El ¡®Guernica¡¯ de Picasso y su pol¨¦mico traslado
Mees y Goiogana hablan del simbolismo de la pintura y su posible ubicaci¨®n
Gernika es el lugar de memoria por excelencia, es el s¨ªmbolo del autogobierno y es el de la paz a trav¨¦s del cuadro de Pablo Picasso, un aut¨¦ntico icono, cuya ubicaci¨®n sigue suscitando numerosas pol¨¦micas dentro y fuera de las fronteras vascas.

P. Por cierto, el Guernica de Picasso no gustaba mucho a los responsables del Gobierno vasco de entonces, no muy interesados por el arte moderno en 1937.
L. M. El cuadro, es un s¨ªmbolo que trasciende no solamente fronteras geogr¨¢ficas, sino tambi¨¦n ideol¨®gicas. Hoy en d¨ªa, todos los vascos, de todos los colores pol¨ªticos, de todos los partidos, lo aceptan. Y es curioso recordar que el reconocimiento del cuadro no fue inmediato, ni mucho menos. A muchos nacionalistas vascos les hubiera gustado otro tipo de pintura. M¨¢s estilo Arteta, m¨¢s figurativo, y no una expresi¨®n tan moderna del arte.
Mees: ¡°La Rep¨²blica pag¨® el cuadro, y bien pagado¡±
I. G. Pero no solo entre los nacionalistas. El tipo de arte que hac¨ªa Picasso, seguramente no era del gusto de la burgues¨ªa local, era muy vanguardista.
L. M. En la izquierda tampoco se acept¨®, porque cuando se presenta el cuadro en el Pabell¨®n de la Rep¨²blica en la Exposici¨®n Universal de Par¨ªs, lo que realmente importa es el realismo sovi¨¦tico. No tiene nada que ver, y por eso muchos vascos ante el cuadro se preguntan, entonces: ?D¨®nde hay aqu¨ª un mensaje de lo malo que es el fascismo? Esto cambia un a?o despu¨¦s cuando Hitler incluye a Picasso y una de sus obras en la gran Exposici¨®n de Munich sobre el llamado arte degenerado. A partir de ese momento, Picasso se convierte, tambi¨¦n para todo el mundo de la izquierda, en un luchador antifascista.

P. Desde hace a?os seguimos con la pol¨¦mica sobre el cuadro y su ubicaci¨®n definitiva. En ella entran diversos motivos de ¨ªndole t¨¦cnica, cultural y evidentemente pol¨ªticos. ?Creen, que el Guernica se puede mostrar en Euskadi e incluso quedarse aqu¨ª?
L. M. La Rep¨²blica, siendo Picasso director del Prado, ya encarga al pintor una obra para la Exposici¨®n de Par¨ªs del 37, pero durante meses y debido a sus m¨²ltiples l¨ªos de faldas el pintor no hace nada. Hasta que se entera de lo del Guernica, y en una conversaci¨®n en la que participa el poeta bilba¨ªno Juan Larrea, se le sugiere el bombardeo como tema para el trabajo encargado meses atr¨¢s.
Goiogana: ¡°Que el cuadro venga para siempre lo veo imposible¡±
I. G. ?Que si el cuadro puede venir a Euskadi? Tengo bastantes dudas porque no creo que lo aprueben, seguramente por razones pol¨ªticas, igual porque no se f¨ªan, no lo s¨¦. Me gustar¨ªa que viniese, ?pues s¨ª!, pero para tenerlo un mes o dos, no lo s¨¦. No le dar¨ªa tanta importancia. Quiero decir, es un s¨ªmbolo, pero no har¨ªa una batalla de ello. Adem¨¢s, la tensi¨®n al respecto ha bajado mucho. Y luego, para que est¨¦ en el Guggenheim, tampoco lo s¨¦. Si tiene que estar aqu¨ª, pues que est¨¦ en Gernika y punto. Pero no vendr¨¢ para siempre, imposible.
L. M. A m¨ª tambi¨¦n me gustar¨ªa, pero tengo un razonamiento m¨¢s contradictorio, en el sentido de que veo que el pueblo de Gernika, y por extensi¨®n el pueblo vasco, forman parte de este cuadro y tienen un cierto derecho a disfrutar y contemplar el cuadro. Creo, tambi¨¦n, que ese cuadro puede lanzar su mensaje en cualquier lugar del mundo. No todo de lo que hable de Euskadi y de su historia tiene que estar aqu¨ª. Pero, s¨ª me gustar¨ªa saber a partir de los datos cient¨ªficos que se est¨¢n elaborando, ?en qu¨¦ situaci¨®n est¨¢ t¨¦cnicamente el cuadro? ?puede haber alg¨²n riesgo si se llevara a otro lugar, o no? Previamente hay que decidir esta cuesti¨®n. Despu¨¦s, quisiera que estuviese aqu¨ª, aunque sea unos cuantos meses S¨ª veo el Guggenheim como posible lugar, porque creo absolutamente imposible construir un museo para ello.
P. Mucha gente polemiza sin saber en realidad a qui¨¦n pertenece el cuadro.
L. M. La Rep¨²blica pag¨®, y bien pagado, los derechos.
I. G. Es del Estado espa?ol, y jur¨ªdicamente no tiene ninguna duda. El cuadro es del Estado, el Estado decidir¨¢, y la decisi¨®n ser¨¢ pol¨ªtica. Si viene, bienvenido sea, y si se queda mucho mejor.
L. M. Hay una informaci¨®n, que si no recuerdo mal, cuenta Nestor Basterretxea que dice que en su momento Picasso ofreci¨® a Jos¨¦ Antonio Aguirre la adquisici¨®n del cuadro. Al lehendakari tampoco le gust¨® la pintura y en ese momento la rechaz¨®. Ah¨ª, se escap¨® una posibilidad de tenerlo para el Gobierno vasco.
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