La herencia recibida
"Hay que apelar a un nuevo compromiso moral con la sociedad valenciana y volver cuanto antes a la senda de una acci¨®n de gobierno responsable"
Un reciente estudio del IVIE explica c¨®mo y por qu¨¦ el modelo de financiaci¨®n perjudica a la Comunidad Valenciana. Algo que ha venido denunci¨¢ndose ¡ªsin ir m¨¢s lejos por J. Torrent en estas mismas p¨¢ginas¡ª y que el trabajo dirigido por F. P¨¦rez analiza en su origen y din¨¢mica. B¨¢sicamente lo atribuye al error de partida cuando se valoraron los servicios del Estado en las comunidades y a la dificultad sobrevenida para integrar las diferencias en los respectivos aumentos poblacionales. La cuesti¨®n, sin embargo, ha derivado en la instrumentalizaci¨®n que de ello se ha hecho mediante un silogismo simple: los millones de menos de que ha dispuesto la Generalitat, har¨ªan m¨ªnimos nuestro d¨¦ficit y nuestro endeudamiento. Consecuencia: la culpa es de la herencia recibida.
Las cosas no son as¨ª. La crisis pol¨ªtico-institucional, el descr¨¦dito de la acci¨®n del Gobierno regional, el perjuicio a la reputaci¨®n de la Comunidad y en gran medida la cr¨ªtica situaci¨®n actual de las cuentas p¨²blicas, tienen menos que ver con el modelo de financiaci¨®n que con un estilo de gobierno. No hay m¨¢s herencia recibida que la suya. A¨²n m¨¢s, tal vez, de haber dispuesto de esa financiaci¨®n suplementaria, estar¨ªamos viendo hoy c¨®mo pagar un nuevo aeropuerto, otro ramal del AVE a un lugar inc¨®gnito o cualquier ciudad de a saber qu¨¦. Aparte de adornar el paisaje litoral con m¨¢s edificios de apartamentos a medio construir. Hay ejemplos que son met¨¢foras de toda una ¨¦poca. La imagen, hist¨®rica, de un presidente de la Generalitat en el banquillo es la m¨¢s expresiva. Pero los sobrecostes incontrolados de muchos proyectos singulares, el incremento innecesario de la propia Administraci¨®n regional o la creaci¨®n descontrolada de empresas y fundaciones auspiciadas por la esfera p¨²blica, son explicaci¨®n rotunda del desastre econ¨®mico cuyo correlato en el ¨¢mbito del sistema democr¨¢tico se visualiza en el abandono de las formas y la falta de respeto a los procedimientos. ?C¨®mo se computa todo esto? ?C¨®mo afecta en t¨¦rminos econ¨®micos el da?o a la reputaci¨®n de lo valenciano? ?C¨®mo medir en t¨¦rminos de p¨¦rdida de oportunidades de inversi¨®n la p¨¦sima calidad de la democracia, la corrupci¨®n de la pol¨ªtica y de la acci¨®n de gobierno y las pr¨¢cticas clientelares?
La paradoja es que quienes han provocado esta situaci¨®n utilicen la recesi¨®n como coartada
La paradoja es que quienes han provocado esta situaci¨®n, lejos de asumir responsabilidades, utilicen la recesi¨®n como coartada para instrumentar la mayor ofensiva de todo el periodo democr¨¢tico contra el Estado del bienestar y contra el modelo de Estado auton¨®mico. Por cierto, sin ninguna medida concreta y cre¨ªble de est¨ªmulo a la actividad econ¨®mica. Distintos Gobiernos conservadores han conducido a la Comunidad Valenciana al colapso, pese a que han gobernado durante el periodo de expansi¨®n econ¨®mica m¨¢s largo de la historia reciente. Sucesivos Gobiernos han degradado la acci¨®n de gobierno, malgastado de forma irresponsable y temeraria y destrozado la estructura de gobierno creando en paralelo decenas de organismos, empresas y fundaciones p¨²blicas para emprender proyectos ruinosos, eludir el control del gasto y para colocar a miles de personas afines en detrimento de funcionarios de carrera que han quedado orillados. Han sentado las bases de un deterioro institucional de incalculables consecuencias. Son demasiados los episodios de utilizaci¨®n indebida de recursos p¨²blicos, de creaci¨®n de redes clientelares y de intolerancia, como para no ver un profundo sustrato autoritario que aflora con incontenible facilidad en un estilo de gobierno. Parafraseando a Ermanno Vitale, se han hecho constitucionalmente inmunes, ¡°sustray¨¦ndose en la pr¨¢ctica a cualquier forma de control eficaz y sobrepasando impunemente los l¨ªmites que les imponen las normas fundamentales¡±.
