¡°Encores¡±
Se present¨® en la Sala Rodrigo un interesante proyecto concebido por Hilary Hahn para difundir la creaci¨®n contempor¨¢nea, a partir de un encargo a 26 compositores de otras tantas obras que pudieran ser interpretadas como ¡°encores¡±. Se tratar¨ªa pues de piezas cortas que se ofrecen como propina al p¨²blico, tras los aplausos y al final del programa. Se escucharon esta vez ocho de estos encargos, pero no al final, sino code¨¢ndose con obras de Bach, Beethoven y Brahms. Varias de esas piececitas lograron, en tres o cuatro minutos, presentar convincentes estructuras de tema con variaciones, explorar las diferentes sonoridades del viol¨ªn o desarrollar un rico contrapunto entre viol¨ªn y piano. Hubo melod¨ªas lentas e inquietantes, c¨¦lulas obsesivas y atm¨®sferas casi inmateriales. Todo ello servido por quien, a pesar de su juventud, es, sin duda, una de las violinistas m¨¢s grandes de la actualidad. Su lectura de la Sonata n¨²m. 2 para viol¨ªn solo de Bach fue buena prueba de ello, especialmente en la Fuga, un verdadero milagro construido comp¨¢s a comp¨¢s. El resto de movimientos cortaron tambi¨¦n la respiraci¨®n, no tanto por el brillante virtuosismo como por la intensidad interpretativa, por la naturalidad con que brotaba el fraseo, o por ese embrujo en la ejecuci¨®n de cuerdas dobles, dejando el sonido m¨¢s grave como flotando en el aire, con una huella en la memoria que superaba su estricta duraci¨®n temporal. Hasta Beethoven palideci¨® ante tama?a partitura, a pesar de que la americana y su acompa?ante, el pianista Cory Smythe, tuvieron buen cuidado en presentar su tierna Sonata (tambi¨¦n la n¨²mero 2) sin hurtarle el encanto que entra?a.
HILARY HAHN (VIOL?N)
Cory Smythe (piano). Obras de Satoh, Muhly, Higdon, Davidson, Moravec, Bach, Eichberg, Dorman, Auerbach, Beethoven y Brahms. Palau de la M¨²sica. Valencia, 20 de abril de 2012.
Hahn tiene un ataque infalible con el arco, tanto en staccato como en las ligaduras m¨¢s prolongadas, donde las notas aparecen y se desvanecen de forma prodigiosa. La afinaci¨®n resulta impecable incluso en la m¨¢s intrincada polifon¨ªa, y su control del vibrato es total: desde los sonidos absolutamente tersos, tan lisos como un m¨¢rmol pulido, hasta la ondulaci¨®n acuosa, pasando por todos los grados intermedios. Eso s¨ª: siempre al servicio de la partitura y de la comunicaci¨®n con el oyente, sin buscar el m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa o el vano lucimiento personal. Tras un Brahms apasionado, hubo de regalo, claro, otro ¡°encore¡±, de Max Richter esta vez, obsesivo, est¨¢tico, muy bello.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.