Los ladrillos se amontonan en Bail¨¦n
El paro se dispara en el mayor productor del pa¨ªs por la ca¨ªda de la construcci¨®n La mayor¨ªa de las empresas solo abren unos meses al a?o por la baja demanda
El panorama es desolador cuando el viajero entra a Bail¨¦n (Ja¨¦n) por cualquiera de sus esquinas. Miles de toneladas de ladrillos se amontonan en los patios y los almacenes de las numerosas f¨¢bricas que un d¨ªa crecieron durante el auge inmobiliario y hoy son el mejor s¨ªmbolo del declive de este municipio que bas¨® en el ladrillo toda su actividad econ¨®mica.
Lejos de adivinarse signos de recuperaci¨®n, cuatro a?os despu¨¦s de la quiebra de la construcci¨®n Bail¨¦n sufre como nadie las consecuencias. Su tasa de paro se ha disparado por encima del 35%, las f¨¢bricas han reducido la producci¨®n un 80% y la ca¨ªda de la demanda hace que apenas se trabaje tres o cuatro meses al a?o.
Lo sabe bien Miguel Mora, que casi ech¨® los dientes en las f¨¢bricas de ladrillo. ¡°Ha habido crisis duras, pero ninguna como esta¡±, dice este empleado de 51 a?os, que se considera un privilegiado porque en su empresa, Alcal¨¢ Villalta, apenas quedan siete de los 65 trabajadores que hubo en los momentos de bonanza econ¨®mica. En esta empresa van a trabajar este a?o cuatro meses, el tiempo que estiman suficiente para dar salida al elevado stock que se acumula dentro y fuera de la f¨¢brica.
La actividad en Alcal¨¢ Villalta, como en la mayor¨ªa de las 40 ladrilleras de Bail¨¦n, es casi nula. Lejos quedan ya las 350 toneladas diarias que se produc¨ªan o los 50 camiones que llegaban a diario a cargar la mercanc¨ªa. ¡°M¨¢s que f¨¢bricas, nos hemos convertido en almacenes¡±, subraya Juan Vicente, el jefe de planta. Antes de que la construcci¨®n se derrumbara, Bail¨¦n produc¨ªa 13.000 toneladas al d¨ªa (el 18% del total nacional) de ladrillos, tejas y cer¨¢mica industrial.
Algunas empresas venden sus derechos de emisiones de carbono para obtener ingresos
Cuando irrumpi¨® la crisis, la mayor¨ªa de las ladrilleras de Bail¨¦n, una localidad de unos 20.000 habitantes, empezaron a aplicar expedientes de regulaci¨®n de empleo. Primero eran temporales, y luego muchos fueron de extinci¨®n. En total, son unos 4.000 parados en el municipio, en torno al 35% de la poblaci¨®n activa, y el drama cada vez se instala en m¨¢s familias.
Como la de Manuel Laup, con cuatro hijos, uno de ellos tambi¨¦n parado del sector. Manuel trabaja cuatro meses y el resto del a?o cobra unos 700 euros de paro. Muchos otros ya han agotado el paro y subsisten con una ayuda familiar de poco m¨¢s de 400 euros. Tanto es as¨ª que los comedores sociales de Bail¨¦n est¨¢n saturados por familias en busca de alimentos.
Pero, ?qu¨¦ ha ocurrido para que Bail¨¦n pase de ser el municipio con menos desempleo a tener la tasa m¨¢s alta en apenas unos a?os? ¡°La dependencia casi en exclusiva del ladrillo ha sido mortal para Bail¨¦n¡±, sostiene Juan Santamar¨ªa, que regenta una asesor¨ªa fiscal y que fue el concejal de Empleo en el anterior mandato, cuando llegaron las vacas flacas. A la ca¨ªda del ladrillo, a?ade Santamar¨ªa, le sigui¨®, en cadena, la del transporte, los talleres mec¨¢nicos y tambi¨¦n la cer¨¢mica art¨ªstica, mucho m¨¢s afectada al considerarse un producto de lujo. Hasta su negocio, con una cartera de clientes basada en las ladrilleras, ha reducido un 50% su facturaci¨®n.
Tambi¨¦n la alcaldesa de Bail¨¦n, la socialista Simona Villar, es consciente del efecto nocivo de la alta dependencia del ladrillo, que generaba el 60% de la riqueza del municipio, con una facturaci¨®n de 130 millones anuales. ¡°Quienes hayan sabido aprovechar el periodo de bonanza para modernizar sus instalaciones sobrevivir¨¢n, pero el resto tendr¨¢ que reconvertirse¡±, admite Villar. Ya empiezan a vislumbrarse algunos signos de cambio con el aumento del autoempleo en sectores como los servicios o el comercio.
¡°El problema es que no hay confianza y no circula el dinero¡±, apunta Pedro Merino, de Cer¨¢micas Miramar, una de las industrias m¨¢s grandes de Bail¨¦n y que sigue produciendo unas 400 toneladas diarias de ladrillo, un 60% menos que hace cuatro a?os. A muchos empresarios les pill¨® la crisis del sector con las fuertes inversiones que tuvieron que acometer para modernizar sus instalaciones y cumplir con las exigencias del Plan de Calidad del Aire.
Y es que, por buscar algo positivo en esta crisis, Bail¨¦n es ahora un pueblo con mucha menos contaminaci¨®n. En pleno apogeo industrial superaba en 256 d¨ªas al a?o el l¨ªmite permitido de part¨ªculas en suspensi¨®n, a pesar de que la normativa solo permit¨ªa superar esos indicadores (de 50 microgramos de part¨ªculas PM10 por metro c¨²bico) en 35 ocasiones.
Ahora, el cielo de Bail¨¦n est¨¢ mucho m¨¢s despejado e incluso muchas empresas aprovechan la parada t¨¦cnica de sus hornos de arcilla para vender sus derechos de emisiones y obtener as¨ª ingresos adicionales.
¡°Es un momento complicado, pero saldremos de ¨¦l¡±, pronostica la alcaldesa de Bail¨¦n, que hace una llamada a los empresarios para diversificarse y apostar por la innovaci¨®n.
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