Repeticiones

La Tosca del domingo repet¨ªa la producci¨®n de la pasada primavera, cuya direcci¨®n esc¨¦nica estuvo a cargo de Jean-Louis Grinda. Tambi¨¦n repiten la protagonista femenina (Oksana Dyka), los papeles secundarios y, naturalmente, los cuerpos estables del teatro. En el papel de Mario Cavaradossi se alternan, como entonces, Jorge de Le¨®n y Marcelo ?lvarez. El estreno, no obstante, ha estado esta vez a cargo de aqu¨¦l.

Los ¨²nicos cambios relevantes se refieren a la direcci¨®n musical (Zubin Mehta en 2011 y Omer Meir Wellber ahora, aunque este ceder¨¢ la batuta a Pl¨¢cido Domingo los d¨ªas 19 y 22), as¨ª como al personaje de Scarpia, donde Bryan Terfel es sustituido por Marco Vratogna. Cambios que, en ninguno de los dos casos, han sido para mejor.

Terfel result¨® algo esquem¨¢tico en su concepci¨®n, pero cant¨® el papel. Vratogna hizo m¨¢s bien un Scarpia declamado, olvid¨¢ndose de que, en Puccini, cantar es una obligaci¨®n ineludible. Oksana Dyka, a un nivel muy diferente en cuanto a emisi¨®n y volumen, tampoco explor¨® demasiado las medias voces y el sensitivo fraseo que exige esta m¨²sica. Porque la vertiente dram¨¢tica puesta en juego se ha de compaginar con la belleza de la l¨ªnea mel¨®dica.

Habr¨ªa que preguntarse, por lo dem¨¢s, si hay alg¨²n compositor de m¨²sica vocal que no requiera un canto bonito, y si no convendr¨ªa cuestionar el ambiguo espacio del verismo. Gonzalo Badenes dec¨ªa, con much¨ªsima raz¨®n, que incluso Wagner deb¨ªa cantarse ¡°a la italiana¡±, entendiendo por ello los mejores y m¨¢s refinados recursos que las antiguas t¨¦cnicas canoras proporcionan al int¨¦rprete. Ciertamente, el siglo XIX y el XX a?adieron problemas y enfoques nuevos, con soluciones a veces diferentes. Pero, con todo, el cantante debe seguir intentando gustar con su instrumento. Ah¨ª tenemos a Jorge de Le¨®n, hermosa voz masculina cuyo metal se empa?a a veces con agudos destemplados: debiera eliminarlos mejorando la t¨¦cnica. Incluso a sabiendas de que el p¨²blico, en muchas ocasiones, premia m¨¢s la potencia, aunque sea estridente, que la calidad sonora.