La derecha pol¨ªtica valenciana propuso un relato propio, que fue avalado en las urnas, basado en pilares elementales pero eficaces: paz social a cambio de presupuesto, construcci¨®n residencial como motor de la actividad econ¨®mica (con sus consecuencias en el ¨¢mbito productivo, en la deuda de familias o empresas, y en el hoy devastado sistema financiero regional), una supuesta modernidad basada en grandes proyectos y grandes eventos (tan costosos como poco meditados), autoestima como pueblo orgulloso de ¡°estar en el mapa del mundo¡±, recurso al victimismo y clientelismo. Hoy somos muchos quienes pensamos que era un modelo irresponsable e insostenible. La derecha pol¨ªtica pudo haber continuado, con su leg¨ªtimo acento conservador, con el proyecto reformador y de crecimiento equilibrado iniciado en la transici¨®n. Tal vez hoy la Comunidad Valenciana podr¨ªa tener un tejido econ¨®mico m¨¢s compensado y mejor equipado. Con seguridad habr¨ªa mantenido su reputaci¨®n y exhibir¨ªa con orgullo su dignidad como pueblo. Prefirieron la huida hacia delante hipotecando el futuro. Castillos de arena. Dicho en otros t¨¦rminos, si hubieran podido disponer de la financiaci¨®n que objetivamente nos correspond¨ªa hubieran despilfarrado m¨¢s pero probablemente estar¨ªamos en el mismo punto.
Han tenido su tiempo y han fracasado. Hace veinte a?os la Comunidad Valenciana ten¨ªa un futuro por delante. Hoy el futuro nos est¨¢ dejando atr¨¢s. A esta Comunidad le aguarda ahora una dif¨ªcil tarea de desescombro, regeneraci¨®n y reconstrucci¨®n institucional. Empezando por erradicar la mala pol¨ªtica, el clientelismo y la corrupci¨®n. Por eliminar fen¨®menos generalizados de captura de las instituciones y de colonizaci¨®n de Administraciones p¨²blicas que lo han alterado, contaminado, degradado y deformado casi todo. Habr¨¢ que reconstruir protocolos b¨¢sicos del Estado de derecho, sistemas de control y daci¨®n de cuentas, restaurar el buen cr¨¦dito de la funci¨®n p¨²blica y de los servidores p¨²blicos. Desde la idea de que la democracia electoral no es suficiente para garantizar la salud democr¨¢tica de un pa¨ªs. Hay que recuperar la imagen y la reputaci¨®n de la Comunidad Valenciana y volver a dar contenido al principio de autonom¨ªa pol¨ªtica. No haberse comportado pol¨ªticamente como mayores de edad puede implicar el retorno a la minor¨ªa de edad. Hay que apelar a un nuevo compromiso moral con la sociedad valenciana y volver cuanto antes a la senda de una acci¨®n de gobierno responsable. Y este trabajo, que est¨¢ mucho m¨¢s all¨¢ de la consecuci¨®n de un modelo de financiaci¨®n justo, no pueden acometerlo quienes han creado esta situaci¨®n. Pese a reconocer los bald¨ªos esfuerzos de su nueva direcci¨®n, carecen de credibilidad para proponer un proyecto colectivo de regeneraci¨®n democr¨¢tica. No tienen capacidad para retornar a la senda de la normalidad en la acci¨®n de gobierno, de la buena gesti¨®n de las cuentas p¨²blicas, de la devoluci¨®n de la misma a los funcionarios de carrera, del buen gobierno en definitiva.
Joan Romero y Joaqu¨ªn Azagra son autores del libro Desde la margen izquierda.
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