El misterio del portapaz robado
El MNAC ¡®recupera¡¯ en la exposici¨®n sobre g¨®tico una obra desaparecida en 1991
En mayo de 1991, en pleno proceso de obras de remodelaci¨®n para transformar el viejo edificio del Palau Nacional en la sede del Museo Nacional de Arte de Catalu?a, se produjo uno de los hechos que m¨¢s han marcado, negativamente, la historia de este museo: el robo del portapaz de Sigena o de Pere d¡¯Urgell, una de las mejores piezas de orfebrer¨ªa de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica y una de las piezas m¨¢s importante y valiosas de la colecci¨®n del museo. Despu¨¦s de 21 a?os, sigue en paradero desconocido pese a que el MNAC y las fuerzas de seguridad ¡ªCuerpo Nacional de Polic¨ªa, Mossos d¡¯Esquadra e Interpol¡ª siguen busc¨¢ndola. La exposici¨®n sobre g¨®tico Catalunya 1400, inaugurada a finales de marzo, la recupera, aunque sea virtualmente, en su cat¨¢logo. ¡°La pieza sigue siendo nuestra¡±, justifican desde el MNAC.
La alhaja g¨®tica, de apenas 10,5 cent¨ªmetros de alto, es una imago pietatis, un Cristo muerto tallado en n¨¢car que sostiene un ¨¢ngel de oro y esmalte blanco en un trono tambi¨¦n de oro; el conjunto est¨¢ rodeado de tres enormes piedras preciosas encastadas: dos zafiros y un balaje (rub¨ª morado). La pieza, utilizada para darla a besar a los fieles en las misas solemnes alrededor de 1400, fue creada en un taller de Par¨ªs con la t¨¦cnica de los esmaltes sur ronde-bosse (no existe terminolog¨ªa en castellano), una de las m¨¢s perfectas jam¨¢s realizadas, que combina esmaltes, oro y piedras preciosas.
A los pocos a?os, el portapaz estaba en manos del conde Pere II d¡¯Urgell, famoso por la riqueza que atesoraba en sus castillos, que la don¨® al monasterio aragon¨¦s de Sigena a comienzos del siglo XV, cuando ingres¨® en ¨¦l su hija Isabel. Durante siglos las monjas la conservaron con esmero, sobre todo porque en su parte inferior conserva una reliquia de la t¨²nica de Cristo, hasta que en 1972, ya instaladas en Barcelona tras la destrucci¨®n de su monasterio en la Guerra Civil, formalizaron su venta.
En el mundo solo existen una veintena de obras parecidas al portapaz desaparecido
El misterio acompa?¨® la desaparici¨®n de esta obra ¨²nica. Tras ser echada de menos del interior de un armario met¨¢lico, que no fue forzado, el entonces director del museo, Joan Sureda, present¨® una denuncia ante la polic¨ªa que llev¨® a todos los trabajadores a declarar. En las diligencias que se practicaron se se?alaba: ¡°El posible autor conoce el perfecto funcionamiento del museo¡±, y se instaba a poner el robo en conocimiento de los anticuarios de toda Espa?a, adem¨¢s de comunicarlo a la Interpol. ¡°No fue un encargo, todo apunta a que quien lo hizo sab¨ªa d¨®nde estaba la obra¡±, asegura Joan Josep Pintado, actual jefe de seguridad del MNAC, que descarta un robo parecido en la actualidad, ya que el museo est¨¢ dotado de las ¡°mayores medidas de seguridad t¨¦cnicas y humanas, y los accesos a las salas y los dep¨®sitos est¨¢n restringidos¡±. Por el contrario, ¡°en ese momento no hab¨ªa jefe de seguridad, todo el mundo ten¨ªa acceso a las llaves y hab¨ªa facilidad de movimientos¡±, asegura Pintado, que lamenta que ¡°la investigaci¨®n se haya mantenido demasiado parada¡±.
