Arroyo exhibe una "visi¨®n de Blasco Ib¨¢?ez distinta de la de aqu¨ª"

La presentaci¨®n de la nueva edici¨®n de la novela Sangre y arena, de Vicente Blasco Ib¨¢?ez, que ha tuvo lugar este viernes en el MUVIM (Museu Valenci¨¤ de la Il.lustraci¨® i de la Modernitat) arranc¨® casi como un alegato taurino, pero concluy¨® como una reivindicaci¨®n de la sinton¨ªa entre la ilustraci¨®n y la literatura. Flanqueada por el pintor Eduardo Arroyo y el poeta Francisco Brines, la diputada provincial Mar¨ªa Jes¨²s Puchalt celebraba compartir mesa con creadores que no teman "enfrentarse a modas pasajeras", en referencia a las corrientes antitaurinas. Brines lleg¨® a decir que ¨¦ste es "un libro de toros" y consider¨® que "la tauromaquia" que falta en el mundo del arte "es la de Eduardo Arroyo, porque no hay nadie m¨¢s aficionado a los toros que ¨¦l". Salvo quiz¨¢ Picasso, puntualiz¨®.

Arroyo se refiri¨® a "esta maltratada fiesta" y reconoci¨® en s¨ª mismo "una frustraci¨®n" por no hacer una tauromaquia. Mencion¨® las de Goya, Picasso y Gilles Aillaud como las fundamentales y acept¨® que la novela de Blasco Ib¨¢?ez le ha permitido acercarse "al mundo del toro de una cierta manera". Pero matiz¨® que ¡°por el momento estamos un poco lejos de hacer una tauromaquia". Hab¨ªa acertado plenamente Brines al subrayar como taurinos el rojo sangrante y el negro de luto con los que Arroyo ha dise?ado una portada consistente ¨²nicamente en el nombre del escritor y el t¨ªtulo de la novela ocupando toda la plancha. Pero, en realidad, solo una parte de las 31 ilustraciones en blanco y negro que integran este libro de m¨¢s de 300 p¨¢ginas, editado por la Diputaci¨®n de Valencia, est¨¢n conectadas con el mundo taurino.

Nueva figuraci¨®n, Pop Art, los ecos del collage y el fotomontaje de vanguardia est¨¢n en la base de los recursos que, filtrados por el sentido cr¨ªtico del pintor, animan el trabajo reaizado por Arroyo para esta novela de Blasco Ib¨¢?ez. Al releerla, Arroyo asegura haberse sentido "impresionado". Toros y toreros, s¨ª, pero tambi¨¦n rostros y figuras femeninas, pistolas, m¨¢scaras y hasta un tricornio son im¨¢genes que recorren el muy hispano drama de Blasco Ib¨¢?ez. Did¨¢ctico, Arroyo marca adem¨¢s a mano con n¨²meros los p¨¢rrafos que han dado pie a las ilustraciones, que tambi¨¦n est¨¢n numeradas. Y ha confesado haber descubierto con este encargo una nueva herramienta de trabajo: la fotocopiadora.

Eduardo Arroyo celebr¨® el encargo, que agradeci¨® al excoordinador de exposiciones del Muvim Carlos P¨¦rez, y lament¨® que poco a poco se haya ido "perdiendo la idea de la uni¨®n de la literatura y la poes¨ªa con la pintura". ¡°Ilustrar libros est¨¢ mal visto¡±, lleg¨® a decir. Calific¨® el libro de ¡°bell¨ªsimo", valor¨® el cosmopolitismo de Blasco Ib¨¢?ez y declar¨® tener una visi¨®n del novelista valenciano ¡° distinta de la que se tiene aqu¨ª dentro". En Espa?a, claro est¨¢.