Alboraia y Miramar, cara y cruz de la gesti¨®n municipal
El Ayuntamiento de L¡¯Horta tiene la mayor deuda por vecino de la Comunidad Valenciana El de La Safor registra super¨¢vit y paga sus facturas a los 30 d¨ªas
El Ayuntamiento de Alboraia, municipio de L¡¯Horta de 23.000 habitantes, tiene la mayor deuda por vecino de la Comunidad Valenciana (6.260 euros). Sobre el Consistorio pesa una losa de 144,4 millones de euros y cada a?o tiene que destinar cuatro a intereses y amortizaciones. El decreto de pago a los proveedores del Gobierno central, adem¨¢s, ha aflorado ocho millones de facturas en los cajones e impagos pendientes desde 2002. Su situaci¨®n es muy complicada.
En el polo opuesto se encuentra Miramar, un municipio de La Safor de 2.652 habitantes, cuyo Ayuntamiento tiene un super¨¢vit de 1,4 millones y paga sus facturas a 30 d¨ªas. No tiene televisi¨®n local, ni empresa para elaborar informes estrat¨¦gicos, pero aplica el IBI m¨¢s bajo de la Comunidad Valenciana (0,38%) y ha iniciado obras en la calle principal, ha reforzado las ayudas a las familias para las guarder¨ªas o subvenciona las vacunas que no paga la Generalitat. La filosof¨ªa de gesti¨®n de Miramar ha sido no pedir prestado y gastar solo lo que ten¨ªa, subiendo impuestos cuando ha sido necesario y llevando el precepto de la austeridad en el dinero p¨²blico hasta el paroxismo.
Alboraia, el municipio con mayor deuda por vecino
?¡°?Qu¨¦ c¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª? Buena pregunta¡±. Miguel Chavarr¨ªa, alcalde socialista de Alboraia, se encoge de hombros al repasar las deudas que atenazan al Ayuntamiento, una pelota de 144,4 millones de euros, que ha convertido al municipio en el m¨¢s endeudado por vecino de la Comunidad Valenciana (6.260 euros).
Chavarr¨ªa, que gobierna junto a Comprom¨ªs y dos partidos independientes, ha pedido a la Sindicatura de Comptes que fiscalice las arcas municipales y acusa a su antecesor, el popular Manuel ?lvaro (1999-2011), de engordar la deuda con una gesti¨®n salpicada de irregularidades. ¡°Nos hemos encontrado acuerdos verbales para urbanizar un trozo de playa o construir los vestuarios de un complejo deportivo¡±, dice el regidor, que en los pr¨®ximos d¨ªas pedir¨¢ a la fiscal¨ªa que investigue la legalidad de cr¨¦ditos de m¨¢s de ocho millones avalados por el propio alcalde sin informes previos ni pasar por el pleno.
Alboraia arrastra deudas con proveedores (28 millones) y bancos (19,5) y tiene pendientes de pago, a trav¨¦s de su empresa municipal Egusa, m¨¢s de 65 millones por obras como el soterramiento de la l¨ªnea 3 de metro. ¡°Esta semana hemos descubierto ocho millones en facturas en los cajones¡±, se queja el socialista. Para evitar embargos y un ERE en la plantilla municipal, de 150 empleados, el Ayuntamiento ha refinanciado hasta 2022 la deuda con grandes constructores como FCC o Pavasal. El municipio, de 23.000 habitantes, destina al a?o cuatro millones a intereses y amortizaciones.
Sobre el Consistorio pende una losa de 144,4 millones de euros
El plan de choque al gasto incluye un presupuesto ¡°austero¡±, de 15 millones ¡ªen 2007 fue de 154, el segundo m¨¢s alto de la provincia tras Valencia¡ª, la eliminaci¨®n de los asesores (680.000 euros al a?o de ahorro), la supresi¨®n de los liberados del equipo de gobierno o la reducci¨®n en un 45% del presupuesto de fiestas. El alcalde, que combina la vara de mando con un puesto de radiof¨ªsico en el hospital La Fe de Valencia, percibe 16.800 euros anuales por asistir a los plenos. Su antecesor cobraba 70.000 euros y el concejal de Hacienda del PP, 65.000.
El Ayuntamiento ultima esta semana la tasaci¨®n de sus inmuebles. La finalidad: obtener ingresos para evitar el embargo del edificio que alberga la Denominaci¨®n de Origen de la Horchata, que el Consistorio puede perder si no salda una deuda de 1,6 millones con Aguas de Valencia.
