El c¨®mic m¨¢s puto
La Fnac de Valencia expone bocetos y p¨¢ginas de 'Pagando por ello', de Chester Brown La novela gr¨¢fica es un recorrido por las experiencias del autor en el mundo del sexo de pago
Como casi todo relato, este comienza con una ruptura. Un despecho at¨ªpico, eso s¨ª. Chester Brown (Montreal, 1960) narra c¨®mo su ¨²ltima novia le plantea seguir viviendo juntos mientras inicia una relaci¨®n sentimental con otro hombre. Con esta tesitura, el autor canadiense da inicio a Pagando por ello. Memorias de un putero (La C¨²pula, 2011), una novela gr¨¢fica que, aunque mantiene parte del t¨ªtulo sugerido en el subt¨ªtulo, pretend¨ªa llamarse C¨®mo me convert¨ª en un putero. Unos meses m¨¢s tarde de su publicaci¨®n en nuestro pa¨ªs, la tienda Fnac de Valencia expone, hasta el 27 de julio,? partes de esta novela gr¨¢fica y algunos de los bocetos que utiliz¨® para su realizaci¨®n.
"Apuesto a que muchos puteros son apacibles e introvertidos", apunta el dibujante en una de las vi?etas. De esta forma, con di¨¢logos simples y directos, Chester Brown conjuga la indulgencia hacia los buscadores de sexo por dinero y los rincones menos l¨²gubres de la profesi¨®n. Tal como indica en el comienzo de la obra, prologada por Robert Crumb, la intenci¨®n de plasmar estas experiencias nace a ra¨ªz de sus miedos y la ignorancia original hasta, posteriormente, un t¨ªmido acercamiento plagado de encuentros provechosos. Una perspectiva en primera persona que le permite huir de la criminalizaci¨®n con que se trata al? gremio -marginalidad, drogadicci¨®n, esclavitud- y posicionarse hacia la ternura y la rentabilidad de la ecuaci¨®n sexo-tiempo-dinero.
Una aritm¨¦tica emocional que expone sin tapujos -"Ahora puedo ver que el ideal del amor es funesto"- y con un prudente optimismo: mientras la sociedad acusa de fracasado al que no tiene una relaci¨®n estable, Brown aboga por el gozo desinteresado de los placeres sexuales sin jerarqu¨ªas y consentido. Es m¨¢s, en el desarrollo preliminar de la historia, el protagonista se siente oprimido al solicitar los servicios de una prostituta por miedo a la polic¨ªa o a las bandas ilegales que puedan manejar el negocio. M¨¢s tarde, sin embargo, reflexiona sobre el intercambio de intimidades que se produce entre las trabajadoras y ¨¦l. Al principio de Pagando por ello, el autor avisa de que pretend¨ªa, entre otras cosas, mostrar el estado en el que se encuentra la legislaci¨®n sobre este oficio en Canad¨¢. Luego se?ala que hay una laguna con respecto al asunto y, por fin, reconoce que le hubiera gustado "tener la libertad" de incluir todo el material humano que recav¨® en sus experiencias como putero: "Se sinceraron sobre familias, hijos, novios, trabajos", explica.
Contado en l¨¢minas de ocho vi?etas, este trayecto personal por el mundo del puter¨ªo desde 1996 hasta el a?o 2003 integra una cavilaci¨®n libre de prejuicios. Acerc¨¢ndose al tema de manera profunda pero sin morbosidades. Y sacando a relucir la hipocres¨ªa que rodea a la opini¨®n publica en torno a la prostituci¨®n. ?l mismo reflexiona sobre sus actos en uno de sus di¨¢logos y concluye: "Odio hacer ilustraciones para ganar dinero".
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