El legado que custodia la Fundaci¨®n Juan March contiene miles de postales de y fotograf¨ªas realizadas por Turina que muestran a un compositor met¨®dico con ansia de documentarlo todo.
Turina, excepto los a?os que pas¨® en Par¨ªs, intent¨® regresar a la Semana Santa sevillana siempre que pod¨ªa. En su cat¨¢logo fotogr¨¢fico hay una parte destacada para la fiesta sevillana. En la imagen, la hermandad de El Cachorro cruza Triana en la Semana Santa de 1913.JOAQU?N TURINALa ciudad que cambi¨® su estilo compositivo, Par¨ªs, fue la cuna de los m¨²sicos ilustres en los inicios del siglo XX. Lo que m¨¢s echaba de menos en aquel Par¨ªs de la inspiraci¨®n era a su entonces novia Obdulia, a la que escrib¨ªa varias veces a la semana. En la foto, ante la Torre Eiffel en 1909.JOAQU?N TURINALa ?pera de Par¨ªs fue el s¨ªmbolo de una era hist¨®rica para la m¨²sica en la que los nombres de Debussy, Ravel o Dukas fueron sin¨®nimos de vanguardia. Con Vincent D'Indy y Seryeux estudi¨® Turina Composici¨®n en la Schola Cantorum. En la imagen, la ?pera parisina.JOAQU?N TURINALa colecci¨®n de postales de Turina es notable. Algunas de ellas retratan el lado costumbrista y curioso del Par¨ªs de los compositores, como esta en la que se ve a los parisinos cruzando las calles a trav¨¦s de inestables pasarelas en las inundaciones en 1910.FUNDACI?N JUAN MARCHEl Par¨ªs en el que vivi¨® Turina junto a su amigo Manuel de Falla y Alb¨¦niz era una muestra de la ¨¦poca dorada que precedi¨® a las guerras mundiales. Turina, afable y amante de la calle, sol¨ªa pasear por la Ciudad de la Luz retratando aquella ¨¦poca dorada.JOAQU?N TURINAJunto a la Cibeles estableci¨® Turina su casa en Madrid, ciudad en la que pas¨® la mitad de su vida. La capital vio nacer a sus hijos, y desde su terraza capt¨® la inspiraci¨®n para escribir las ¨²ltimas piezas de su vida. En la foto, en esa terraza en 1916.JOAQU?N TURINATurina lleg¨® en barco a Nueva York en 1929, meses antes de que se desplomara la bolsa de la Gran Manzana. Fue a dar unas conferencias, pero al contrario que otros compositores que quedaron enamorados de la ciudad, Turina se sinti¨® en tierra extra?a en Nueva York.JOAQU?N TURINALleg¨® la Guerra Civil, y aquel mismo 18 de julio del alzamiento, Turina supo que su etapa como compositor glorioso y su etapa de madurez llegaban a su fin. Su obra 'En el cortijo' qued¨® a medias aquella noche de verano, y no se sinti¨® con ¨¢nimos para terminarla hasta que la contienda termin¨® en 1939. En la foto, la obra interrumpida.FUNDACI?N JUAN MARCH