Alentada por la fe en el ladrillo, Alboraia fio su crecimiento al traslado del centro comercial Alcampo de Port Saplaya a la huerta de Vera, una operaci¨®n que deb¨ªa liberar terrenos en el litoral para construir una marina con 800 viviendas, un hotel y un palacio de congresos. La crisis, las protestas de los ecologistas de Salvem L¡¯Horta y las trabas de la Generalitat, que otorg¨® a la zona la m¨¢xima protecci¨®n, desmoronaron el proyecto, que fue redactado por la constructora Astroc antes de entrar en suspensi¨®n de pagos. Ahora, la empresa municipal Egusa debe 23 millones por los anticipos de la constructora, que el Consistorio ha gastado. El Ayuntamiento, asimismo, da por perdidos los dos millones que desembols¨® a los propietarios de las tierras en concepto de se?al. El valor de la hanegada super¨® los 250.000 euros.
El decreto para cubrir impagos aflora facturas pendientes desde 2002
El delirio de tener una marina de ensue?o con palacio de congresos y hotel de lujo incluidos le ha costado 29 millones de euros. El exalcalde Manuel ?lvaro (PP) destin¨® entre 2005 y 2011 cuatro millones a informes y dos a opciones de compra de terrenos de huerta de una iniciativa urban¨ªstica de la que solo se conocen planos. El Consistorio, adem¨¢s, incorpor¨® al gasto corriente y al pago del soterramiento de la l¨ªnea 3 de metro los 23 millones adelantados por la promotora del plan en concepto de beneficios futuros por la gesti¨®n del suelo de Port Saplaya, seg¨²n la primera teniente de alcalde, Carmen Peris. ¡°El proyecto nunca se har¨¢ como lo concibi¨® ?lvaro pero el dinero ya se ha gastado¡±, explica la edil, que recuerda que la Generalitat tumb¨® el planteamiento inicial al declarar la huerta zona de especial protecci¨®n. El Ayuntamiento no descarta retomar el proyecto ¡°en una versi¨®n suavizada y adaptada a la crisis¡±.
El desarrollo urban¨ªstico inicial de Alboraia contemplaba liberar terrenos en el litoral de Port Saplaya para construir una marina de lujo con 800 viviendas, un paseo, un hotel y un palacio de congresos. La iniciativa afectaba a una importante porci¨®n de huerta conocida por su alto valor ecol¨®gico y paisaj¨ªstico. Alentado por las expectativas econ¨®micas, Alboraya aprob¨® en 2007 unos presupuestos de 154 millones de euros, las segundas cuentas municipales m¨¢s altas de la provincia tras Valencia. Cinco a?os despu¨¦s, el Consistorio arrastra la mayor deuda por vecino de la Comunidad (6.260 euros)
¡°Vivimos durante a?os por encima de nuestras posibilidades. Como ejemplo, el presupuesto de 2007 preve¨ªa 11 millones de ingresos urban¨ªsticos que al final se quedaron en 500.000 euros¡±, explica la teniente de alcalde, la independiente Mari Carmen Peris, que tambi¨¦n form¨® parte del ¨²ltimo equipo de gobierno del PP.
El exedil Manuel ?lvaro rebaja la deuda de 144,4 a 22 millones de euros, acusa al cuatripartito de computar gastos previstos para 22 a?os y niega la existencia de facturas en los cajones. ¡°La situaci¨®n, no obstante, es muy complicada¡±, admite.
subirMiramar no teme a los proveedores
Miramar no tiene televisi¨®n local. Ni empresa que elabore informes estrat¨¦gicos. Sus vistosas fiestas de moros y cristianos del primer domingo de agosto carecen de proyecci¨®n internacional y sus jubilados no saben lo que es comerse una paella gigante a ritmo de pasodoble en v¨ªsperas electorales. Miramar (La Safor, 2.652 habitantes) tampoco tiene deuda. Sus cuentas arrastran un super¨¢vit de 1,4 millones, la mitad del presupuesto, que despierta las envidias de sus vecinos de Bellreguard o Gandia, que esta semana recopilaban facturas para acogerse al decreto de pago de proveedores del Gobierno, que conllevar¨¢ a partir del 31 de marzo planes de ajuste para contener los excesos. En el epicentro del desplome inmobiliario, Miramar paga a 30 d¨ªas ¡ª60 como m¨¢ximo¡ª, una quimera en un pa¨ªs donde los m¨¢s de 8.100 municipios tardan de media 10 meses en acordarse de las facturas de los aut¨®nomos, seg¨²n su asociaci¨®n ATA.
El Ayuntamiento de La Safor tiene super¨¢vit y paga a los 30 d¨ªas
¡°El secreto es subir los impuestos cuando resulta necesario y captar todas las subvenciones posibles¡±, explica el alcalde, Asensio Llorca (PSPV), que encadena mayor¨ªas absolutas desde 1991. Su ecuaci¨®n permite, en plena vor¨¢gine de vacas flacas, aplicar el Impuesto de Bienes e Inmuebles (IBI) m¨¢s bajo de la Comunidad Valenciana (0,38%), iniciar obras de la calle principal, reforzar las ayudas a las familias para las escuelas de 0 a 3 a?os o subvencionar las vacunas que no cubre la Generalitat. ¡°Cuando informamos a Econom¨ªa del IBI, el programa inform¨¢tico no permit¨ªa introducir la cifra de lo baja que era¡±, recuerda el alcalde.
