Vivir es peligroso para la salud
"Los recortes y las reformas, que a menudo son la misma cosa, son sangrantes, como todo el mundo sabe, y de eficacia m¨¢s que dudosa"
Uno a uno van cayendo los pol¨ªticos europeos que trataron en vano de entender qu¨¦ diablos era eso de la crisis que nos tiene a todos agarrotados desde hace unos a?os y lo que te rondar¨¦. Parece que no est¨¢ prevista una recuperaci¨®n sustancial hasta dentro de unos cuantos a?os, de modo que una generaci¨®n bien preparada tiene todos los n¨²meros para vivir en precario el resto de su vida. Los recortes y las reformas, que a menudo son la misma cosa, son sangrantes, como todo el mundo sabe, y de eficacia m¨¢s que dudosa. Si sale con barbas, San Ant¨®n, y si no, la Pur¨ªsima Concepci¨®n. Las consecuencias de los recortes en educaci¨®n se ir¨¢n desgranando con el tiempo hasta alcanzar ciertos grados de analfabetismo funcional, y no como el tijeretazo en sanidad, cuyas v¨ªctimas inaugurales de un penoso recorrido ya van saliendo a la luz. Se empieza por desatender a los ancianos y se acaba por no recetar algo para el dolor de muelas.
Hay otro aspecto de la crisis que quiz¨¢s no se ha considerado con la contundencia que merece. Me refiero a los miles de comparsas de decisiones estrafalarias y muy costosas que no supieron o no quisieron ver que todo aquello no serv¨ªa para nada, a los miles de asesores o simples correveidiles premiados con sueldos p¨²blicos nada desde?ables a cambio de apoyar las ocurrencias m¨¢s banales con millones de euros de por medio. Por poner solo unos ejemplos, cuesta creer que los que apoyaron con entusiasmo la puesta en marcha de un engendro como la Ciudad de la Luz no sab¨ªan que se trataba de una enga?ifa a medio plazo con las cartas marcadas, o el apoyo prestado en su d¨ªa a un Consorcio de Museos que era la verg¨¹enza p¨²blica de quienes todav¨ªa conservaban la cabeza m¨¢s o menos en su sitio. ?O es que alguien cree, todav¨ªa, que una persona como Consuelo Ciscar habr¨ªa saltado a la fama mundial, cual Isabel Pantoja, de no haber recibido el apoyo a pie de obra de quienes quiz¨¢ estaban obligados a rechazarla? Salvo que se crea que la coherencia est¨¦tica y vital es cosa de poca monta y se puede bajar un poco el list¨®n con provecho a fin de que te apa?en el saquito, aunque no lo necesites perentoriamente. Una variante avant la lettre del Ripoll¨¦s (ahora de bolos por China, nada menos) y su como quien dice escultura de homenaje a Fabra en un aeropuerto en el que no vuelan m¨¢s que un par de palomas descarriadas.
Est¨¢ por hacer un estudio, trabajo, biograf¨ªa o lo que sea de los sectores de una cultura al cabo menesterosa que no dud¨® en amparar con sus malas artes a sujetos como Zaplana o Camps y sus secuaces en muchos ¨¢mbitos cruciales de su actividad, a sabiendas de que todo eso les importaba un pito a sus proveedores. Aunque s¨®lo por evitar que de nuevo un Zaplana cualquiera se pavonee de que los suyos eran tan buenos que hasta contaban con la colaboraci¨®n de Berlanga, un anarquista de post¨ªn.
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