Euskadi examina su mapa municipal
La fusi¨®n de Ayuntamientos emerge como propuesta en pleno debate sobre las duplicidades Eudel estudiar¨¢ si contribuye a una mejor gesti¨®n
Zaragoza es 24 veces m¨¢s grande que Bilbao. Parece una sencilla hip¨¦rbole, pero se corresponde con la realidad, al menos, en lo que a superficie municipal se refiere. Los apenas 40 kil¨®metros cuadrados de terreno que limitan el desarrollo de la capital vizca¨ªna distan mucho de los casi 1.000 de que disfruta la aragonesa. La villa no es la excepci¨®n de un mapa vasco fragmentado en exceso, que invita a una reflexi¨®n sobre la posible fusi¨®n de Ayuntamientos para optimizar recursos y evitar la duplicidad de servicios entre instituciones. Un debate que pretende elevar a p¨²blico UPyD, a trav¨¦s de una proposici¨®n no de ley que ha presentado en el Parlamento, y al que no se renuncia desde la propia Asociaci¨®n de Municipios Vascos, Eudel.
Europa aboga por menos consistorios; en Dinamarca se han suprimido el 90%
El caso de Bilbao ni siquiera destaca en el conjunto de Euskadi. Los m¨¢s de 47.000 vecinos de Portugalete, por ejemplo, se reparten en apenas tres kil¨®metros cuadrados, que son uno m¨¢s que los que tiene Ikaztegieta, una de las 28 localidades de escasas dimensiones que integran la comarca guipuzcoana de Tolosaldea. Lanestosa, en Bizkaia, es incluso m¨¢s peque?a y limita con el municipio c¨¢ntabro de Soba, 200 veces m¨¢s grande. Son solo ejemplos de un heterog¨¦neo mapa vasco que integran 251 consistorios, de los que casi tres cuartas partes no alcanzan ni los 5.000 habitantes. ¡°Muchos Ayuntamientos arrastran una existencia casi fantasmal y son incapaces de afrontar una m¨ªnima pol¨ªtica de servicios p¨²blicos¡±, argumenta el parlamentario de UPyD, Gorka Maneiro, impulsor de la proposici¨®n.
La organizaci¨®n municipal espa?ola se remonta dos siglos en el tiempo y apenas ha variado con el paso de las d¨¦cadas. Un escenario opuesto al de otros pa¨ªses europeos, que en los ¨²ltimos a?os han abogado por la fusi¨®n de Ayuntamientos para reducir su estructura administrativa. En Alemania han pasado de 20.000 a 8.000 y en Dinamarca se han suprimido incluso el 90%. En Euskadi, la trayectoria es inversa. En Bizkaia, por ejemplo, las ¨²ltimas anexiones municipales se remontan a la dictadura, impulsadas en ocasiones por el propio r¨¦gimen, mientras que en democracia se han producido 17 escisiones. Entre ellas, las de Erandio, Derio, Lezama, Loiu, Sondika o Zamudio, que en 1983 dejaron de pertenecer a Bilbao. La ¨²ltima tuvo lugar en 2005, cuando Ziortza-Bolibar se disgreg¨® de Markina-Xemein.
Vitoria re¨²ne m¨¢s de medio centenar de concejos en su t¨¦rmino municipal
Las consecuencias no son solo una proliferaci¨®n administrativa y el gasto que conlleva en sueldos de pol¨ªticos y funcionarios, entre otros, sino la propia multiplicaci¨®n a?adida de planes urban¨ªsticos que contribuyen a la desorganizaci¨®n del territorio y su paisaje. Cada Ayuntamiento impulsa sus propias ¨¢reas residenciales, de equipamientos o industriales sin tener en cuenta las del vecino, salvo en clave de competencia. Cada municipio aspira a tener la casa de cultura m¨¢s completa o la mejor piscina, aunque la de la localidad lim¨ªtrofe sea ol¨ªmpica. ¡°Es un derroche en todos los sentidos. Una locura que, adem¨¢s, es inoperante¡±, sostiene el catedr¨¢tico Ram¨®n Parada, experto en la materia.
El caso vasco suma como problema adicional que ¡°el sentimiento de arraigo de los ciudadanos con su municipio es brutal¡±, seg¨²n argumenta la propia presidenta de Eudel, Ibone Bengoetxea. ¡°El de Maruri es de Maruri y no de Mungia¡±, argument¨® en diciembre, durante una entrevista en EL PA?S, antes de reconocer que el ¡°runr¨²n¡± sobre la alianza entre Ayuntamientos hab¨ªa llegado a Euskadi. Lejos de oponerse al debate, aunque de inicio no es partidaria de fusiones, la asociaci¨®n tiene previsto llevar a cabo un estudio ¡°emp¨ªrico¡± sobre la supuesta conveniencia de estas, para determinar si de verdad contribuir¨ªan a una mejor gesti¨®n, factor determinante desde su punto de vista. ¡°No se debe utilizar un simple criterio de tama?o o territorio para justificar una fusi¨®n¡±, defienden desde la entidad.