El regidor se fija como objetivo mitigar el paro, que afecta al 10% de la poblaci¨®n. El Ayuntamiento destina 450.000 euros al a?o a emplear a parados ¡ªen 2011 se firmaron por este sistema 123 contratos¡ª, y mediante la exigencia a los proveedores de las contrataciones locales, da trabajo a 80 vecinos. ¡°Gracias al Ayuntamiento, puedo vivir y mantener a mi mujer y dos hijos¡±, dice Vicente Capellino, jardinero, 40 a?os, que percibe un salario de 900 euros al mes desde hace nueve a?os.
En Miramar no existe el gratis total. La filosof¨ªa del municipio es cobrar por los servicios
El man¨¢ de este municipio de 2,5 kil¨®metros cuadrados procede de la playa. La poblaci¨®n se multiplica por diez en agosto (22.000 vecinos) y, gracias a la contribuci¨®n de los veraneantes, se nutren dos terceras partes de las arcas p¨²blicas. El alcalde, sin embargo, insiste en que la costa no es un fil¨®n, sino una responsabilidad m¨¢s que requiere inversiones. Si ese fuese el secreto, sugiere, todos los municipios costeros de La Safor compartir¨ªan la bonanza. Y no es as¨ª. Piles, que arrastra una deuda de 737.000 euros, Bellreguard (466.000), Daim¨²s (884.000) o Gandia (192 millones) son ejemplos de la complejidad de mantener a raya las cuentas, seg¨²n el Ministerio de Econom¨ªa.
Miramar presume de no pedir prestado y gastar solo lo que tiene. La ca¨ªda en un 80% de los ingresos de la construcci¨®n, que reportaron 800.000 euros en 2007, ha modulado los impuestos, como el de circulaci¨®n, que subi¨® un euro para los veh¨ªculos de gran cilindrada. ¡°El Ayuntamiento ha hecho una buena gesti¨®n, y ah¨ª est¨¢n las cifras, aunque no tiene sentido el super¨¢vit cuando las guarder¨ªas cuestan 130 euros al mes y son de las m¨¢s caras de La Safor¡±, se queja Pedro C¨¢noves, portavoz local del PP, que representa a tres de los 11 ediles. Los conservadores fueron los m¨¢s votados en las elecciones generales.
De los 28 trabajadores municipales, 10 son funcionarios. El objetivo, evitar que los gastos de personal lastren el margen de maniobra que ha permitido en los ¨²ltimos tres a?os levantar un polideportivo, un centro de salud y una escuela infantil. La austeridad impera en los cargos p¨²blicos. El alcalde percibe 1.800 euros mensuales por dedicaci¨®n exclusiva y los concejales, 400. ¡°Si alguien se cree que el dinero p¨²blico no es de nadie, se equivoca¡±, advierte el alcalde, que supervisa a diario el trabajo de las cuadrillas municipales.
¡°S¨¦ decir que no cuando toca, quiz¨¢ por eso ahora no debemos nada¡±, concluye el alcalde
En Miramar no existe el gratis total. La filosof¨ªa del municipio es cobrar por los servicios. El abono del polideportivo con piscina cubierta, campo de f¨²tbol con c¨¦sped artificial, pistas de p¨¢del, spa, y sala de fitwalker ¡ªmodernas cintas para correr¡ª cuesta 30 euros. El Ayuntamiento ofrece un servicio de lujo a trav¨¦s del nuevo gimnasio, que gestiona una empresa sobre un edificio municipal, con entrenadores personales (19 euros la hora) y clases particulares de autodefensa por ordenador.
¡°La calidad de vida es muy buena y eso se nota¡±, admite la sexagenaria Mar¨ªa Ripoll, que ha visto desde la barra del bar Carol, donde trabaja, la evoluci¨®n de un municipio cuya poblaci¨®n se ha duplicado en 20 a?os. Mercedes Mart¨ª, de 53, se lamenta de que la localidad asuma los recortes de la Generalitat. ¡°A mi hija le han quitado una beca¡±, se queja.
Alentada por una econom¨ªa que crec¨ªa al 3%, Miramar recibi¨® durante los a?os del dinero f¨¢cil la llamada del progreso. Los promotores inmobiliarios, atra¨ªdos por su apetecible costa, acud¨ªan al Ayuntamiento para vender sus planes. El municipio mantuvo las cautelas. Y no se arrepiente. ¡°S¨¦ decir que no cuando toca, quiz¨¢ por eso ahora no debemos nada¡±, concluye el alcalde.
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