La recuperaci¨®n exige m¨¢s
Est¨¢ resultando muy dif¨ªcil saber con precisi¨®n qu¨¦ nos espera, en t¨¦rminos econ¨®micos, en el inmediato futuro. Vivimos al d¨ªa, sin ese talante necesario para mirar al futuro y enfrentarse a ¨¦l con optimismo. Y esto nos lleva acompa?ando demasiado tiempo. Desde que gobernaba el PSOE, y estall¨® la crisis, hasta ahora. El gobierno del PP tom¨® las riendas de la econom¨ªa y comenz¨® a aprobar de forma r¨¢pida medidas econ¨®micas que parec¨ªan responder a un plan bien meditado y detallado. Hubo una cierta sensaci¨®n de alivio, consecuencia de la percepci¨®n de estar en manos de gente que conoc¨ªa lo delicado de la situaci¨®n y actuaba en consecuencia. Esa sensaci¨®n se ha ido disipando por culpa de decisiones err¨®neas que han mostrado m¨¢s improvisaci¨®n o, al menos cierto desorden, que una buena planificaci¨®n
Las medidas que se ha ido adoptando son de tal calado, desde las de contenci¨®n fiscal con un presupuesto muy restrictivo, hasta las reformas del mercado de trabajo y del sistema financiero o la amnist¨ªa fiscal, que necesitamos estar seguros y muy convencidos de que son las mejores dentro de las posibles. Necesitamos saber con precisi¨®n por qu¨¦ se adoptan (nos lo han dicho) pero tambi¨¦n, claro est¨¢, para qu¨¦. Ha de probarse que no hay alternativas viables y menos costosas que pudieran propiciar los mismos o similares resultados en t¨¦rminos de crecimiento y progreso y en plazos similares (lo que no se ha hecho).
De lo que dicen los responsables pol¨ªticos, que es muy poco y repetitivo, no es f¨¢cil deducir cuando esperan que la econom¨ªa comience a iniciar la senda de la recuperaci¨®n, c¨®mo ser¨¢ la misma, cu¨¢l ser¨¢ el sector o sectores que propiciar¨¢n el crecimiento y cuanto empleo se generar¨¢ en el proceso. El discurso oficial es demasiado opaco. Se limitan a decir y hacer una pol¨ªtica que puede devolver la confianza de los acreedores, los mercados, sin especificar c¨®mo y por qu¨¦ y en qu¨¦ momento la anhelada recuperaci¨®n de la confianza va a tener sus efectos y se va a concretar en una reactivaci¨®n de la actividad. Tampoco se aborda la cuesti¨®n, tan debatida en otros medios acad¨¦micos y especializados, de si va a ser posible recuperar la confianza de mercados y socios europeos con actuaciones de ajustes y reformas sin planear al mismo tiempo medidas de reactivaci¨®n de la actividad que sirvan de acompa?amiento.
Aunque haya un acuerdo generalizado en que el d¨¦ficit y el endeudamiento, tanto privado como p¨²blico, son algo a corregir cuanto antes, no hay demasiado consenso en el ritmo adecuado, ni en la combinaci¨®n ¨®ptima que permitir¨ªa lograr ese "cuanto antes" al menor coste posible. No es lo mismo hacerlo de forma consensuada que hacerlo en solitario con los votos del PP. La ¨²nica manera de evitar que las personas perjudicadas protesten es cuando se consigue un consenso mucho mayor que el hoy existe. Un gran acuerdo ayudar¨ªa a sobrellevar los sacrificios y apoyar¨ªa al gobierno en las negociaciones y escarceos que todav¨ªa le esperan a nivel comunitario. Al fin y al cabo en Europa son conscientes de que la zona euro, al no ser un ¨¢rea monetaria ¨®ptima, no puede funcionar suavemente sin transferencias entre diferentes pa¨ªses. Otra cosa es que est¨¦n dispuestos a poner estos mecanismos en funcionamiento sin oponer serias resistencias. Por eso no basta con hacer lo que dice Europa, tambi¨¦n hay que tratar de influir en lo que Europa decide.
Compartir un plan de futuro inteligente ayudar¨ªa a soportar la dura situaci¨®n actual
Con la crisis hemos aprendido, entre otras cosas, que el modelo productivo elegido por una econom¨ªa importa y mucho. Es lo que determina que, al margen de coyunturas m¨¢s o menos favorables, el ritmo de crecimiento sea positivo de forma sostenida. Una elecci¨®n sensata del modelo y un cuidadoso seguimiento de la forma en que el mismo evoluciona, de las reformas que precisa y de los cambios que con el tiempo es preciso introducir para ir adelant¨¢ndose al entorno es lo que garantiza que la econom¨ªa de un pa¨ªs constituya el soporte b¨¢sico sobre el que construir el bienestar colectivo, las relaciones de solidaridad y la cohesi¨®n social. En Euskadi sabemos mucho de esto y ahora tambi¨¦n en la econom¨ªa espa?ola. Nuestro modelo de crecimiento, el de Euskadi, se vino abajo a finales de los ochenta y principio de los noventa. Tuvimos que llevar a cabo una reestructuraci¨®n industrial impresionante gracias a la cual y a los logros en productividad y en competitividad se ha podido contrarrestar el descenso en la demanda privada y en el consumo p¨²blico con una aportaci¨®n positiva del sector exterior al crecimiento. Para la econom¨ªa espa?ola el mensaje ha sido contundente. Todav¨ªa no se han podido asimilar los excesos cometidos en el sector inmobiliario. Tambi¨¦n en este caso el sector exterior puede servir de palanca para el crecimiento. Pero ello exige seguir invirtiendo en innovaci¨®n y que las empresas sigan ganando en competitividad. Los presupuestos generales del Estado no parecen apuntar en esa direcci¨®n cuando recortan de forma dr¨¢stica las partidas dedicadas a investigaci¨®n, ciencia y educaci¨®n.
Esto hace que no se vea con claridad cu¨¢l es el modelo productivo por el que se apuesta ni se vislumbre qu¨¦ es lo que depara el futuro m¨¢s all¨¢ de este aciago presente. Nos dicen que el a?o 2012 se va a utilizar para ganar la confianza de los mercados, reducir el endeudamiento y eliminar ineficiencias en algunos sectores. Todo esto es necesario. Pero no estar¨ªa de m¨¢s que fuera tambi¨¦n aprovechado para sentar las bases del futuro crecimiento. Para ello se precisa analizar bien las alternativas, elegir sensatamente y hacer pedagog¨ªa para que una gran parte de los ciudadanos estemos de acuerdo con las decisiones adoptadas. En las ¨²ltimas semanas los dos partidos mayoritarios han acabado por generar m¨¢s nerviosismo que tranquilidad entre los que seguimos la actualidad. O¨ªrles en los debates del Parlamento no ayuda a ver las cosas m¨¢s claras. No es f¨¢cil hacer previsiones econ¨®micas en estos momentos tan especiales pero, ?podr¨ªan, por favor, dedicar parte de su trabajo a mirar al futuro, anticiparlo, contarnos sus planes y dar contenido a un discurso s¨®lido que acompa?e a las medidas ya de por s¨ª suficientemente duras y dif¨ªciles de asumir? Conocer y compartir un diagn¨®stico detallado y un plan de futuro inteligente ayudar¨ªa a soportar la dureza de la actual situaci¨®n.
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