La mancomunidad optimiza servicios, pero sobrecarga la Administraci¨®n
El caso de Vitoria podr¨ªa servir de ejemplo. La capital alavesa no es solo el t¨¦rmino municipal m¨¢s grande de Euskadi, con 276 kil¨®metros cuadrados, sino que integra, lejos de su trama urbana, a m¨¢s de medio centenar de concejos que conservan su identidad y cierto nivel de autonom¨ªa, pero sin la necesidad de mantener la compleja maquinaria administrativa que conllevar¨ªa su independencia. Arkaute, Gamarra, Foronda, Mi?ano¡ ¡°La fusi¨®n de Ayuntamientos no tendr¨ªa por qu¨¦ conllevar a?adida su p¨¦rdida de identidad¡±, defiende Parada, quien advierte, adem¨¢s, de que ¡°la nacionalidad municipal no tiene sentido¡± en pleno siglo XXI.
Otros casos
Hasta 1960. Amorebieta anexiona Etxano. Fika y Gamiz conforman un ¨²nico municipio. Beasain integra como barrio Astigarreta.
Desde 1961. Arrazola, Axpe y Apatamonasterio conforman Atxondo. Iurreta se desanexiona de Durango; Alonsotegi, de Barakaldo; Zierbena, de Abanto. Berriatua se une primero a Ondarroa y se separa despu¨¦s. Orendain, Ikaztegieta y Baliarrain conforman Hiruerrieta en 1967, pero se vuelven a separar 24 a?os m¨¢s tarde; Mendaro se desvincula de Mutriku y Elgoibar.
Con sus cerca de 240.000 habitantes, Vitoria representa casi el 80% de la poblaci¨®n alavesa. Con excepciones como Amurrio o Llodio, el resto del territorio apenas soporta poblaci¨®n. Por eso los municipios han tenido que organizarse en cuadrillas para ofrecer servicios, como la recogida de basuras, que no podr¨ªan asumir por separado. El escenario administrativo supramunicipal, a medio camino entre los Ayuntamientos y las Diputaciones, es el que se demanda desde distintos estamentos, sobre todo institucionales, como receta para optimizar la propia gesti¨®n. As¨ª lo reconocen desde Eudel. ¡°Las centrales de contrataci¨®n, por ejemplo, ayudan a reducir el gasto¡±, sostienen desde la asociaci¨®n.
Se trata de una alternativa que rechazan, sin embargo, desde otros sectores, que adem¨¢s de la gesti¨®n, defienden una optimizaci¨®n de recursos. En este sentido, los organismos supramunicipales van justo en la l¨ªnea opuesta a lo que se pretende, m¨¢xime ante un escenario de crisis, ya que en realidad contribuyen al aumento del entramado pseudoinstitucional con nuevos cargos de responsabilidad y sus gastos aparejados.
En los ¨²ltimos meses, con el creciente debate sobre la duplicidad entre instituciones, se han multiplicado las voces que demandan, cuando menos, un estudio detallado sobre la posible fusi¨®n entre municipios vascos. Una petici¨®n que incluso comienza a tomar cuerpo entre dirigentes pol¨ªticos, aunque de forma minoritaria a¨²n. Como trasfondo emerge la incertidumbre de los grandes partidos a la alteraci¨®n de las cuotas de poder que, en t¨¦rminos de Alcald¨ªas y concejales, podr¨ªa conllevar una reestructuraci¨®n del mapa municipal. ¡°La p¨¦rdida de puestos pol¨ªticos y el dinero correspondiente es lo que en realidad les preocupa. La n¨®mina se les vendr¨ªa abajo¡±, sostiene Parada.
Anexiones e independencias
Parece historia y lo es, pero reciente todav¨ªa. A comienzos de la d¨¦cada de los 80, Bilbao se extend¨ªa por los terrenos que a d¨ªa de hoy conforman las localidades de Erandio, Derio, Lezama, Loiu, Sondika y Zamudio. Su t¨¦rmino municipal era cuatro veces m¨¢s grande y su poblaci¨®n se aproxim¨® al medio mill¨®n de habitantes en pleno apogeo industrial. Los seis Ayuntamientos se anexionaron a la capital vizca¨ªna durante la dictadura, entre 1940 y 1966, en una etapa marcada por las fusiones entre consistorios. Se desgajaron, al un¨ªsono, en 1983. Antes, en 1924, la villa hab¨ªa incorporado ya las anteiglesias de Bego?a y Deusto, otrora independientes.
Bilbao supone uno de los casos m¨¢s paradigm¨¢ticos en lo que a fusiones y desanexiones se refiere, pero no es el ¨²nico del mapa vasco. Tambi¨¦n en territorio vizca¨ªno, a Gernika pertenecieron otros municipios actuales como Ajangiz, Arratzu, Forua, Murueta, Kortezubi y Nabarniz. Markina, por su parte, incorpor¨® Zenarruza y Xemein, pero en 2005 vio c¨®mo se independizaba Ziortza-Bolibar, en lo que supone todav¨ªa el ¨²ltimo caso que se ha registrado en Euskadi.
Al contrario que en Bizkaia, ?lava fue escenario durante el franquismo de alianzas que se han consolidado con el tiempo. Como las que sirvieron para conformar Kanpezu.
El mapa municipal de Gipuzkoa, por su parte, registr¨® durante el pasado siglo menos cambios que los de sus vecinos territoriales. Lasarte es, quiz¨¢, su caso m¨¢s significativo. La localidad surgi¨® en 1986, como una triple escisi¨®n de Andoain, Hernani y Urnieta. En el caso de San Sebasti¨¢n, la ciudad incorpor¨® en 1943, y perdi¨® en 1987, el actual municipio independiente de Astigarraga.
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