Meses antes del robo, en septiembre de 1990, cuando las piezas de arte g¨®tico se trasladaron por las obras a una nueva zona del museo, hubo quejas por las escasas medidas de seguridad y la poca efectividad de las alarmas, lo que oblig¨® a dar explicaciones a los responsables municipales y de la Generalitat.
Relacionado con el robo o no, Sureda puso su cargo de director a disposici¨®n del alcalde, Pasqual Maragall, a finales del mismo mes de mayo, tras cinco a?os al frente del museo. En julio fue presentado su sustituto, Xavier Barral, pero el robo no trascendi¨® hasta marzo de 1992, cuando lo public¨® un peri¨®dico barcelon¨¦s. Durante todo ese tiempo, nadie en el museo hab¨ªa dicho nada del robo de la pieza.
Rafael Cornudella, comisario de la exposici¨®n Catalunya 1400 y conservador de g¨®tico del MNAC, y Joan Domenge, profesor de la Universidad de Barcelona y una de las personas que m¨¢s han investigado en Espa?a estas obras, no han dudado en incluir el portapaz en el cat¨¢logo, junto a las piezas que s¨ª se muestran en la exposici¨®n procedentes de las catedrales de Barcelona y Valencia. ¡°Habr¨ªa sido una de las estrellas de la exposici¨®n, lo mismo que si hubiera podido mostrarse en el a?o 2004 en Par¨ªs, donde se reunieron todas las joyas de su familia¡±, asegura Domenge, en referencia a la escasa veintena de piezas conservadas en todo el mundo creadas con la misma delicadeza y t¨¦cnicas que el portapaz. Para Domenge, que ha estudiado en profundidad la pieza, ¡°a partir de fotograf¨ªas y de la descripci¨®n que hicieron otros que s¨ª la vieron¡±, ser¨ªa fundamental tenerla para comprobar detalles como si el habit¨¢culo inferior que conserva la reliquia es un a?adido posterior y la t¨¦cnica empleada para realizar el cabello del Cristo. ¡°Ahora me tengo que conformar con observaciones indirectas¡±, se lamenta. Domenge defiende el valor art¨ªstico de la pieza por encima del material, por lo que no cree que haya acabado fundida.
Pese al tiempo transcurrido, el portapaz sigue en los archivos policiales y en las webs internacionales de b¨²squeda de objetos robados. ¡°Es muy positivo que se hable de la pieza, pues con el tiempo los casos quedan dormidos y es m¨¢s dif¨ªcil resolverlos. Al aparecer en los medios y recuperarse en la exposici¨®n, puede haber personas que la identifiquen o hayan o¨ªdo hablar de ella y aporten datos a la investigaci¨®n¡±, aseguran fuentes de la polic¨ªa, las mismas que consideran que el hecho de ser una pieza ¨²nica impedir¨¢ su venta p¨²blica. ¡°Si se vende, ser¨¢ porque ha ido a parar a segundas o terceras personas que desconocen su procedencia¡±, aseguran. Tambi¨¦n podr¨ªa ser, como ha ocurrido con retablos y otras im¨¢genes religiosas, que se devuelva bajo secreto de confesi¨®n. ¡°Todos se lo agradecer¨ªamos¡±, remacha Domenge.
Otras joyas hermanas
Adem¨¢s del portapaz de Sigena o de Pere d'Urgell, en Espa?a se pueden admirar tan solo tres piezas de la veintena creada en Par¨ªs con el estilo sur ronde-bosse alrededor de 1400. A esta exclusiva lista se unen dos piezas m¨¢s que el destino llev¨® a Estados Unidos y otra desaparecida.
Portapaz del Ni?o Jes¨²s, de la catedral de Valencia.
Relicario de la Resurrecci¨®n, de la catedral de Barcelona.
Medall¨®n de la catedral de X¨¤tiva.
Santa Catalina, del Metropolitan de Nueva York.
Medall¨®n de Washington.
Anunciaci¨®n, de la catedral de Toledo, desaparecida.
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