Detergente Puri

Siempre me cabreo conmigo misma por no animarme a comprar detergentes que no haya visto antes anunciados por televisi¨®n. Como no soy fiel a ninguna marca, cada vez que voy al s¨²per me quedo un buen rato mirando y comparando tama?os, precios y dem¨¢s cualidades. Paso mucho m¨¢s tiempo del razonable en ese pasillo y nunca, ni una sola vez, he valorado en serio la posibilidad de llevarme el detergente Puri. No me f¨ªo. No lo he visto en la tele y no me f¨ªo. Menuda estupidez. Como si los anuncios fueran garant¨ªa de algo.

Hay pocas cosas con menos credibilidad que un anuncio de publicidad. S¨®lo es gente diciendo cosas bonitas a cambio de dinero. Son mercenarios del elogio y, si lo miras con cierta perspectiva, la mayor¨ªa de las veces son rid¨ªculos hasta el insulto. No es sensato comprar un detergente porque te lo recomiende una mujer con peluca blanca que viene del futuro, pero la gente lo hace.

No es sensato poner un sistema de alarmas en tu casa porque un se?or que cobra un dineral por salir en el anuncio te meta miedo, pero la gente lo hace. No es sensato comprar una sopa embotada porque el beb¨¦ que lo anuncia se ponga a bailar como si estuviera pose¨ªdo por Satan¨¢s, pero la gente lo hace. Tampoco es sensato comprar una pasta de dientes porque nos lo recomiende una actriz disfrazada de m¨¦dico, pero la gente la compra. Corremos a la tienda a buscar ese helado de aspecto irresistible que hemos visto en la tele, pero lo que sale en el anuncio en realidad es pintura.

La chica que anuncia crema anticelul¨ªtica en braguitas en realidad tiene un poco de celulitis, como toda hija de vecina, pero se la han disimulado con luces y retoques. Ese actor de esa serie que te chifla te recomienda vivamente contratar no s¨¦ qu¨¦ l¨ªnea de adsl, pero ¨¦l en su casa tiene otra diferente porque le parece que funciona mejor. El pintalabios que lleva la modelo en la publicidad en realidad no es el mismo que est¨¢ anunciando, a ella le han puesto uno de otra marca. Y as¨ª, siempre. Y nosotros tragamos como tontos porque todo lo que sale por televisi¨®n se endiosa sistem¨¢ticamente. De una forma extra?a y retorcida, pasa a formar parte de nuestro c¨ªrculo de confianza.

Al llegar al s¨²per y ver el producto en la estanter¨ªa, crees que sabes lo que compras s¨®lo porque lo has visto en la tele. Te da seguridad. En cambio, el detergente Puri se pudre justo al lado porque no sale en la tele y, por lo tanto, nos fiamos menos de su calidad. Como si tuviera algo que ver. Mal hecho. Seguro que hay m¨¢s verdad en ese detergente que en todo el resto del supermercado. Por lo menos, Puri no nos ha mentido todav¨ªa.