Recortes en las Universidades valencianas

Tras unos a?os en los que el sistema espa?ol de educaci¨®n superior hab¨ªa vivido relativa (e incre¨ªblemente) m¨¢s o menos al margen de la crisis econ¨®mica que comenz¨® all¨¢ por 2007, parece ya evidente a estas alturas que el curso que viene ser¨¢ muy agitado y complicado en los campus de las universidades valencianas. Obviamente, no se trata de una buena noticia. Pero, a diferencia de lo que ocurre con la educaci¨®n Primaria y Secundaria, donde es important¨ªsimo lograr que los recortes sean los menores posibles e incluso habr¨ªa que luchar por evitar incluso los m¨¢s m¨ªnimos tratando de reordenar y maximizar pero sin detraer fondos a lo que es la base esencial para el desarrollo futuro del pa¨ªs, no parece imposible usar esta crisis para racionalizar un poco lo que estamos haciendo con nuestra educaci¨®n superior, que ha vivido en la ¨²ltima d¨¦cada en una peculiar burbuja de la que es bueno salir.

Burbuja universitaria que, en primer lugar, se hace muy visible en el cemento de nuestras instalaciones, que son excelentes y nada tienen que envidiar a las de las universidades europeas, como cualquiera que ha viajado un poco tiene muy claro. Hemos de asumir que en las pr¨®ximas d¨¦cadas tendremos que contar, sustancialmente, con lo que ya tenemos. Y muy probablemente es hasta sano que as¨ª sea.

Contamos con edificios, equipos, espacios y aulas m¨¢s que de sobra para hacer un trabajo excelente, simplemente aprendiendo a usarlos exprimi¨¦ndolos mucho m¨¢s que hasta ahora. Paseando por los impresionantes campus que hemos construido en los ¨²ltimos 20 a?os uno no puede sino pensar que, una vez ya est¨¢n hechos, ah¨ª tenemos mucho dinero que ahorrar.

No parece, sin embargo, que tengamos un exceso de universidades p¨²blicas. Cinco centros para cinco millones de habitantes es una proporci¨®n absolutamente razonable y com¨²n en Europa. Instituciones como la Jaume I de Castell¨® o la Miguel Hern¨¢ndez de Elche han demostrado con creces su solvencia acad¨¦mica y cient¨ªfica, m¨¢s all¨¢ de su evidente rentabilidad social. Sin embargo, s¨ª es obvio a estas alturas que sobran, y m¨¢s que sobrar¨¢n en el futuro, chiringuitos privados que con cuatro mesas y alguna silla adicional montan una universidad, piden suelo a los poderes p¨²blicos y se ponen a dar clase incluso sin recibir acreditaci¨®n oficial (o tras ser rechazada). La burbuja de falta de rigor que, tambi¨¦n desde la universidad p¨²blica, ha permitido y alentado este todo vale ha de pincharse cuanto antes.

Lo cual obliga a replantearse la seriedad y necesidad de ciertos t¨ªtulos o la capacidad para impartir algunos de ellos, duplicados, sin docentes apropiados o suficientes. Los responsables de las universidades de verdad han de decidir qu¨¦ hemos de ofrecer y c¨®mo hacerlo.

Har¨ªamos bien, como universitarios, en ponernos serios con nosotros mismos y reordenar el mapa de titulaciones valenciano bajo criterios muy rigurosos como paso previo para, a continuaci¨®n, poder exigir un nivel de m¨ªnimos irreprochable que expulse a los fraudulentos chiringuitos privados del sistema, por muy bendecidos que est¨¦n por poderosos poderes f¨¢cticos y muchos regalitos indecentes, en forma de suelo, subvenciones o lo que se tercie, que reciban de unas Administraciones P¨²blicas, las valencianas, que siguen muy despistadas. Y a las que urge ayudar (y obligar) a recuperar el buen criterio.

Blog de Andr¨¦s Boix

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