue atendido a la una de la madrugada en el hospital General de Valencia, pues le retorcieron un brazo y le dol¨ªa un tobillo. ¡°Me acusan de pegarle una patada a un agente y no es verdad¡±.
Y tambi¨¦n requiri¨® atenci¨®n m¨¦dica otro estudiante, de segundo de Derecho, de 19 a?os, cuyo abogado prefiere no facilitar el nombre, aquejado de ¡°una cervicalgia certificada por el m¨¦dico forense¡±, fruto de la ya muy vista rodilla en la nuca. Seg¨²n la versi¨®n del abogado, a las 15.30 en la calle de Jes¨²s el joven salt¨® a la acera entre dos coches durante una carga, y perdi¨® la zapatilla. ¡°Un polic¨ªa le empotr¨® contra la pared, le redujeron, le esposaron y le mantuvieron tumbado sin necesidad¡±, se queja su abogado, ¡°le dieron golpes con la porra cuando ya estaba reducido, hay fotos en los peri¨®dicos¡±. Y a?ade que los agentes pueden mentir: ¡°Ellos tienen presunci¨®n de veracidad y se les da m¨¢s credibilidad¡±.
La desproporci¨®n de la actuaci¨®n policial, que ha encendido el debate pol¨ªtico en las ¨²ltimas horas, tambi¨¦n ha quedado m¨¢s patente al afectar en algunos casos a menores. Vicente Marco, abogado y padre de un estudiante de 16 a?os detenido antes de las cuatro de la tarde se queja de que le mantuvieron en comisar¨ªa hasta las diez y media de la noche. Y lo que es peor, permaneci¨® durante cuatro horas esposado.
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