¡®Pump up the volume¡¯
Es un comportamiento infantil, pero tambi¨¦n se lo he visto hacer a muchos adultos. No quieres escuchar algo, te tapas los o¨ªdos con ambas manos y empiezas a gritar: ¡°?No te oigo, no te oigo, no te oigo!¡±. Lo mismo puede suceder en una final de Copa del Rey cuando se procede al himno de Espa?a. Hay dos pistas de sonido: en una se capta el ambiente del estadio y en la otra suena el himno. Y se decide subir el cassette, dejando la pitada en un grito mudo, que se puede ver pero no escuchar. Como si los silbatos que usaron los aficionados del Athletic y el Barcelona fueran pitos para perros, inaudibles para el ser humano. La pregunta m¨¢s interesante aqu¨ª es qui¨¦n decide esta mezcla. Qui¨¦n es el productor musical que escoge la fuente de sonido 2 como preponderante. Supongo que nunca lo sabremos. Sea un mandado o simplemente un pelota que quiere ganar puntos ante sus jefes (o conservar su puesto en TVE), no hay nombres. Quiz¨¢s fuera el mismo individuo que insist¨ªa en enfocar en el tramo final del partido a un seguidor del Athletic con los ojos rojos. Imagino a un oftalm¨®logo llamando a Televisi¨®n Espa?ola para aclarar que ese hombre no lloraba, que hab¨ªa podido diagnosticar a trav¨¦s de su televisor un grave caso de conjuntivitis. Qu¨¦ paradoja; por un lado, se busca desdramatizar una pitada monumental y por otro se busca el lado m¨¢s sensiblero de perder una final.
Lo de subir el volumen da pie a met¨¢foras bastante cursis pero no por ello menos contundentes. En los ¨²ltimos meses ha habido dos expresiones que se han puesto muy de moda. Primero est¨¢ esa de ¡°la prima de riesgo¡± que ha dado pie a tantas chanzas. Esos chistes sobre ¡°no saber que un tipo llamado Riesgo ten¨ªa una prima¡± son la demostraci¨®n absoluta de que los tiempos de crisis no resultan especialmente fruct¨ªferos para el humor.
Despu¨¦s se est¨¢ utilizando de una manera muy alegre la palabra ¡°demagogia¡±. Se pronuncia con facilidad pasmosa en situaciones relacionadas con los recortes a la educaci¨®n y a la sanidad o el rescate financiero a los bancos. En el sadomasoquismo existe siempre una palabra clave entre los amantes que significa que se est¨¢ llegando demasiado lejos y se quiere parar. De la misma forma, cada vez que una protesta incomoda demasiado al oponente, la palabra ¡°demagogia¡± funciona como contrase?a de seguridad con el fin de detener la discusi¨®n. Como cuando Faemino y Cansado hac¨ªan los sketches de c¨®mo salir de Sing-Sing o la manera de devolver una pel¨ªcula al videoclub con tres d¨ªas de retraso. Faemino gritaba ¡°?Qu¨¦ va, qu¨¦ va, qu¨¦ va, yo leo a Kierkegaard!¡± y asunto solucionado.
Es otra manera de subir el volumen, de acallar la protesta y restar importancia a lo que realmente est¨¢ pasando. Pues eso, que no pare la m¨²sica.
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