Alas de mariposa
Un buen concierto, que no extraordinario, con un material que seguramente puede ofrecer m¨¢s
Que es el fin del mundo tal y como lo conoc¨ªamos, que dec¨ªan REM, es una evidencia. Que constatarlo sigue escociendo es otra. Ver un Palau sin llenarse en la presentaci¨®n oficial en Espa?a de un disco impulsado por bandas con el predicamento de Los Planetas y Lagartija Nick, homenajeando a Antonio Morente y con las anunciadas participaciones de Carmen Linares y Sole¨¢ Morente, entristece. La relectura del propio sustrato cultural pasa a ser hoy otra de esas muchas cosas de las que se debe prescindir. Porque de eso se trataba, de retomar el flamenco heterodoxo de Morente y darle en directo la textura y ambientaci¨®n del rock espacial, lleno de est¨¢tica propio de la est¨¦tica de Los Planetas y Lagartija Nick, para esta idea Los Evangelistas.
A todo esto, y como prueba de que las fronteras de nuestros gustos se marcan a hierro y fuego, p¨²blico rockero en la sala, con nula presencia flamenca. Y es que cuando un estilo es tomado por otras manos, parece que deja de ser. ?Qu¨¦ inter¨¦s puede tener para un seguidor de Morente que su cancionero sea llevado a otros ¨¢mbitos?. Al parecer ninguno, probablemente lo mismo que ocurrir¨ªa si Poveda se atreviese con el repertorio de Loquillo. Nada mejor que las fronteras para seguir siendo de pueblo. Cosas muy humanas.
ROCK
Los Evangelistas
Palau de la M¨²sica
1 Marzo 2012
Como el agradecimiento. M¨¢s all¨¢ de cualquier consideraci¨®n, este sentimiento alimenta junto a la sensaci¨®n de perdida el trabajo de Los Evangelistas, convertidos en p¨¢rvulos ante el torrente de sabidur¨ªa del desaparecido maestro. ?ste, sin duda, se hubiese sentido satisfecho de c¨®mo sus canciones han tomado otra nueva vida en manos de sus disc¨ªpulos, que han recogido su principal ense?anza: el atrevimiento. Y as¨ª, tambi¨¦n en directo, Los Evangelistas se atrevieron a dar vida a este cancionero, atraves¨¢ndolo con distorsi¨®n, nubes de guitarras, ritmo marcado y colchones de teclados en busca de un sonido tan suntuoso como de recogida devoci¨®n.
Pero no es nada f¨¢cil manejar este material tan delicado y quebradizo, cuya exposici¨®n he de crecer de manera que poco a poco envuelva a la audiencia. La falta de volumen del concierto no ayud¨® en este sentido, y el resultado es que pese a la calidad de los temas, sonaron por orden los tres primeros del disco, el ambiente era de cierta frialdad. All¨ª estaba Fray Luis de Le¨®n en texto,¡°Gloria¡±, o la espl¨¦ndida ¡°Serrana de Pepe de la Matrona¡±, tratada como si fuese un tema de Los Planetas. Y como siempre, ese J al que resulta imposible entender lo que dice gracias a esa dicci¨®n meridional y desmadejada, apenas sin vocalizaci¨®n pero que tan buen resultado depara al afrontar el cancionero de Morente. Y no es que sea un cantaor, es que su forma de cantar, mezcla de respeto y arrojo, se adapta al material que defend¨ªa.
Poco a poco el concierto fue tomando cuerpo y todos los elementos fueron encajando. Sin respetar estrictamente el orden de las canciones en el disco, Evangelistas iniciaron el vuelo con ¡°En un sue?o viniste¡±, un se?or tema con letra apasionada y sensual de Al-Mutamid. ¡°Alegr¨ªas de Enrique¡±, ¡°El loco¡± y la postrer ¡°Donde pones el alma¡±, pura alegr¨ªa, ya consiguieron implicar al p¨²blico en el concierto, muestra de una maridaje entre flamenco y rock que nada tiene que ver con las anteriores experiencias de otros artistas espa?oles. Y es que al fin y a la postre, el camino marcado por Los Planetas en sus ¨²ltimos discos, o de Lagartija en sus colaboraciones con Morente han abierto otras sendas para las que la palabra fusi¨®n se queda corta.
Ya en los bises aparecieron Carmen Linares, una voz casi tel¨²rica dejando ir una suerte de mantra flamenco pleno de dolor en la seguiriya ¡°Delante de mi madre¡± y m¨¢s tarde Sole¨¢ Morente, hija del cantaor, para interpretar la zambra ¡°Yo poeta decadente¡± y los tangos ¡°La estrella¡± . El final del concierto dej¨® al margen a Morente, todos los temas del disco estaban interpretados, y surgieron Los Planetas de ¡°Ya no me asomo a la reja¡± para certificar un buen concierto, que no extraordinario, con un material que seguramente puede ofrecer m¨¢s. Pero ya se sabe que esto de la magia, del instante, del duende no surge por decreto. Un soplo puede llevarse el polvo del ala de una mariposa. Material delicado.
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