¡°Sin ¡®blues¡¯, no habr¨ªa nada¡±

Tiene 86 a?os y est¨¢ hecho un chaval: ¡°Estoy vivo, y eso es m¨¢s de lo que otros pueden decir¡­ La verdad es que me siento estupendamente¡±. El nombre de Lou Donaldson (Badin, Carolina del Norte) aparece ligado al de quienes cruzaron por vez primera el umbral de un estudio de grabaci¨®n de su mano. De Horace Silver a Art Blakey, Clifford Brown, Blue Mitchell, Donald Byrd, Freddie Hubbard, George Benson... La agenda del saxofonista era, durante la era dorada del g¨¦nero, un verdadero ?Qui¨¦n es qui¨¦n? del jazz.

¡°Varios d¨ªas a la semana recorr¨ªa los garitos nocturnos de Nueva York. Si alguien me hablaba de fulano que acababa de llegar a la ciudad, iba a verlo. Y si me gustaba, le ped¨ªa el tel¨¦fono y a lo mejor le llamaba para la siguiente grabaci¨®n. Al final, hab¨ªa cola de m¨²sicos esperando mi llamada¡±. El ¨²ltimo superviviente de la generaci¨®n que dio sus a?os de mayor gloria al jazz y el soul, actuar¨¢ en el Festival Cultura Inquieta que la asociaci¨®n hom¨®nima celebra en Getafe.

Desentra?ar el camino que sigui¨® el saxofonista hasta convertirse en un punto de referencia de la escena m¨²sica neoyorquina no es f¨¢cil. ¡°Empec¨¦ tocando el clarinete, luego me pas¨¦ al saxo y comenc¨¦ a tocar en big bands hasta que un d¨ªa me top¨¦ con Bird (Charlie Parker). Aquello fue un shock absoluto. Era algo excitante, diferente, un poco extra?o pero arrebatador. Adi¨®s a los viejos ¨ªdolos, a partir de ese momento yo era de Charlie Parker¡±.

Donaldson supo mantenerse ajeno a las costumbres que terminaron con la carrera y, en muchos casos, la vida, de otros parkerianos. ¡°Yo s¨®lo buscaba un sonido¡­¡±. Y lo encontr¨® en un instrumento apenas utilizado en el jazz. ¡°Empec¨¦ a tocar con un ¨®rgano y result¨® que la gente se volv¨ªa loca¡±. Parad¨®jicamente, la m¨²sica de Sweet Poppa Lou ¡ª¡°las mujeres me llaman as¨ª¡±¡ª llegaba hasta donde no pod¨ªa hacerlo la de sus colegas Miles Davis o John Coltrane, a quienes dio trabajo en m¨¢s de una ocasi¨®n.

La publicaci¨®n en 1958 de Blues Walk ¡ª¡°muchas relaciones han terminado en boda gracias a ese disco¡±¡ª le llev¨® a lo m¨¢s alto de las listas de ¨¦xitos. ?l tocaba para un p¨²blico muy diferente al de los sofisticados clubes del Village. ¡°No hay nada comparable a tocar ante un p¨²blico que est¨¢ pas¨¢ndolo en grande mientras mueve las caderas. Ese tipo de cosas ya no ocurren en ning¨²n lugar de Nueva York, s¨®lo en Harlem¡±.

Que quede claro: si Lou Donaldson est¨¢ de nuevo en la carretera no es porque lo necesite: ¡°Lo hago porque me da la gana y porque quiero que la gente sepa que sigo vivo y que puedo tocar tan bien como lo hac¨ªa hace 60 a?os, o mejor¡±. M¨¢s que en una gira, se halla inmerso en una cruzada contra el olvido. ¡°Mi misi¨®n consiste en que la gente recuerde de d¨®nde viene todo. Mis conciertos son un viaje hacia atr¨¢s, pretendo que los j¨®venes experimenten el aut¨¦ntico sentimiento del blues. Quiero que entiendan que es ah¨ª que todo empieza. Sin blues, no habr¨ªa nada¡±.

Lou Donaldson quartet. Festival Cultura Inquieta. De 7,5 a 15 euros. 20.00. Teatro Federico Garc¨ªa Lorca. Getafe.