Coll y Hodges contagian audacia a la joven orquesta

Aunque fue trombonista de la Jove Orquestra de la Generalitat (JOG), no es ¨¦sta la faceta donde m¨¢s ha destacado Francesc Coll (Valencia, 1985). Afincado en Londres, se trata del compositor joven valenciano de mayor proyecci¨®n, con varios premios, como el Mary Ryan Composition Award y encargos de car¨¢cter internacional en su haber. Por eso fue escogido para ser compositor residente de la JOG durante dos a?os y, como es preceptivo en esta responsabilidad, debe entregar dos creaciones originales para ser interpretadas por su orquesta. La primera de ellas, titulada No ser¨¦ yo quien diga nada, fue estrenada el viernes en el Auditorio de Torrevieja. Volver¨¢ a ser interpretada este domingo en Gandia y el pr¨®ximo lunes en el Palau de la M¨²sica, dentro de los conciertos exclusivos para la Sociedad Filarm¨®nica con motivo de su centenario. Para la puesta de largo con su joven orquesta, el compositor valenciano cuenta con el pianista brit¨¢nico Nicolas Hodges como solista, uno de los m¨¢s sobresalientes de su generaci¨®n y de quien algunos cr¨ªticos han destacado su audacia y energ¨ªa. En No ser¨¦ yo quien diga nada ¡°el pianista desempe?a la funci¨®n del l¨ªder¡±, explica Coll, ¡°en lo que podr¨ªa ser la actual cultura de masas, una funci¨®n que aleja a este instrumento del concepto de solista del pasado?.

La partitura del compositor valenciano es tambi¨¦n atrevida. Estableciendo paralelismos con la sociedad actual, se ha fijado en los extremos y para ello ha vaciado la orquesta de violines, violas y oboes y ha cedido protagonismo a flautas, clarinetes y fagots en sus versiones m¨¢s extremas, es decir, picolos, requintos y contrafots, para fijar la atenci¨®n, precisamente, en lo extremo. Las combinaciones y referencias son, as¨ªmismo, audaces. Como materia principal, ha partido de un zorcico, la danza tradicional vasca y ha a?adido otros g¨¦neros de m¨²sica popular en forma de citas de piezas pop y de jazz. El zorzico ¡°est¨¢ presente aunque de forma poco reconocible¡±, advierte el compositor, ya que lo ha ¡°filtrado por una est¨¦tica surrealista, en busca de un equilibrio entre la raz¨®n y la t¨¦cnica con la intuici¨®n¡±. El resultado es de ¡°una gran complejidad en la ejecuci¨®n?. Coll ha agregado un clavec¨ªn, que es un instrumento barroco. Con todos estos ingredientes ha conseguido una obra compleja y de gran sentido r¨ªtmico, que ?intenta contar lo trascendente, lo profundo, mediante lo absurdo?.

Formado en los conservatorios superiores de Valencia y Madrid como tombonista, Coll ha estudiado composici¨®n con Richard Baker en la Guidhall School of Music and Drama de Londres, con una beca del Institut Valenci¨¤ de la M¨²sica. Tambi¨¦n ha recibido clases del prestigioso compositor y director brit¨¢nico Thomas Ad¨¨s. Su primera obra reconocida, Aforismos para piano solo (2003), fue ya premiada en el concurso Hui, Hui M¨²sica. La Canadian Brass le encarg¨® su primera obra,...Whose name I don't want to remember para doble quinteto de metal (2005), estrenada por esa formaci¨®n y el Brass Quintet de la Orquesta Filarm¨®nica de Nueva York en el Lincon Center. Sus obras han sido interpretadas por la Orquesta Filarm¨®nica de la Universitat de Valencia, a Orquesta Sinf¨®nica de Londres, la Oruqetsa Sinf¨®nica de la BBC, la Orquesta Filarm¨®nica de Los ?ngeles (dirigida por Thomas Ad¨¨s), o Los Angeles Philarmonic New Music Group.